“En este momento, la IA consume alrededor del 40% de toda la memoria DRAM que se produce en el mundo”, advirtió recientemente Sumit Sadana, director comercial de Micron. Y como sucedió en su momento con las tarjetas gráficas que se enfocaban al mercado de los gamers y que empresas como Nvidia o AMD producen, en este caso se necesita de hardware de mayor potencia.
Un reporte de Infochannel señala que durante la segunda mitad de 2025, los precios de la memoria subieron entre 30% y 60% en el mercado, y en algunos casos los chips usados para unidades SSD se duplicaron de precio. La relación entre ambos casos es la demanda de los centros de datos enfocados en IA generativa. El 2026 no pinta mejor, pues la producción de memorias avanzadas, como HBM, está totalmente comprometida, la de NAND de alta densidad se vendió por adelantado y hasta los módulos DDR5 y LPDDR para teléfonos tendrán disponibilidad limitada.
Este efecto impactará a los precios de PCs, laptops, smartphones, servidores para pequeñas empresas y hasta los sistemas de almacenamiento doméstico serán más caros y tardarán más en llegar al consumidor, de acuerdo con este mismo reporte.
Actores como Samsung, SK Hynix y Micron empiezan a repensar sus líneas de producción y a redirigir sus esfuerzos hacia chips de alta densidad y ancho de banda, desplazando productos tradicionales del retail, que dejan poco margen y exigen adaptaciones constantes.
El golpe más visible llegó cuando Micron anunció el cierre de su marca Crucial, una de las pocas líneas orientadas al consumidor que seguían activas en un mercado cada vez más arrinconado.
“La industria está reorganizando sus incentivos en función de las tendencias de negocio, que exige más velocidad y certidumbre en la carrera de IA”, explicó Danielle Ibran, analista senior de canales e infraestructura en IDC.