iRobot llevaba años enfrentando un entorno cada vez más hostil, ya que el mercado de aspiradoras robot, que la empresa prácticamente creó a principios de los 2000, se llenó de competidores más baratos, con funciones similares y con una velocidad de innovación difícil de igualar. Fabricantes asiáticos comenzaron a dominar los estantes y las plataformas de comercio electrónico, presionando precios y reduciendo los márgenes de ganancia.
A eso se sumaron los costos de producción más altos, la dependencia de fabricantes externos y una apuesta que no salió como se esperaba. En 2022, Amazon anunció la intención de comprar iRobot, una operación que prometía oxígeno financiero y una integración profunda con el ecosistema del hogar inteligente. Pero el acuerdo se vino abajo en 2024, tras el escrutinio de reguladores preocupados por competencia y privacidad de datos.
Ahora, el rescate llega desde donde también provenía buena parte de su hardware. Shenzhen Picea Robotics y Santrum Hong Kong, empresas chinas que ya eran acreedoras y socias industriales de iRobot, se quedarán con el control total de la compañía. La firma por ende dejará de cotizar en bolsa para operar como empresa privada.
¿Qué pasará con mi Roomba?
La empresa asegura que los robots seguirán funcionando con normalidad, que la aplicación no se apagará y que el soporte continuará mientras avanza el proceso de reestructuración, que podría concluir en 2026.
Pero bajo control chino, iRobot podría modificar su estrategia de producto, su ritmo de lanzamientos y su posicionamiento global. El Roomba del futuro podría parecerse menos a un dispositivo premium occidental y más a un competidor agresivo en precio y volumen, alineado con un mercado cada vez más comoditizado.
Más allá de la marca, la quiebra de iRobot dice mucho sobre el estado actual de la tecnología de consumo, pues ser pionero ya no garantiza sobrevivir. La innovación se volvió rápida, global y brutalmente competitiva.
Datos de Grand View Research señalan que el tamaño del mercado global de aspiradoras robóticas se estimó en 4,480 millones en 2021 y se proyecta que alcance los 29,820 millones para 2030, donde Asia Pacífico dominó el mercado con una participación del 40.8% en 2021.