¿Por qué estos países son los más obesos?
El mundo está en medio de una gran epidemia de obesidad, y las tendencias actuales indican que solo va a empeorar.
Un estudio reciente concluyó que más de 2,000 millones de adultos y niños en todo el mundo tienen sobrepeso u obesidad y sufren problemas de salud por eso, pero esto no es nada nuevo.
Hay, sin embargo, sectores de la población mundial que a pesar de la evidencia no están conscientes de esta crisis de salud pública, y esta falta de conciencia es solo uno de los problemas subyacentes, según Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
"Diferentes países tienen problemas diferentes", dijo Hu. "Necesitas movilizar a toda su sociedad para enfrentar el problema... no es solo un problema médico".
Las islas del Pacífico, Oriente Medio y América son las regiones con las mayores tasas de obesidad. En 2014, más del 48% de la población de las Islas Cook fue clasificada como obesa. Catar está a la cabeza en Oriente Medio con un 34% de su población, seguido de cerca por Estados Unidos con un 33%, según la Organización Mundial de la Salud.
La obesidad se define utilizando el índice de masa corporal de una persona, la relación entre el peso y la estatura. Un IMC de 25 a 29.9 se considera sobrepeso y superior a 30 obesidad.
Al buscar las causas, dos factores son comunes: la dieta y la actividad física, esto es, dietas pobres y falta de actividad física. Pero un número de factores menores se combinan bajo estos dos grandes responsables, y deben ser entendidos para atajar efectivamente el problema, opina Hu.
¿Qué hay detrás del problema de obesidad entre los países que están a la cabeza de la tabla?
1. Desigualdad de la actividad física
Un estudio publicado esta semana en la revista Nature usó datos de teléfonos inteligentes para analizar el número de pasos dados en promedio cada día entre personas de 111 países.
Mediante la aplicación Azumio Argus, que registra la actividad física, los investigadores monitorearon los pasos de más de 700,000 individuos y clasificaron a los países con base en su nivel de movimiento en forma de pasos -y esos números variaron significativamente.
Hong Kong encabezó la clasificación con 6,880 pasos diarios promedio, seguido de cerca por China con 6,189 pasos. En el último lugar de la lista estaba Indonesia, con 3,513 pasos.
Sin embargo, los investigadores calcularon otra estadística que creen es un indicador más fuerte de la obesidad dentro de un país, un cálculo que llamaron "desigualdad de la actividad".
"La actividad no se distribuye uniformemente en un país", dijo Scott Delp, profesor de bioingeniería e ingeniería mecánica de la Universidad de Stanford, quien dirigió el estudio.
Cuanto mayor sea la diferencia entre los que más y menos caminan dentro de una población, mayores serán sus tasas de obesidad, explicó. "Significa que hay un subconjunto de la población que realiza muy poca actividad".
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Al enfocarse en la desigualdad de la actividad, la lista cambió. Arabia Saudita y Australia ocuparon el primer y segundo lugar. En Estados Unidos, el cuarto, las ciudades más orientadas al automóvil, como Houston, registraron los mayores niveles de desigualdad de actividad, mientras que la diferencia fue menor en ciudades más peatonales como Nueva York.
El equipo también encontró que esta desigualdad afectaba desproporcionadamente a las mujeres, lo que significaría que más mujeres estarían en el subgrupo de la población con "pobre actividad". Por tanto, "Centrarse en ese subgrupo de pobre actividad podría tener un impacto en la salud pública", dijo Delp.
2. Percepciones del ejercicio
Mientras la inactividad física contribuye a la creciente tasa de obesidad en el mundo (por ejemplo la urbanización conduce a una vida más sedentaria), los expertos señalan que en algunas poblaciones, el ejercicio simplemente no es una prioridad.
Esto es evidente en Oriente Medio y China, dicen, a través de la percepción del ejercicio y su lugar en la lista de prioridades de los habitantes.
En Kuwait, grupos de discusión de la Organización Mundial de la Salud encontraron que los lugareños consideran el ejercicio como deporte en lugar de una actividad que se hace en grupo o en casa, según Temo Waqanivalu, jefe del equipo de prevención de enfermedades no transmisibles en la OMS. "Hay toda una barrera cultural", señaló.
Además, en Oriente Medio en general, no se considera la norma que las mujeres participen en ejercicios al aire libre o actividad física con fines recreativos. "Que las mujeres se ejerciten abiertamente es un asunto cultural", dijo.
Hu cree que hay una gran cantidad de malentendidos a lo largo de Asia y Oriente Medio. "La mayoría de las personas no son conscientes de los beneficios en la salud de ser físicamente activos", apuntó.
3. Escasa priorización del ejercicio
En China y en otras partes de Asia oriental, un profundo enfoque en el rendimiento académico a menudo puede significar dejar de lado la educación física. Los estudiantes "están bajo tremenda presión para el logro académico", dijo Hu. Las clases de educación física "a menudo se usan para estudios académicos".
Hu cita además a Japón y los países de Escandinavia, donde el ejercicio es una parte común de la vida cotidiana en términos de desplazamiento y socialización. En Japón, refiere, "se alienta... incluso en los adultos mayores".
4. Factores ambientales
Otro factor que dificulta el ejercicio en muchos lugares es el ambiente al aire libre. En Oriente Medio, eso significa altas temperaturas.
"Normalmente es muy caluroso para hacer actividades en el exterior", dijo Hu. Lo mismo ocurre en muchas regiones en desarrollo cercanas al ecuador, y cuando se combina con la pobre percepción del ejercicio y la falta de conciencia de su importancia para la salud, el impacto es más significativo.
En China, el problema es la contaminación. "La contaminación se ha convertido en un obstáculo para ejercitar al aire libre", aclaró Hu. Esto es particularmente problemático para los niños y la creciente epidemia de obesidad infantil, según han mostrado estudios.
Pero Waqanivalu cree que las conductas alimentarias de las personas requieren de una atención más profunda.
"Ahora se sabe que... la alimentación y la dieta son un factor más importante (para la obesidad) que la falta de actividad física", dijo. Y en este tema concurre una combinación de cultura y medio ambiente que concita comportamientos dietéticos inadecuados, y por lo tanto el sobrepeso y la obesidad.
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5. El valor de los alimentos (procesados)
El valor otorgado a los alimentos varía significativamente entre las poblaciones, pero una cosa que la mayoría comparte es usar la comida como regalo y expresión de generosidad.
En el Pacífico, donde las tasas de obesidad son más altas, los alimentos procesados son muy apreciados.
"En el Pacífico, para cada acto ceremonial traes comida", explicó Waqanivalu, nativo de Fiji. "Y ha habido un cambio en los tipos de alimentos en ese intercambio".
Las ofrendas solían ser pescado recién capturado o fruta fresca, pero ahora son alimentos enlatados o procesados. "Escuchas que la gente sale a pescar, vende su pescado y luego compra latas de atún", dijo, agregando que el hecho de estar rodeado de peces parece disminuir su valor.
"Los alimentos enlatados tienen de alguna manera cierto prestigio", comentó. Pero él cree que los esfuerzos de educación y concientización por parte del gobierno en los últimos años pueden estar fructificando.
En regiones de América se han observado actitudes similares, como Brasil, donde los refrescos y los alimentos procesados también se ven como signos de riqueza y éxito, lo mismo en África. "Ellos tienen abundancia de alimento local (en algunos lugares) pero el alimento procesado tiene un valor cultural", dijo Waqanivalu.
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En Oriente Medio, la riqueza extrema significa que la gente consume una mayor cantidad de alimentos ricos en calorías, lo que aumenta el peso. "La abundancia de alimentos muy calóricos es notable", dijo Hu.
6. El valor de la obesidad
Las percepciones sociales del sobrepeso o la obesidad también son clave para determinar con qué facilidad puede producirse una epidemia de obesidad y, a su vez, ser controlada.
Hu utiliza el ejemplo de China y otras regiones de Asia, así como de África, donde tener una figura más grande y más robusta sigue siendo un signo de riqueza. La idea de que un bebé rechoncho es un signo de riqueza y salud en China, por ejemplo, "no ha desaparecido completamente".
"Hay menos estigma social sobre ser obeso. No consideran la obesidad como un problema importante", refirió Hu.
7. Un ambiente obesogénico
"La comida y el medio físico son factores clave que hemos creado", dijo Waqanivalu, y añadió que si bien la culpa inicial se atribuye a los individuos, los expertos han acordado que como sociedad, hemos creado entornos que ayudan a la gente a ganar peso.
"El ambiente creado determina las elecciones que hacen los individuos", expresó. Estar sentado la mayor parte del día, caminar menos, tener un mayor acceso a la comida rápida y tener menos tiempo para cocinar son solo algunos ejemplos.
Estados Unidos es un excelente ejemplo de esto y lo ha sido durante 30 años. "Estados Unidos sigue siendo la superpotencia de la obesidad", expuso Hu, destacando la disponibilidad de alimentos baratos y altamente procesados y el diseño urbano centrado en el automóvil, especialmente en el sur y el medio oeste. "La tendencia a la obesidad ha sido muy pertinaz en las últimas tres décadas, a pesar de los esfuerzos".
nullPero hoy, a medida que las regiones en vías de desarrollo se urbanizan rápidamente y adoptan un estilo de vida como el que Occidente ha tenido por décadas, las personas están inclinadas a tomar las mismas decisiones: necesitan esforzarse más para dar más pasos e ir en busca de alimentos saludables, ignorando las opciones poco saludables que las bombardean en el camino.
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"En África y América así está sucediendo", dijo Waqanivalu. "¿Por qué llevamos estos alimentos para luego decirle a la población que no los coma?"
Abordar las causas
Waqanivalu y Hu coinciden en este punto y en el hecho de que las intervenciones son necesarias para contrarrestar las decisiones tomadas anteriormente en función del diseño ambiental, así como resaltar el verdadero alcance de la epidemia actual de obesidad y sus consecuencias futuras para aquellos que muestran desinterés.
Hu cree que la obesidad es en verdad un problema social, no individual, y que se necesitan políticas nacionales e internacionales para crear entornos en los que sea fácil para las personas estar sanas.
Waqanivalu sostiene que la prioridad debe ser los niños.
El número de bebés y niños menores de 5 años con sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 42 millones en 2013, según la Organización Mundial de la Salud, en la región africana esas cifras aumentaron de 4 millones a 9 millones durante ese período.
"(Los niños) no son culpables del ambiente en el que son criados", dijo Hu. "Los gobiernos deben intervenir para crear un ambiente que les ayude a tomar la decisión correcta".