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Cuando la gripe se vuelve letal

La influenza comúnmente cobra la vida de los ancianos porque se vuelve neumonía, pero puede ser letal de otras formas, particularmente los niños menores de cinco años.
mié 31 enero 2018 01:40 PM
Influenza
Influenza La preocupación usual cuando un niño pequeño o un infante presenta síntomas de influenza, entre ellos fiebre, es que podría haber una infección simultánea más grave. (Foto: Sasha_Suzi/Getty Images/iStockphoto)

Esta temporada de influenza ha sido feroz y ya ha cobrado la vida de al menos 30 niños en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de ese país.

Aunque no cuentan los decesos de adultos, los CDC estiman que el 8.2% de las muertes en la semana que terminó el 13 de enero fueron consecuencia de la neumonía y la influenza. Es más de 1% más elevado de lo usual.

A esas estadísticas aterradoras hay que sumar que la Organización Mundial de la Salud estima que las epidemias anuales de influenza provocan entre tres y cinco millones de casos graves en todo el mundo y entre 290,000 y 650,000 muertes.

Aunque la fiebre y el malestar pueden ser terribles, la mayoría de los pacientes no muere a causa de la influenza. Entonces ¿cómo es que esta enfermedad común provoca que tanta gente muera?

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"La influenza y sus complicaciones afectan desproporcionadamente a las personas mayores de 65 años. Representan el 80% de las muertes", explicó William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Vanderbilt, en Estados Unidos. Sin embargo, los niños pequeños y las personas con enfermedades subyacentes, tales como padecimientos cardíacos, enfermedades pulmonares o diabetes, también son susceptibles de morir de influenza, explicó. Los adultos pueden sucumbir de tres maneras:

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Neumonía

"El caso usual de muerte por influenza es el de una persona que contrae influenza, se le inflama el pecho y luego se presenta la complicación de la neumonía", explicó Schaffner, quien agregó que este es un "proceso prolongado".

La neumonía es una infección que provoca que los pequeños sacos de aire de los pulmones se llenen de líquido o pus. Aunque esta es la ruta más común hacia la muerte, la influenza puede ser letal por razones más inusuales.

Sepsis

"Gran parte de los síntomas sistémicos que presentamos cuando tenemos influenza (la fiebre, el malestar y el dolor, el cansancio) son parte de la respuesta [de nuestro cuerpo] al virus", explicó Schaffner. Los síntomas que presentamos son una reacción inflamatoria ante los "soldados" que nuestro sistema inmunitario despliega para combatir cualquier patógeno, señaló.

"Siguiendo con la analogía de la guerra, todos sabemos que hay daños colaterales en el curso de una guerra", así que la influenza también puede provocar que una persona perfectamente sana "termine en la sala de emergencias en cosa de 24 o 48 horas", explicó Schaffner.

La influenza provoca una reacción inmunitaria en el cuerpo de todos, pero en algunos casos, esta reacción natural puede ser "abrumadora", señaló Schaffner. "Algunas personas jóvenes y robustas pueden presentar una reacción muy abrumadora, llamada 'tormenta de citosinas'". Las citosinas son proteínas que se crean como parte de la reacción inflamatoria y provocan una "tormenta" en el cuerpo, explicó Schaffner. "Esta tormenta de citosinas puede provocarle sepsis a la persona".

Kyler Baughman, de 21 años, es uno de los ejemplos. Murió inesperadamente en diciembre en el Hospital Presbiteriano del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh luego de pelear contra la influenza. Baughman, estudiante universitario, tenía dos empleos y solía publicar en las redes sociales fotos suyas en el gimnasio. La causa de su muerte, como reportó el médico forense del condado de Allegheny, fue influenza, choque séptico y falla orgánica múltiple.

Ataque cardíaco

Las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco se incrementan seis veces en los primeros siete días de una infección por influenza, según un nuevo estudio que se publicó el miércoles 25 de enero en el New England Journal of Medicine . En el estudio se analizaron casi 20,000 casos de influenza en adultos de más de 35 años en Ontario, Canadá.

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El riesgo puede ser mayor para los adultos mayores, explicó Jeff Kwong, médico autor del estudio e investigador del Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativas y Salud Pública de Ontario. El ataque cardíaco ocurre cuando la sangre deja de irrigar al corazón abruptamente; a esto también se le llama infarto agudo al miocardio.

Kwong explicó que como usualmente hay un lapso de varios días entre que se contrae la enfermedad y que se lleve a cabo una prueba de laboratorio, "el incremento en el riesgo probablemente se presenta en los primeros 10 días posteriores a la exposición al virus, más o menos".

En la investigación, en la que se identificaron 364 hospitalizaciones por infarto agudo al miocardio en los casos de influenza que se analizaron, también se demostró que hay una relación más intensa con la influenza B que con la influenza A. "Habríamos necesitado más casos para determinar si la diferencia es real o si simplemente fue casualidad", explicó Kwong.

Aunque en el nuevo estudio no se identificaron las razones por las que la influenza puede provocar un ataque cardíaco, Kwong y sus colaboradores propusieron la teoría de que las enfermedades infecciosas pueden provocar inflamación, tensión y constricción de los vasos sanguíneos, lo que incrementa la presión arterial.

Amenazas para los niños

La abrumadora mayoría —99%— de los niños menores de cinco años que mueren por enfermedades relacionadas con la influenza están en países en desarrollo .

Aunque los niños del mundo desarrollado no están expuestos a riesgos tan altos, siguen siendo vulnerables si contraen la influenza. La sepsis resultante de la influenza puede provocar la muerte de niños muy pequeños, de acuerdo con Flor M. Munoz, profesora asociada de Pediatría y Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor, Estados Unidos.

"El riesgo para los niños es diferente según su edad", explicó Munoz. Las edades más preocupantes son "infantes en el primer año de vida y niños menores de cinco años".

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"La diferencia con los adultos es que los niños no solo tienen muchas oportunidades de exponerse a la influenza, sino también a propagarla", dijo Munoz. En general, los niños son los primeros en enfermarse cuando comienza la temporada de influenza, principalmente porque están en la escuela jugando con otros niños… y propagando gérmenes. "Pueden estar completamente sanos y aun así tener problemas con la influenza", dijo Munoz. "La vacuna contra la influenza no ofrece la misma protección que para los adultos". Esto se debe a la falta de "experiencia inmunitaria" de los niños.

El sistema inmunitario de los niños "sigue en desarrollo y tiene reacciones diferentes, digamos, que las de los niños más grandes, los adolescentes o los adultos". Ocurre lo mismo con los ancianos. "Es simplemente el funcionamiento normal del sistema inmunitario", explicó Munoz.

Sin embargo, la preocupación usual cuando un niño pequeño o un infante presenta síntomas de influenza, entre ellos fiebre, es que podría haber una infección simultánea más grave. "A esa edad, los niños pequeños pueden tener meningitis, neumonía, infecciones bacterianas, no necesariamente relacionadas con la influenza", explicó Munoz. "Hay que ser más cuidadosos".

"Ciertamente tiende a haber infecciones secundarias", señaló. Así que un niño puede empezar con influenza; la irritación de su nariz y su garganta puede dejarlo expuesto a más gérmenes y entonces desarrolla otra infección bacteriana: infecciones de oídos, sinusitis o neumonía, por ejemplo. Como el sistema inmunitario del niño ya está peleando con la influenza y además con otra bacteria, podría haber sepsis. Muñoz apuntó que estos son los casos de los que nos enteramos por las noticias, "niños que estaban sanos, que no se sintieron bien, y en uno o dos días mueren por alguna complicación".

Otra de las amenazas es que aunque los niños y los adultos presentan los mismos síntomas cuando contraen la influenza, es más probable que los niños presenten diarrea y vómito. Esto puede provocar deshidratación en infantes y niños pequeños, explicó Munoz, lo que puede poner en riesgo su vida a tan tierna edad.

¿Qué es lo que los papás necesitan saber?

"Todos los años va a haber influenza. Todos los años hay entre 50 y 100 muertes de niños a causa de la influenza", señaló Munoz, quien también es miembro de la Comisión para las Enfermedades Infecciosas de la Academia Estadounidense de Pediatría. "Esto debe tomarse muy en serio".

Los papás pueden asegurarse de que sus hijos estén vacunados, apuntó. "Como mamá, si tienes algo a la mano y puedes proteger a tu hijo, ¿por qué no?".

"Es una vacuna muy segura… no es verdad que puedes contraer la influenza con la vacuna", agregó.

Lynnette Brammer, directora del equipo de Vigilancia Interna para la Influenza de los CDC, respaldó la postura de Munoz. "Queremos seguir enfatizando que aún resta mucha actividad de la influenza, la gente que no se ha vacunado debería vacunarse. Tal vez estemos cerca del pico de esta oleada, pero no es raro que haya una segunda oleada de influenza B", señaló.

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Schaffner dijo que es evidente que la vacuna contra la influenza es imperfecta, pero sigue teniendo beneficios. "Si te vacunas y tienes una enfermedad parecida a la influenza, es probable que sea menos grave. Los datos indican que es menos probable que desarrolles neumonía y es menos probable que mueras", explicó.

Si un niño se enferma, particularmente uno muy pequeño, los papás deberían ir al médico o consultar a un profesional de la salud, quien probablemente recete algún medicamento, explicó Munoz. Con el tratamiento, los fármacos antivirales se vuelven la segunda línea de defensa frente a las consecuencias graves. Brammer explicó que aunque es probable que no les receten antivirales a las personas que de no ser por la infección, están sanas, quienes más se beneficiarían de estos medicamentos serían "las personas de alto riesgo, los ancianos, los niños menores de dos años, las mujeres embarazadas y las personas con problemas crónicos de salud".

Se sabe que los antivirales funcionan mejor cuando empiezan a tomarse a los dos días de enfermarse. Los estudios indican que estos fármacos, que rara vez tienen efectos secundarios , pueden reducir los síntomas y reducir el tiempo de enfermedad en uno o dos días.

"Es una temporada de influenza fuerte y creo que terminará siendo moderadamente intensa", dijo Schaffner. "Aceptaremos toda la protección y la prevención que podamos, por pequeñas que sean".

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