Este software es capaz de predicir enfermedades pandémicas mortales
El viaje de Rainier Mallol comenzó con una infección. Cuando tenía 14 años, su madre enfermó de dengue.
Fiebre, dolor de cabeza, vómitos, dolores musculares y en las articulaciones, una enfermedad transmitida por la picadura de mosquito en su nativa República Dominicana. Muy común en los trópicos (los casos han aumentado dramáticamente en las últimas décadas según la Organización Mundial de la Salud), el dengue puede ser potencialmente mortal. Aunque existe una vacuna , no existe un tratamiento específico una vez contraído.
"Me sentía impotente", cuenta Mallol, doce años después. Su madre era parte de una estadística: una de los 390 millones de infecciones por dengue cada año; una de los aproximadamente 4,000 millones de personas en riesgo de infectarse por dengue a nivel mundial.
Pero, ¿y si estos datos pudiera aprovecharse?, ¿si pudiéramos rastrear la propagación de brotes previos, seríamos capaces de encontrar patrones para predecir dónde ocurrirán después?
Estas fueron las preguntas que Mallol tenía en mente en 2015 cuando participó en un programa en el Parque de Investigación de la NASA en California. Ochenta personas de todo el mundo fueron invitadas por Singularity University (un grupo de expertos e incubadora de negocios de Silicon Valley que ofrece programas educativos) para desarrollar una idea: "una solución que salvaría miles de millones de vidas en los próximos 10 años", dice Mallol.
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Sus antecedentes eran variopintos, desde periodistas, profesionales de la salud y escritores hasta productores de cine. Mallol era ingeniero informático y el primer día del programa hizo amistad con el Dr. Dhesi Raja, especialista en salud pública de Malasia.
Los dos hablaron sobre el dengue y la incapacidad de pronosticar los brotes, y concibieron un enfoque basado en algoritmos para monitorear la enfermedad. Mallol creó un software básico de inteligencia artificial en una semana, alimentándolo con estadísticas sobre el dengue y pidiéndole predicciones con tres meses de antelación.
"Esperamos unas 10 semanas y luego comparamos los resultados", dice. "Obtuvimos una precisión de cerca del 81%".
Así nació su empresa conjunta, Artificial Intelligence in Medical Epidemics (AIME, la inteligencia artificial aplicada a las epidemias médicas), que hoy asegura tener una precisión promedio de 86.4%. La plataforma de predicción de brotes de dengue de la compañía ahora suministra al gobierno de Malasia y a gobiernos regionales de Brasil y Filipinas información útil para manejar y contener los brotes.
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"Lo que hacemos es analizar datos del año pasado, meses pasados, días pasados de casos de dengue", explica Mallol. Al trazar esto en los mapas, agregan otros factores. "Tenemos un sistema que obtiene más de 276 variables", agrega, "variables climáticas, variables geográficas y variables socioeconómicas"
"Los gobiernos pueden realmente tomar acciones preventivas" utilizando, por ejemplo, la fumigación de zonas que podrían verse afectadas, explica Mallol. Las autoridades pueden analizar fácilmente un brote en curso según los síntomas prevalentes, los datos demográficos de la población, etc., y actuar en consecuencia. Además, dice Mallol, pueden hacerlo más rápido.
"Conozco un producto que puede mapear todos los casos (de dengue) que ocurrieron en 2014, tardaron aproximadamente un año en hacerlo", dice. "Nosotros lo hacemos en un minuto o menos".
AIME planea llevar su plataforma a otros países y regiones. Habiendo visitado ya la Clinton Global Initiative y la Universidad de Harvard, el cofundador dice que los gobiernos son ahora más receptivos a la startup.
"El dengue es solo el comienzo", agrega. "Crearemos un dispositivo para diagnosticar la tuberculosis y la malaria. Crearemos otro software para diagnosticar la retinopatía diabética (una enfermedad que puede causar ceguera)". Y también existe la idea de "vincular los bancos de sangre de todo el mundo".
Está claro que las ambiciones de Mallol y AIME no tienen límites. Aunque por ahora, están concentrados en el dengue.
"Mi invención cambiará el futuro", afirma. "Lo sé porque ya está cambiando el futuro en Malasia".