Menos carne y más nueces, la receta para comer mejor y preservar el planeta
PARÍS - Para alimentar a 10,000 millones de humanos en 2050 de una manera sana y respetando al mismo tiempo el planeta los expertos aseguran que se debe reducir el consumo de carne y duplicar el de frutas, verduras y frutos secos.
En un estudio de la revista médica The Lancet y la Fundación EAT, los científicos recomiendan consumir cada día una media de 300 gramos de verdura, 200 gramos de fruta, 200 gramos de semillas enteras (arroz, trigo, maíz), 250 gramos de leche entera (o equivalente) pero solo 14 gramos de carne roja.
Para sustituir las proteínas que proporciona la carne roja, los científicos aconsejan consumir carne de ave (29 g), pescado (28 g), huevos (13 g) y frutos secos como nueces o almendras (50 g).
Asimismo, recomiendan reducir en más del 50% el consumo de alimentos menos sanos, como los azúcares añadidos, el refresco, la carne roja, y evitar los alimentos procesados.
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Según ellos este régimen permitiría evitar unas 11 millones de muertes prematuras al año en el mundo.
"Los regímenes alimenticios actuales están llevando a la Tierra más allá de sus límites y son fuente de enfermedades: son una amenaza a la vez para la gente y para el planeta", señala la publicación.
En este informe participaron 37 expertos de 16 países. Su objetivo es garantizar un "equilibro entre las necesidades en materia de salud humana y los impactos medioambientales".
Cambios en los hábitos
En Estados Unidos, por ejemplo, el consumo de carne roja es de 280 gramos de media, lo que obligaría dividir su consumo por 20.
"Más de 820 millones de personas no tienen acceso a suficiente comida, 2,400 millones de personas consumen demasiado, y en total cerca de la mitad de la población mundial tiene un régimen alimenticio con carencias en nutrientes" indica el informe.
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Además del cambio de alimentación, los expertos recomiendan un cambio radical en la manera de producir, evitando la concentración en unos pocos tipos de cultivo, limitando la expansión de las tierras agrícolas que reducen los bosques y evitando el exceso de pesca.
"La manera en la que comemos es una de las causas principales del cambio climático, de la pérdida de la biodiversidad y de las enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares", explicó Tim Lang, profesor de la Universidad de Londres y uno de los autores del estudio.