Cómo el amor ayuda a mejorar la salud del corazón
(CNN) — Cuando piensas en tu ser amado, ¿sientes calidez y ternura en el corazón o dirías que te late más rápido?
Desde hace mucho, los humanos han dicho que el corazón es la fuente de nuestros afectos. Probablemente comenzó con los antiguos egipcios y griegos; Aristóteles, por ejemplo, pensaba que la mente estaba en el corazón y consideraba que la bomba biomecánica era el origen de todo pensamiento y sentimiento.
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Sandeep Jauhar, cardiólogo y escritor radicado en Nueva York, dijo que es el "corazón metafórico".
"El corazón metafórico es la idea que teníamos del corazón antes de que llegara la ciencia", señaló Jauhar, quien explora la relación entre este órgano del tamaño del puño y el "corazón del amor" en su libro Heart: A History.
"El corazón era la semilla del alma", dijo Jauhar. "Era en donde residían nuestras emociones; emociones como el amor o la valentía".
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"Lo que he observado en las dos décadas que llevo ya como cardiólogo es que el corazón está relacionado con el amor; que ese corazón metafórico tiene un impacto directo en nuestro corazón biológico", agregó. "Las personas que tienen relaciones sanas y amorosas tienen mejor salud cardiaca".
El amor comienza en el cerebro
Decimos que nos "enamoramos perdidamente", como si no tuviéramos control sobre ello. Sin embargo, ese torrente de emociones que relacionamos con el corazón en realidad surge en las profundidades del cerebro.
Todo empieza con la atracción que desencadena la creación de una senda de dopamina en el centro del cerebro. La dopamina se conoce como el neurotransmisor del "bienestar", pero también nos indica que tenemos que poner atención y esperar una recompensa.
La dopamina nos prepara para el siguiente paso: el enamoramiento. Tal vez sea una obsesión. Los niveles altos de dopamina suprimen a la serotonina. Los estudios han mostrado que es lo mismo que pasa con las personas que tienen trastornos obsesivos-compulsivos.
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El cerebro también le indica a la glándula suprarrenal que libere sustancias químicas como la adrenalina o la norepinefrina. Por eso a veces temblamos y sentimos que nuestro corazón se acelera cuando pensamos en nuestro ser amado.
El cerebro cierra el trato con la liberación de la oxitocina, a la que suele llamarse "hormona del amor" porque ayuda a la pareja a fortalecer los lazos. La oxitocina es un neuropéptido que secreta la glándula pituitaria durante los momentos de intimidad como los abrazos, los besos o el orgasmo.
El amor es bueno para el corazón
Inundar al cuerpo con las hormonas del amor es maravilloso para el sistema nervioso y, por asociación, para el corazón. Esa sensación cálida de afecto agudiza nuestro sistema nervioso parasimpático y nos ayuda a relajarnos. Eso reduce el estrés y las sensaciones de depresión y ansiedad.
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Los sentimientos de amor también aplacan nuestro sistema nervioso simpático, el responsable de nuestra reacción de "pelear o huir". Cuando estamos relajados, "los vasos sanguíneos tienden a dilatarse un poco más y la presión arterial tiende a bajar", explicó Jauhar.
En un estudio con 60 parejas se determinó que su presión sanguínea era más baja cuando estaban interactuando socialmente con su pareja que cuando estaban solos o interactuando con otras personas. Lo extraño fue que el descenso de la presión sanguínea ocurrió aunque las parejas creyeran que su relación era menos que óptima.
Las investigaciones demuestran que los hombres y las mujeres casados tienen menos riesgos de desarrollar un problema cardiovascular que los hombres y las mujeres solteros. Fue el mismo hallazgo que arrojó un análisis de más de 280,000 hombres y mujeres que participaron en el Estudio Nacional Longitudinal sobre Mortalidad de Estados Unidos; en este también se determinó que el matrimonio protege de las enfermedades cardíacas.
Al parecer, el apoyo social también mejora el sistema inmunitario y reduce el riesgo de inflamación, que puede ser "perjudicial para el corazón", de acuerdo con Jauhar. Los investigadores del estudio sobre el resfriado común, que se llevó a cabo en Pittsburgh, midieron en los participantes los niveles de apoyo familiar, de amigos y organizaciones y luego rociaron virus de la gripe en su nariz. Quienes tenían mayor refuerzo social tuvieron menos probabilidades de enfermar.
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Al parecer, las relaciones sexuales están relacionadas con un sistema inmunitario más fuerte. En un estudio con universitarios que tenían buenas relaciones, se determinó que quienes tenían relaciones sexuales una o dos veces por semana tenían mayor concentración de inmunoglobulina A en su saliva. La inmunoglobulina A (o IgA) es la primera línea de defensa del cuerpo ante las enfermedades respiratorias.
Tener una buena relación amorosa también puede tener efecto en tu corazón porque fomenta las conductas saludables que reducen el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca.
"Es probable que le hagas caso a tu cónyuge cuando te dice que te tomes tus medicamentos o que vayas a ver al médico", dijo Jauhar. "Tal vez te diga que te levantes del sillón y hagas ejercicio o que dejes de fumar".
El impacto de la tristeza o de un corazón roto
Desafortunadamente, el impacto del amor en el corazón también funciona al revés. Las personas que tienen relaciones sin amor, relaciones complicadas con su pareja o sus hijos, o que están descontentas en el trabajo o en la vida suelen tener más enfermedades cardiacas, explicó Jauhar.
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"Sabemos que la depresión tiende a causar más inflamación vascular", dijo. "Incrementa la coagulación; la mayoría de los infartos son a causa de coágulos en los vasos sanguíneos que alimentan al corazón".
Los estudios han demostrado que el riesgo de tener un ataque cardiaco incrementa en el caso de los hombres y las mujeres que han pasado por varios divorcios y las mujeres tienen un riesgo mayor. Las mujeres que se han divorciado dos veces tuvieron un riesgo 77% mayor de tener un ataque cardiaco; los hombres que se divorciaron dos veces tuvieron un riesgo del 30%, el cual desapareció cuando se volvieron a casar. Las mujeres que se volvieron a casar siguieron teniendo un riesgo alto.
El riesgo de tener un ataque cardiaco es mayor durante el primer año posterior al rompimiento de una relación romántica, explicó Jauhar. Si una persona que carece del respaldo social adecuado tiene un ataque cardiaco, hay más riesgo de muerte y de que la recuperación sea más larga.
Pero eso no es todo. Romper con tu pareja puede romperte el corazón, literalmente.
"Hay una entidad fascinante, llamada síndrome del corazón roto", señaló Jauhar. "El corazón cambia de forma en respuesta a una perturbación emocional aguda, como el rompimiento de una relación amorosa o la muerte de un ser querido".
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Esta condición, conocida como cardiomiopatía inducida por estrés, afecta principalmente a las mujeres. Se presenta cuando el corazón se perturba por un estrés repentino y agudo y el ventrículo izquierdo se debilita. En vez de adoptar la forma normal de punta de flecha cuando se contrae, el ventrículo izquierdo deja de funcionar y adopta una forma más redonda, como de vasija.
En este síndrome, que se describió por primera vez en Japón, en 1990, el corazón roto se parece tanto a una trampa japonesa para pulpos, conocida como takotsubo, que los médicos empezaron a llamar cardiomiopatía takotsubo a este trastorno.
"Ahora, en la mayoría de los casos, cuando el estrés emocional agudo se disipa, el corazón se recupera y regresa a su forma normal", explicó Jauhar. "Sin embargo, he tenido pacientes que desarrollaron insuficiencia cardiaca congestiva aguda, arritmias que amenazaron su vida o que incluso murieron por este trastorno. Creo que es el ejemplo más claro de que nuestra vida emocional afecta directamente a nuestro corazón".
Ama a la persona con la que estás
Si no tienes un romance de importancia en tu vida, no desesperes. La ciencia está bastante segura de que las sustancias químicas del amor se liberan cuando sientes afecto por toda clase de cosas.
"Para algunas personas, la relación más intensiva de su vida podría ser con sus hijos, con sus padres o con su mascota", señaló Jauhar. "Por eso no creo que se trate del objeto del amor, sino más bien del sentimiento".
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Abrazar a un amigo o a un familiar aumenta la concentración de oxitocina, la hormona del bienestar que nos ayuda a relajarnos. Los estudios han demostrado que los abrazos pueden protegernos de los conflictos futuros o el estrés y que posiblemente reducen la presión sanguínea y el ritmo cardiaco .
El voluntariado es otra forma de establecer un lazo saludable que puede mejorar el estado de ánimo y combatir la depresión. La ciencia ha demostrado que las personas que hacen voluntariados tienen una tasa de mortalidad menor; quienes tienen enfermedades crónicas también sienten menos dolor cuando están ayudando a otros.
Además, no hay que olvidar a nuestros amigos peludos. Los beneficios de tener una mascota están bien documentados, tanto en el caso de las personas como en el de las mascotas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos tienen una lista de los beneficios para el corazón que surgen de amar a una mascota : la presión sanguínea, el colesterol y los triglicéridos bajan mientras aumentan las oportunidades para hacer ejercicio, tener actividades al aire libre y socializar.
Parece que Stephen Stills (y sus cantantes de respaldo, David Crosby y Graham Nash) estaban en lo correcto cuando cantaron: "ama a aquél con quien estás".