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¿Descubrimiento, encuentro o invasión?
“Los indígenas del continente que habían permanecido desconocidos para los europeos solo entran en escena cuando ocurre que ‘son descubiertos’, ‘son conquistados’, ‘son cristianizados’ y son ‘colonizados’”, explicó el historiador Miguel León-Portilla en su texto Encuentro de dos mundos, presentado en 1992 en la Conferencia Internacional: Reescribiendo la Historia.
El texto recopilatoria de la Secretaría de Cultura detalla algunos posicionamientos encontrados en la “historia universal” y en las posturas de algunos filósofos con respecto a los habitantes del “Nuevo Mundo”, en ellas se encuentran visiones que califican a los indígenas como “primitivos”, “casi animales” e “incapacitados”.
Por ello, el académico alertó sobre un sesgo en la forma en la que se construye el conocimiento sobre el continente americano (exceptuando Estados Unidos) y sobre lo que se ha denominado “descubrimiento de América”.
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América no existía
Para el historiador y filósofo Edmundo O'Gorman, América simplemente no pudo haber sido descubierta, porque no existía.
Este postulado se encuentra en el libro La invención de América (1958); en este texto O´Gorman argumenta que América no fue descubierta, sino que fue inventada, por lo que para el historiador es preciso reconstruir la historia, no del descubrimiento de América, sino de la idea de que América fue descubierta.
“El problema fundamental de la historia americana estriba en explicar satisfactoriamente la aparición de América en el seno de la Cultura Occidental, porque esa cuestión involucra, ni más ni menos, la manera en que se conciba el ser de América y el sentido que ha de concederse a su historia”, explica en su libro.
Recientemente, el historiador Federico Navarrete asegura que la visión que ofreció Cristóbal Colón desde el desembarco de sus navíos en Las Bahamas dio pie a que se perciba una dominación europea sobre América.
“La facilidad con que el ‘descubridor’ comenzó a disponer del territorio y las vidas de los americanos es inseparable de la idea misma de descubrimiento. Para los europeos las tierras que hallaran (…) y también sus habitantes, eran desconocidos y eso significaba que estaban disponibles para hacer con ellos su voluntad”, detalla el artículo Las historias de América y las historias del mundo: una propuesta de cosmohistoria.