El Día de Muertos y Halloween tienen más coincidencias de las que crees, pero con diferencias trascendentales
El Día de Muertos y Halloween son dos festividades relacionadas por su temática de la muerte y la cercanía en el calendario, pero tienen historias distintas. Estas son las diferencias
Halloween se celebra cada 31 de octubre, mientras que el Día de Muertos suele contemplar el 1 y 2 de noviembre.(Foto: Expansión / Google AI Studio)
Carolina Aguilar
A pesar de que entre el Halloween y el Día de Muertos hay unos días de diferencia y tienen que ver con espíritus, su historia y significados son más lejanos. Mientras que la primera se centra en lo sobrenatural y tiene raíces paganas, la segunda celebra la memoria y a la familia.
A continuación, te contamos brevemente sobre su historia, origen y las tradiciones de ambas fechas.
La coincidencia del significado entre el Halloween y el Día de Muertos
La esencia del Día de Muertos, de acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, radica en una celebración a la memoria de los seres queridos que han fallecido mediante rituales y altares. Según la creencia, las almas vuelven al mundo de los vivos para convivir con sus familiares y nutrirse del alimento que se dispone en las ofrendas en su honor.
La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo el 1 y 2 de noviembre, para coincidir con el calendario católico. El 1 corresponde a Todos los Santos, dedicado a los niños; y el 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, que engloba a los adultos.
La gente decora una tumba durante las celebraciones anuales del Día de Muertos, en Mazatlán Villa de Flores, México, el 1 de noviembre de 2024.(Jorge Luis Plata/REUTERS)
Mientras tanto, el Halloween, también conocido como Allhalloween, Víspera de Todos los Santos o Víspera de Todos los Santos, se celebra para marcar el final de la cosecha y la transición del otoño al invierno, un periodo asociado con la oscuridad.
Según Cambridge School, tiene origen en la festividad antigua celta Samhain, la cual se creía que la frontera que divide el mundo de los vivos y los muertos se difuminaba en esta época, y así los muertos volvían a sus hogares.
Sin embargo, no todas las ánimas eran antepasados. De acuerdo a una investigación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se creía que también quedaban sueltas las hadas, los duendes y las brujas.
Por ello, desde la antigüedad, además de hacer rituales funerarios, también se utilizaban disfraces y máscaras para alejar a los fantasmas.
Ambas fechas fueron influidas fuertemente por la Iglesia, particularmente para coincidir con el calendario católico y para abolir algunas prácticas paganas e indígenas.
En el caso del Halloween, los celtas celebraban la fiesta Samhain con abundante comida y alcohol en honor del fin de la cosecha y el inicio de la segunda mitad del año, caracterizado por la oscuridad. De acuerdo con el World History Encyclopedia, también solía ser una época de pagar deudas, reunirse, llevar a cabo juicios por delitos graves y hacer justicia.
También se creía que se realizaban bailes y disfraces, posiblemente hechos con pieles de animales sacrificados.
Sin embargo, cuando el cristianismo llegó a Irlanda, el sitio de los celtas, la Iglesia católica impuso su calendario e intentó quitar las celebraciones paganas. El papa Gregorio III, entre los años 731 y 741, estableció el Día de Todos los Santos, cambiando la fecha del 13 de mayo, al 1 de noviembre, probablemente por la resistencia celta de abandonar el Samhain.
En el caso de México, los pueblos nativos realizaban veneraciones a sus muertos con prácticas funerarias, según el INAH. En el caso de los mexicas, tenían un calendario anual de 18 veintenas, con varias celebraciones como la octava Miccailhuitontli (Fiesta pequeña de los muertos), la novena: Huey Miccailhuitl (Gran fiesta de los muertos), la decimo tercera: Tepeilhuitl (Fiesta de los cerros) y la decimo sexta. Tititl (encogimiento o envejecimiento).
Varias se celebraban en los meses de agosto y septiembre, pero durante octubre y noviembre eran las dedicadas a fiestas mayores, y coincidían con el fin de la cosecha y el cambio del otoño al invierno.
En Tepeilhuitl, se hacían imágenes de las personas que fallecieron ahogados o murieron por enfermedades acuáticas, y que fueron enterrados, y las representaciones se ponían en altares. La celebración estaba relacionada con las deidades del agua como Tláloc, Chalchihuitlicue y sus hermanos los tlaloques.
En la veintena Tititl, celebrada en el solsticio de invierno, se honraba a la diosa Cihuacóatl y era la fiesta de los muertos, a quienes se les recordaba cada año con una ofrenda sobre un petate, una imagen y comida. Al finalizar, se quemaba todo.
Existían diferentes celebraciones, pero fueron prohibidas después de la conquista española en el siglo XVI, y los franciscanos impusieron sus creencias.Al igual que con los celtas, algunas festividades coincidían con el calendario católico, y las prácticas se transformaron y trasladaron de manera natural para conmemorarse el 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos, y el 2 de noviembre como los Fieles Difuntos.
En Halloween, que se celebra cada 31 de octubre, continúa la tradición de tallar calabazas con rostros e iluminarlas con velas en su interior, con la intención de ahuyentar a los malos espíritus.
Además de disfrazarse de monstruos, fantasmas y diferentes crituarias. Sin embargo, actualmente se realiza más por diversión, al igual que el “dulce o truco”.
“¿Truco o trato?” Evening Star (Washington, DC), 28 de octubre de 1962.(Foto: Library of Congress )
Pese a esto, el tono de Halloween está centrado en el susto y lo paranormal.
En el lado del Día de Muertos, la tradición prevalece más con el uso de sus símbolos y ofrendas, con un ambiente familiar, respetuoso y alegre. Entre lo más representativo, está la construcción de altares en los hogares y los cementerios, con fotografías, comidas, bebidas, flores de cempasúchil, velas y pan de muerto.
Las familias siguen visitando los panteones para limpiar y decorar las tumbas de sus seres queridos, y colocar caminos de flor de cempasúchil y velas para ayudarlos a su regreso.
Se colocan velas encendidas frente al altar de un ser querido fallecido durante las celebraciones del Día de Muertos, en Cuanajo, México.(Ivan Arias/REUTERS)