Beber poca agua
Al ser los órganos que cumplen la función de filtración, es lógico pensar que la falta de agua afecte su función normal. Con el paso del tiempo, el flujo renal va descendiendo y la acumulación de toxinas va aumentando, lo cual puede llegar a ser fatal.
Por otra parte, una ingesta de agua deficiente puede conducir a la formación de cálculos renales (piedras en los riñones), debido a la acumulación de sales y minerales dentro de los riñones.
Aguantar “las ganas de ir al baño”
El retener demasiado tiempo la orina puede ser perjudicial para estos órganos, aumentando el estrés dentro de las nefronas (la unidad funcional del riñón). Con el paso del tiempo, puede provocar complicaciones en las vías urinarias.
Al aguantar las ganas de ir al baño aumenta la presencia de bacterias presentes en la orina y formar colonias que se depositen en las cavidades de las vías, lo que aumenta la posibilidad de contraer una infección en las vías urinarias.
Falta de ejercicio
El llevar un estilo de vida sedentaria aumenta la posibilidad de aparición de muchas enfermedades, y no solo afecta a los riñones. Con la actividad física, se estimula la función renal, pues se producen muchas sustancias que se requieren eliminar, por ejemplo, la creatinina y la urea.
Otros hábitos que también afectan a tus riñones, es el consumo de bebidas carbonatadas, llevar una alimentación rica en grasas, consumo de alcohol, etcétera.