Piñatas
Las hay de todas formas y colores, las vemos en posadas, fiestas de cumpleaños de los más pequeños -y no tan pequeños- y hasta se entona una canción al momento de pasar a pegarle, pero aunque no lo creas, las piñatas no son originarias de México.
Su origen se remonta a las fiesta de año nuevo en China, éstas tenían formas de animales, tradicionalmente de buey o vaca y eran rellenadas con semillas, de acuerdo con la Fundación Casa de México en España .
La tradición de las piñatas se extendió por Europa, incluido España y como consecuencia a México.
Hay indicios de que los mayas acostumbraban romper recipientes de barro rellenos de cacao, mientras que los mexicas llenaban cazuelas de barro con tesoros y alhajas.
Eso sí, las formas más recientes de las piñatas sí surgieron en México, específicamente en en el siglo XVI en el municipio de Acolman, Estado de México, cuando los frailes comenzaron a celebrar las “misas de aguinaldo” o “posadas” durante los días previos a la Navidad.
Los churros
Este pan frito es un clásico de panaderías, canastas en algunas equinas de la ciudad y por supuesto Coyoacán, siempre acompañados de una bebida caliente. Pero aunque son tan queridos en México, su origen -se cree- viene de China.
Supuestamente mercaderes portugueses conocieron el “Youtiao”, una tira de masa frita que se servía en el desayuno; dicho bocadillo originalmente se ofrecía en pares, esto como un símbolo de la dinastía Song Qin Hui y su esposa.
Los portugueses llevaron este alimento a la península ibérica donde le agregaron el azúcar y le dieron su característica forma de estrella, dando así origen al delicioso churro que conocemos.
Con el paso del tiempo, el churro fue extendiéndose hasta que, durante la época de la Conquista, los españoles lo trajeron al territorio mexicano y al resto del continente americano.