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Sale palma, entra ahuehuete: ¿es la mejor opción para Paseo de la Reforma?

El jefe del Jardín Botánico de la UNAM considera que el árbol de la manita hubiera sido más apropiado para la Glorieta de la Palma, de la Ciudad de México.
mar 17 mayo 2022 06:00 AM
(Glorieta de La Palma)
Glorieta de la Palma, en Paseo de la Reforma.

La opinión de la mayoría que, en consulta pública, eligió a un ahuehuete como el nuevo inquilino de la Glorieta de la Palma, no es la misma que la de Salvador Arias Montes, jefe del Jardín Botánico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este científico dice que el árbol de la manita hubiera sido más adecuado para sustituir a la palma gravemente afectada por un hongo, la cual después de más de 100 años de haber estado en el lugar, fue retirada en abril pasado.

Los estambres de la flor, parecidos a los cinco dedos de la mano, son el motivo de que se diera a este árbol originario de México el nombre que lleva.

“Por mucho tiempo se creyó que sólo existía de esta especie un ejemplar que estaba en Toluca, pero posteriormente se han encontrado otros muchos en Guatemala y en otras regiones”, se lee en el tomo 1 de la Enciclopedia Agrícola de Conocimientos Afines (1945), de Rómulo Escobar, fundador de la Escuela Particular de Agricultura de Ciudad Juárez, Chihuahua.

El árbol de la manita obtuvo 9,209 votos en la consulta en que participaron más de 200 mil ciudadanos, y quedó en el quinto lugar detrás del ahuehuete, con 77,487 votos; la palma canaria, con 71,293; la jacaranda, con 24,237; y la Ceiba, con 11,083. Mientras que las posiciones sexta, séptima y octava corresponden respectivamente al fresno, con 5,718 votos; otras opciones, con 2,644; y, finalmente, el sicomoro mexicano, con 1,973.

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Las ventajas del árbol de la manita

El jefe del Jardín Botánico de la UNAM preferiría el árbol de la manita porque su follaje dura varios meses, de tal suerte que no pierde tanto las hojas.

“Entonces no hay que barrer con tanta frecuencia, lo cual no ocurre con el ahuehuete, con el que sí hay que barrer más seguido las hojas que va perdiendo”, explica.

Además, echa raíces aún más verticales que las del ahuehuete, por lo que se reduce el riesgo de que afecte estructuras que estén alrededor y, finalmente, según Arias, la ventaja primordial es la siguiente:

“El árbol de la manita requiere menos agua que el ahuehuete para sobrevivir”.

Esa apreciación es compartida por Alejandra Moreno-Letelier, investigadora del Jardín Botánico de la UNAM, quien afirma que durante temporada de lluvias no tendría que haber preocupación por el riego, pero sí durante el estiaje.

“Al menos hasta que la raíz tenga la profundidad suficiente para llegar al manto freático”, precisa.

Y esto seguramente sucederá. ¿La razón? Abajo sigue habiendo mucha agua, pues antaño era zona de ríos y lagos, prueba indirecta de ello es que construcciones antiguas como la Catedral Metropolitana o el mismo Ángel de la Independencia, situado a unos 800 metros de la Glorieta de la Palma, se han ido hundiendo poco a poco, a lo largo de los años, debido al sustrato fangoso donde se encuentran sus cimientos.

Moreno-Letelier, quien también considera mejor opción el árbol de la manita por el motivo adicional de que, a diferencia del ahuehuete, es una especie en peligro de extinción, advierte la vital importancia de que el subsuelo de la glorieta tenga las dimensiones necesarias para la subsistencia del árbol elegido.

“El problema más grande que podría surgir es que al ahuehuete no se le garantizara el espacio suficiente para desarrollarse; se tiene que revisar muy bien que el agujero donde lo planten esté suficientemente profundo y que no haya nada que límite el crecimiento de la raíces como tuberías de desagüe o losas de concreto”.

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Las condiciones para que sobreviva

El ahuehuete, de manera natural, suele crecer a las orillas de ríos, como los que en tiempos de la gran Tenochtitlan abundaban en la zona de la llamada Ciudad de México.

Esto quiere decir que este árbol necesita no solamente de agua, sino de agua que fluya, como Ivonne Guadalupe Olalde Omaña, investigadora del Jardín Botánico de la UNAM, lo expone a continuación.

“Cuando un ahuehuete está de forma natural en una rivera, se nutre del agua corriente, lo cual le permite a las raíces respirar, pero con agua estancada las raíces no pueden hacerlo. El árbol elegido requerirá no solamente de riego periódico, sino también de un suelo que drene el agua”.

Por estas razones, Olalde Omaña, a quien también le hubiera gustado ver al árbol de la manita como ganador de la consulta pública, recomienda evaluar la calidad de la tierra de la glorieta para evitar que el ahuehuete muera por falta de oxigenación.

Por otro lado, Salvador Arias asegura que el hongo que dañó a la palma retirada difícilmente atacaría al ahuehuete, por lo cual no existe temor de que el árbol corra la misma suerte de su antecesora.

“Esto porque se detectó que el microorganismo está muy asociado a las palmas, pero no al ahuehuete, lo cual no significa descuidar el mantenimiento para evitar cualquier otra enfermedad”.

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Las palmas esperan al “viejo del agua”

“Huehue”, término náhuatl que significa “viejo”, está relacionado con la sabiduría acumulada por los abuelos, y “atl”, voz del mismo idioma cuyo significado es “agua”, conforman las dos raíces de la palabra “ahuehuete”, es decir, “el viejo del agua”.

Después de siglos de crecimiento, su tronco llega a alcanzar un diámetro promedio de 2 metros y una altura de 30 metros, de acuerdo con Salvador Arias.

Es un árbol que hasta la fecha puede encontrarse en el Bosque de Chapultepec, donde Eric Hágsater, botánico mexicano y director del herbario de la Asociación Mexicana de Orquideología, ha realizado caminatas de exploración desde hace décadas.

“En esa zona a los ahuehuetes los han ido sustituyendo por otro tipo de árboles, porque muchos han muerto por el exceso de explotación de los mantos acuíferos”, cuenta el también editor de Icones Orchidacearum, ​publicación digital que en este año dio a conocer la existencia de una nueva especie de orquídea, oriunda de Chiapas.

Encima del ahuehuete, según Hágsater, no suelen crecer otras plantas como orquídeas o hiedra, tampoco da fruto; sin embargo, los pájaros estiman su follaje como un buen sitio para construir sus nidos.

En el país hay dos ahuehuetes famosos: el primero es el conocido como “Árbol de la Noche Triste”, ubicado en Popotla, Ciudad de México.

“Bajo el cual cuenta la tradición que Hernán Cortés vio desfilar sus tropas derrotadas por los aztecas”, se lee en el tomo 3 de la Enciclopedia Agrícola de Conocimientos Afines (1945).

El otro es el árbol de Santa María del Tule, en Oaxaca. “En su tronco existe, casi oculta por tejidos nuevos, una inscripción recordando la visita del Barón Alejandro de Humboldt”, se expresa en el mismo tomo de la enciclopedia.

Y las 22 palmas que rodean la glorieta de Paseo de la Reforma pareciera que ya conocen esta historia y ansiosas se encuentran de recibir con el sonido de sus hojas agitadas por el viento al “viejo del agua”, este 5 de junio, día en que según el gobierno de la Ciudad de México, será sembrado en medio de ellas.

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