Así va la manufactura con Donald Trump
Durante el primer año de mandato del presidente estadounidense, Donald Trump, las fábricas estadounidenses han estado agregando empleos a su ritmo más veloz desde 2014.
Pero eso no se debe solo a Trump. Muchos factores han contribuido al resurgimiento de la manufactura.
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El presidente se está llevando el crédito por impulsar el optimismo empresarial general y la confianza del consumidor, aunque ambos habían estado aumentando durante años antes de que él asumiera el cargo. Pero un dólar más débil, que facilita a las empresas estadounidenses vender productos en el extranjero, y una economía mundial cada vez más fuerte también han ayudado a las fábricas a crecer.
Más buenas noticias llegaron el viernes: la industria manufacturera se expandió en noviembre por décimo quinto mes consecutivo, según el índice mensual de ISM. Ha estado creciendo casi sin parar desde una breve recesión de cinco meses que comenzó a finales de 2015.
Y Estados Unidos ha agregado 138,000 empleos de manufactura en lo que va del año, una cifra mucho mejor que los 34,000 empleos fabriles perdidos en el mismo periodo el año pasado. Las pérdidas del año pasado reforzaron la imagen del presidente Trump de la manufactura en un largo declive.
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“Una por una, las fábricas cerraron y dejaron nuestro territorio, sin siquiera pensar en los millones y millones de trabajadores estadounidenses que quedaron atrás”, dijo en su discurso inaugural en enero.
A pesar de esa narrativa de trabajos perdidos, algunos indicadores muestran que la industria está prosperando. Por ejemplo, lo que se conoce como producción real total de la industria, el valor de todos los bienes que produce, se ha mantenido cerca de un máximo histórico durante tres años.
Trump basó fuertemente su campaña en volver a traer empleos manufactureros a Estados Unidos, particularmente renegociando los acuerdos comerciales estadounidenses, como el TLCAN, el pacto con Canadá y México. Los tres países dicen que las negociaciones del acuerdo comercial no van bien, a pesar de algunos avances en cuestiones periféricas.
nullSin embargo, independientemente de la política comercial, la manufactura se ha recuperado debido a una variedad de razones, tanto nacionales como globales.
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La industria manufacturera se ha beneficiado este año de un dólar estadounidense más débil. La industria depende en gran medida de la exportación de sus productos, desde tuberías hasta camionetas pickup. Cuando el valor del dólar es alto —como lo fue en 2015, cuando la industria manufacturera estaba en recesión—, las exportaciones de Estados Unidos son más caras y menos atractivas para los compradores extranjeros.
El dólar tiene una baja de 9% en comparación con las monedas más negociadas del mundo este año, de acuerdo con el índice del dólar ICE. Al mismo tiempo, la economía mundial está en camino de registrar su mejor año de crecimiento desde 2011, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al combinar estos dos factores, no es sorprendente que las exportaciones estadounidenses hayan subido 8% en el primer semestre de este año en comparación con el mismo periodo de 2016.
Otro factor: la economía de Estados Unidos está teniendo un buen desempeño. El desempleo es de 4.1%, su nivel más bajo desde el 2000. La economía ha agregado empleos durante 85 meses consecutivos, la racha más larga en la historia registrada de Estados Unidos. Una economía saludable aumenta la demanda de productos manufacturados en Estados Unidos, desde automóviles hasta paneles solares.
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Las empresas han estado contratando, en particular, en trabajos de manufactura en metales y productos electrónicos. Esos sectores han agregado 32,000 empleos y 13,000 empleos respectivamente.
Germán Curá planea traer 600 empleos de manufactura en diciembre a Bay City, Texas, donde su firma europea, Tenaris, abrirá una planta de tubos de acero de 1,800 millones de dólares. El auge de la industria de esquisto en Estados Unidos impulsó en gran medida la decisión de la compañía de abrir la planta, pero Curá argumenta que la capacidad de usar tecnología avanzada para crear empleos también jugó un papel importante.
Junto con el tamaño del mercado y la aplicación de las leyes comerciales, “creo que la manufactura en Estados Unidos está regresando porque las empresas han entendido que, con la tecnología apropiada con automatización..., eso al final se traduce en nuestra capacidad de considerar la manufactura como una actividad sostenible, factible”, dice.
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Ese sentimiento podría marcar un cambio en la manufactura, que durante mucho tiempo ha sido considerada una víctima de la automatización. Un estudio de la Ball State University estima que el 87% de los trabajos de fabricación perdidos entre 2000 y 2010 fueron atribuidos a la automatización y la mejora de la eficiencia.
Curá dice que el empleado típico de Tenaris, que también tiene operaciones en Canadá y México, ha cambiado de ser “una persona que empuja una tubería a una persona que opera un robot”.
En las encuestas, los fabricantes de todo Estados Unidos dicen que no pueden encontrar trabajadores con las habilidades adecuadas, lo cual hace que algunos puestos no sean cubiertos. El gobierno de Trump planea invertir más dólares federales en programas de formación.
Agrega que los fabricantes no tienen otra opción. Necesitan preparar a los trabajadores para los trabajos de fábrica del futuro. Tenaris tiene un programa interno de capacitación laboral para nuevos empleados.
"Nuestro trabajo como industria de la manufactura en general es adoptar algo que es inevitable y reentrenar a los trabajadores”, dijo Curá.