Consejos de un tailandés para los emprendedores agro de América Latina

El tailandés Peetachai Dejkraisak estudiaba un MBA en Estados Unidos cuando descubrió que el mayor sueño de su mejor amigo era poner escuelas para niños en África. “Me animó a prometerle que yo también haría una diferencia al regresar a mi país”, cuenta.

El joven se convirtió con el tiempo en un banquero de inversión y se olvidó de ello hasta que recibió por correo un boletín de ex alumnos que mostraba a Duncan, su compañero, cumpliendo su palabra.

Esto hizo que Dejkraisak, conocido como ‘Neil’, renunciara al trabajo de sus sueños para dedicarse en los últimos cinco años a mejorar las condiciones de los productores de arroz en Tailandia. Un sector de 17 millones de personas que lo cultiva con procesos genéticamente modificados a costos altos e ingresos menores, ya que ganan en promedio por sus cosechas 40 centavos de la moneda local al día (Baht tailandés), cuyo valor tiene un tipo de cambio fijado al dólar estadounidense.

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“Eso es seis veces menor a la línea de pobreza extrema mundial (1.90 dólares al día, según el Banco Mundial)”, expresa. Primero, el financiero decidió crear un nuevo tipo de grano de arroz orgánico, alto en antioxidantes y de color morado -por estar hecho a base de moras- que llamó Jasberry Rice. Luego convenció a los granjeros para que lo cosecharan en sus tierras, mientras que él se encargaría de promover su distribución justa al mercado local.

Actualmente, su empresa Siam Organic trabaja con más de 1,000 pequeños productores y ha logrado convertir alrededor de 5,000 hectáreas de campos químicos a orgánicos para contribuir con la reducción de emisiones de CO2 en el planeta. Los granjeros hoy ganan 14 veces más al día (5.3 baht ó dólares).

‘Neil’ ganó la tercera edición de The Venture , una iniciativa de Chivas Regal que reparte un fondo de 1 millón de dólares entre 30 emprendedores sociales. Su mensaje es claro: “la innovación y las grandes ideas de la nueva generación de empresarios también necesita expandirse fuera de las urbes para atender al campo”, comenta en entrevista con Expansión.

En América Latina, más del 40% de la población trabaja en el sector agrícola o de alimentos, de acuerdo con datos del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), del Banco Interamericano de Desarrollo. Los pequeños productores, al pertenecer a cadenas de valor “débiles” y sin acceso a financiamiento, educación o capacitación técnica, hace su labor poco sostenible.

Los emprendedores sociales, cuyo modelo de negocio procura tener un impacto en los sectores más vulnerables de la población sin descuidar la rentabilidad, ya comienzan a presentar soluciones innovadoras al sector agrícola en la región. Destacan aplicaciones de robótica para el manejo de cultivos, canales de venta en línea, gestión de logística o financiación no bancaria.

La misión principal es mejorar su calidad de vida mediante mayores volúmenes de venta de productos en mercados de más alto valor. Dejkraisak, basado en su experiencia de negocios en Asia, les aconseja lo siguiente.

1. Que los retailers no te apantallen

El éxito del negocio de ‘Neil’ le ha traído una propuesta de alianza con Walmart, sin embargo no se ha decidido a firmar el contrato porque sería una misión suicida para la empresa en términos de compromiso, ya que tendría que elevar su producción de 10,000 paquetes de arroz a casi un millón al mes.

Si tu modelo de negocio es similar al de Siam Organic y llegas a recibir una propuesta del estilo no te dejes llevar, porque pondría en riesgo toda tu operación: la gente, la técnica, la logística, el financiamiento.

“Si no estás listo para escalarlo, mejor no lo hagas. La gente a la que ayudas está primero. Ni el mejor fondo de inversión o apoyo de capital podrá apoyarte. Yo por el momento no lo tengo resuelto. Así que no lo haré”, dice.

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2. La disrupción también puede meterse a la tierra

Si apenas consideras incursionar en el segmento agrícola, no pienses que la innovación puede darse únicamente en la tecnología aplicada a los diferentes procesos de la cadena de valor. “También puedes aportar variedad al segmento de alimentos y crear algo nuevo. ¡Yo lo hice!”, señala orgulloso.

“El consumo responsable llegó para quedarse. De esta forma contribuyes a un mundo más orgánico, sano para quien lo consume y refrescante para el planeta”, agrega.

La clave está en rodearse de un buen equipo de ingenieros en alimentos, contactar con algunos distribuidores y no descuidar la mercadotecnia. “El mercado de las ‘superfoods’ es absolutamente replicable”, dice.

Homologa tu desarrollo in IT

Si ayudas al sector agrícola desde la parte tecnológica, procura que el diseño de tu sistema pueda salir al mercado global, pero principalmente que pueda ser manejado por los mismos granjeros.

“De esta forma los ayudas a familiarizare con los avances tecnológicos para su beneficio y a mejorar su producción sin llevarlos de la mano todo el tiempo”, aconseja.