Corea del Norte obliga a Donald Trump a cambiar de planes
Kim Jong Un acaba de cambiar la presidencia de Donald Trump.
La primera prueba exitosa de un misil balístico intercontinental el lunes del dictador de Corea del Norte hizo más que mover los cálculos estratégicos en el Pacífico.
Este representó la primera prueba real de Trump en el escenario global mientras se reúne con líderes mucho más experimentados en la cumbre G20 en Alemania, algunos de los cuales no están dispuestos a ayudarlo y no tienen los intereses de EU en mente.
nullEs un viaje que ahora será juzgado por la capacidad de Trump de asegurar no solo la condena internacional a las acciones de Corea del Norte, sino avanzar los esfuerzos de EU por cambiar el cálculo estratégico sobre Pyongyang .
La misión pondrá a prueba las habilidades de Trump de ejercer el poder de EU, generar coaliciones internacionales que sigan las metas políticas extranjeras de EU y enmarcar enfoques innovadores de normatividad que aún no han sido probados y que no concuerdan nítidamente con la doctrina “Estados Unidos Primero” que motiva su política exterior.
Olviden las tormentas de tuits, los vapuleos sobre reporteros de noticias falsas y rallies que impulsen la moral frente a multitudes que se emocionan por las explosiones retóricas políticamente incorrectas de Trump.
Esto es lo que significa en realidad ser presidente.
En un sentido, la pirotecnia del 4 de julio por parte de la nación aislada marcó el inicio de una nueva realidad alarmante, una en la que Trump es el primer presidente al que se enfrentan, el prospecto que, en teoría, P yongyang pronto podría atacar a EU con un misil nuclear .
Pero lo que hace tan difícil el trabajo de Trump es la desagradable serie de opciones disponibles para intentar detener el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte. Si esto falla, una opción igualmente desagradable estaría a la espera: aceptar la realidad de que Estados Unidos se encuentra en la mira de Pyongyang.
En otras palabras, Trump está bajo una presión intensa por resolver un problema de política exterior que podría ser irresoluble.
Él tendría que decidir cómo contener la amenaza del programa de Corea del Norte o disuadir el uso de armas, aceptando efectivamente que, en teoría, Pyongyang tuvo a EU en la mira.
"Existe un argumento sobre que todo ha cambiado y nada ha cambiado”, dijo Jim Walsh, investigador asociado senior del Programa de Estudios en Seguridad de la Tecnología, añadiendo que la prueba había demostrado nuevas habilidades de Corea del Norte y había llevado a EU a un límite psicológico y político.
Lee: Rusia y China piden a EU y Corea del Norte limar asperezas
Pero Walsh dijo que las opciones de EU para responder “realmente no han cambiado. Las opciones actuales no son distintas de las opciones de ayer, y las opciones de ayer no eran muy buenas”.
Dado que los intentos militares por detener la marcha nuclear de Corea del Norte ponen en riesgo de una terrible confrontación que podría matar a millones en la península de Corea y más allá. Trump tiene pocas alternativas más que buscar una salida diplomática a la confrontación con Pyongyang.
Pero existen algunos enfoques que otros presidentes aún no han compartido.
Una ruta que está tomando la administración es una familiar: buscar la condena del lanzamiento de prueba del Consejo de Seguridad en la ONU y hallar nuevos castigos para la ya sancionada nación. Las fuerzas de EU y Corea del Norte también realizan ejercicios en respuesta a la prueba.
Trump llegó al poder vapuleando que la estrategia de “paciencia estratégica” de la administración de Obama sobre Corea del Norte que involucraba fuertes sanciones y un rechazo a hablar con Pyongyang hasta que renuncie a su desarrollo nuclear.
Pero aún no ha cambiado sustancialmente el método de aproximación de las últimas administraciones.
Su táctica inicial preferida también fue una familiar: una ofensiva seductora para convencer al presidente chino Xi Jinping, con quien se reunirá en Alemania, para presionar al recalcitrante vecino de Beijing a detener sus programas nucleares y de misiles.
Pero ahora el presidente, tan solo tres meses después de reunirse con Xi en su resort de Florida, parece haber concluido que ese método falló, restringiendo aún más sus opciones.
"Corea del Norte ha lanzado otro misil. ¿Este hombre no tiene nada mejor que hacer con su vida?”, tuiteó Trump tras el lanzamiento del lunes.
"Difícil creer que Corea del Sur y Japón soportarán esto mucho más. ¡Tal vez China pondrá una gran carga sobre Corea del Norte y termine este sinsentido de una vez por todas!”
El miércoles, Trump agregó: “El comercio entre China y Corea del Norte aumentó casi 40% en el primer trimestre. Hasta ahí la idea de colaboración de China, ¡pero teníamos que intentar!”.
Existen diferentes interpretaciones sobre cuánto ha hecho Beijing para presionar a los norcoreanos, siguiendo su decisión de terminar con las exportaciones de carbón y un bloqueo temporal al abastecimiento de petróleo.
Y Washington podría estar sobreestimando la capacidad de China de cambiar el comportamiento del líder volátil de Corea del Norte.
Muchos expertos también creen que China está reacia a intentar el tipo prolongado de embargo de petróleo que podría presionar realmente a Kim por miedo a colapsar su régimen e iniciar una situación caótica en la península. Beijing tampoco tiene interés en una solución que podría resultar en la unificación de Corea en alianza con EU en su frontera.
Sin embargo, cual quiera que sean las motivaciones de China, parece poco probable que sus líderes serán influenciados por los tuits de Trump, de ahí la necesidad de un impulso diplomático prolongado e integral por parte de la administración a partir del G20.
"Esta es en verdad una buena oportunidad para que el presidente demuestre liderazgo y para mostrar el tipo de líder que es”, dijo Harry Kazianis, director de estudios de defensa en el Centro para el Interés Nacional, quien argumenta que los tuits de Trump fueron meramente un tipo de “señal estratégica” y no el alcance de la política de EU.
Si fallan los poderes de persuasión de Trump con otros líderes mundiales, él y su administración terminarán con algunas decisiones difíciles.
Una opción sería expandir las sanciones secundarias a las firmas chinas que realicen negocios con Corea del Norte para intentar fortalecer la asfixia económica alrededor de Pyongyang.
"Debemos enfocarnos realmente en los jugadores en China, los bancos chinos. La gente que está ayudando y en complicidad con el lavado de dinero”, dijo Kazianis, quien también apoya el aumento de operaciones de ciberseguridad contra los programas de misiles y nucleares de Pyongyang.
Aumentar las sanciones a las firmas chinas es un paso lógico, uno de los pocos enfoques nuevos que la administración podría seguir.
Pero esa decisión también crearía un nuevo dolor de cabeza de política exterior al iniciar un profundo deterioro a las relaciones con China, un escenario que podría tener resultados impredecibles y que aumentaría significativamente las tensiones regionales en Asia.
Otra opción para Trump: hablar realmente con los norcoreanos , ha sido intentado antes, y es problemático pues Pyongyang ha acordado detener las pruebas nucleares y se ha salido del acuerdo. Kim, siendo testigo de la caída de otros dictadores que dejaron sus programas nucleares, cree que sus armas atómicas son la única garantía de su supervivencia.
"Ellos nunca dejarán su programa de armas nucleares. La discusión está fuera de la mesa”, dijo Sue Mi Terry, ex analista de la CIA sobre Corea del Norte a CNN el miércoles.
Sin importar el camino que tome eventualmente, es claro que el hablar fuerte y los tuits probablemente no generen avances y que gestionar la escalada de las tensiones consumirán a la administración durante el tiempo que permanezca en el puesto.
"El principal peligro aquí, contrario a la expectativa, no es que Corea del Norte ataque repentinamente a EU”, dijo Walsh. "El peligro es que exista una Guerra, pero que suceda a través de un error de cálculo o de valoración”.