OPINIÓN: Lo que Trump podría (pero tal vez no) cambiar en el próximo debate
Nota del editor: Michael D'Antonio es el autor del nuevo libro The Truth About Trump (La verdad sobre Trump). Las opiniones expresadas en el artículo son responsabilidad del autor.
(CNN) – Al igual que un equipo de futbol que debe sacudirse la derrota con el fin de prepararse para el siguiente partido, Donald Trump tiene poco tiempo para superar su derrota en el primer debate presidencial y prepararse para el próximo. Sin embargo, ha estado lloriqueando ruidosamente sobre el moderador, sobre el micrófono y sobre su oponente, mientras continúa llamando la atención sobre las peores partes de su actuación.
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Los asesores que quieren que Trump gane el próximo debate, el 9 de octubre, deben hacerlo cambiar. Pero para hacer esto, deben revertir los 40 y tantos años que lleva el candidato haciendo las cosas a su manera. Para apreciar la abrumadora naturaleza de esta tarea, considera solamente 10 aspectos que Trump podría hacer para prepararse para el próximo debate, y por qué lo más probable es que no será capaz de hacer ninguna de ellas.
1. Aceptar su derrota en el primer debate
A Trump le gusta decir “Soy un ganador” y no está acostumbrado a perder, lo cual puede explicar el pobre espíritu deportivo que ha demostrado desde que Hillary Clinton lo derrotó. Haciendo caso omiso de los resultados de las encuestas reales que demuestran que fue apaleado, Trump ha ordenado a sus asistentes que dejen de decir que perdió. Por supuesto, este tipo de negación significa que nadie puede pedirle al emperador para se ponga algo de ropa. Él no va a mirar hacia abajo para ver su propia desnudez.
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2. Aprender a disculparse
Cuando se le preguntó en el primer debate qué diría a los afroamericanos sobre su papel en la escandalosa controversia de “Birther”, en la que cuestionó la ciudadanía del presidente Barack Obama, Trump respondió: “No digo nada”. Buscarás en vano un ejemplo en el que Trump asuma la responsabilidad por el daño que haya hecho a cualquier persona, comunidad o nación, aunque abundan los ejemplos. Y no va a aprender a hacerlo ahora.
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3. Jugar según las reglas
Los modales pueden no contar cuando despides gente en un reality show, pero sí importan en un debate presidencial de dos vías. Trump parecía un niño de 6 años de edad, mientras interrumpía con ocurrencias como “¡Mal!” cuando Clinton hablaba durante el primer debate. Pero como Trump me dijo, él cree que es la misma persona que era en primer grado. Sus asesores no van a conseguir que madure hasta convertirse en un adulto ahora.
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4. Actuar como si quisiera el trabajo
Uno de los momentos más extraños en el primer debate fue cuando Trump dijo que si perdía la elección aún así llegará a la Avenida Pennsylvania en Washington porque tiene un nuevo hotel allí. Alguien que quiere ocupar la Casa Blanca no debería sugerir que estaría satisfecho con un hotel en la misma calle. Pero Trump es ante todo un vendedor —no un hombre de Estado— y nunca dejará pasar la oportunidad de obtener publicidad gratuita para su negocio.
5. Dejar de presumir
Durante el primer debate, los momentos vergonzosos de Trump incluyeron presumir acerca de que no paga impuestos federales y acerca de apostar a una crisis de la vivienda. A medida que cacareaba acerca de su riqueza, agregó que no estaba hablando “de una manera jactanciosa”. Pero por supuesto que estaba fanfarroneando. Presumir y jactarse es poco atractivo para los observadores del debate, pero son elementos esenciales de la personalidad de Trump y él no se detendrá.
null6. No hacer tantas caras
El día después del primer debate, expertos en lenguaje corporal señalaron el lenguaje corporal negativo de Trump y su expresión facial tímida. (Estas señales fueron suficientes para que un reportero llamara a Trump el perdedor después de ver el debate con el sonido apagado). Los asesores de Trump seguramente desean que Trump controle sus exageradas expresiones no verbales, pero esto no es algo que este hombre sumamente expresivo pueda hacer.
7. Prepararse y practicar
Siempre listo para usar prácticas poco ortodoxas para ganar, Trump permitió a su equipo de campaña informar el hecho de que estaba tomando un confiado enfoque informal para el primer debate. Él mismo dijo: “Creo que uno puede prepararse en exceso para estas cosas”. El resultado fue obvio, ya que Trump parecía mal equipado, ya sea con argumentos o con bloqueos retóricos para usar en contra de su oponente.
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¿Podría hacerlo de manera diferente? Trump me dijo que no le gusta leer y que prefiere depender de su instinto, lo cual me hace difícil imaginar que de pronto esté abierto a un entrenamiento. Otra persona podría convertir una derrota en un debate como un momento para aprender. Esta no es la forma de actuar de Trump.
8. Actualizar sus referencias
En el primer debate, Trump se refirió al general Douglas MacArthur, quien murió en 1964, para reforzar su punto sobre la persecución de la organización terrorista ISIS por parte de Estados Unidos. Aquellos que sacaron dieces en historia, saben de MacArthur, pero la referencia sin duda escapó a millones de personas que vieron el debate. Trump debe haber oído mucho sobre el general cuando asistió a una escuela militar en la década de 1960, pero tiene que actualizarse. Dada la evidencia de que él no entiende el funcionamiento de nuestra tecnología más vital, el Internet, modernizar su base de conocimientos sería un gran reto.
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9. Abandonar a los rusos
A pesar de la evidencia que muestra que los recientes ciberataques contra el Comité Nacional Demócrata y otros provenían de Rusia, Trump dijo a audiencia del primer debate: “Ella [Clinton] está diciendo: 'Rusia, Rusia, Rusia,' pero yo no”. Esta declaración es consistente con la anterior subestimación de Trump de la invasión rusa de Ucrania y su admiración expresada hacia Vladimir Putin. Debido a que todo es personal para él, a Trump le gusta Putin en parte porque Putin ha dicho que le gusta Trump. No hay que esperar que cambie de opinión acerca de los rusos con base en geopolítica. Tendrán que insultarlo personalmente antes de que lo haga.
10. Ser más agradable
En el primer debate, Clinton señaló la inclinación de Trump por las personas que insultan y Trump habló de “alguien que se sienta en su cama, que pesa 400 libras”. Tras el debate, Trump decidió hacer amenazas veladas sobre usar el escándalo sexual del presidente Bill Clinton en contra de Hillary. La bajeza no se ve bien en una elección general, cuando un candidato debe ser atractivo para aquellos más allá de su base. Sin embargo, ser desagradable siempre ha sido un elemento clave del repertorio de Trump, como lo muestran sus peleas con Cher, Bette Midler, Rosie O'Donnell y otros. Trump me dijo una vez que él no respeta la mayoría de la gente porque no se lo merece. No es probable que de la noche a la mañana se vuelva respetuoso.
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Entre los asesores de Trump hay uno, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, que tiene muchas cosas en común con él. Al igual que Trump, se hace pasar por un hombre duro y quiere que el mundo crea que su malevolencia es una virtud. También, al igual que su candidato, es un hombre con tres matrimonios que se siente con derecho a criticar el matrimonio de toda la vida de Hillary Clinton.
Considera la personalidad de Giuliani y podrás ver a alguien que entiende a Trump a nivel visceral.
Después del primer debate, dijo que tal vez Trump debería salirse de los dos que quedan. El historial de bancarrotas y proyectos abandonados de Trump muestra que este es el único consejo que podría ser capaz de seguir.