OPINIÓN: ¿Qué significa la sorpresiva victoria de Donald Trump?

Nota del editor: Comentaristas y analistas invitados de CNN sopesan el resultado de la elección presidencial de 2016. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad de los autores.

¿Vendrá ahora el verdadero giro?

Errol Louis es el presentador de "Inside City Hall", un programa político nocturno en el canal de noticias NY1 de Nueva York.

(CNN) – Tras meses de orquestar una agresiva política que lo condujo a la victoria, Donald Trump reclamó el premio último, e inmediatamente ofreció una inesperada nota de cortesía y reconciliación. Esperemos que sea genuina.

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"Es hora de que nos reconciliemos como un pueblo unido", dijo Trump a una muchedumbre jubilosa en el Hilton, cuando pocos días antes dirigía a sus partidarios que coreaban “Enciérrenla”, una promesa para investigar y encarcelar a su oponente, Hillary Clinton.

null"Buscaremos un terreno común, no la hostilidad", dijo, y semanas antes había prometido demandar a cada una de las 10 mujeres que afirmaron que Trump las tocó, manoseó o besó contra su voluntad.

Y en cuanto a los muchos oponentes políticos de Trump, el presidente electo les dedicó una rara nota de humildad. "Me acerco a ustedes para su orientación y su ayuda", dijo.

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¿Podría ser éste el tan esperado y prometido “giro” (pivot) que los partidarios de Trump anticiparon? ¿O nos esperan más dosis de burlas, insultos y reacciones resentidas que Trump dedicó a tantos durante la campaña?

En esto, como en tantas otras cosas de esta sorprendente campaña, lo único que sabemos con certeza es que Estados Unidos está ahora en territorio desconocido.

Trump dio voz a los olvidados

Brett J. Talley es abogado, escritor, y exredactor para la campaña presidencial de Mitt Romney en 2012 y exredactor para el senador Rob Portman. Es fiscal general adjunto en la oficina del fiscal general de Alabama.

(CNN) – Esta elección fue para los olvidados del pueblo estadounidense. Personas que han sido ignoradas, desestimadas, a las que les dicen que sus preocupaciones no importan. Ellas creen en Estados Unidos, pero Estados Unidos no ha creído en ellas. Cuando Donald Trump entró en escena, por primera vez, tuvieron una voz.

¿Ayudó que su oponente Clinton fue uno de los peores candidatos en la historia de Estados Unidos? Por supuesto, pero no subestimen el mensaje de Trump. Fue su mensaje el que ganó, el que se hizo oír, el que atrajo a miles de estadounidenses que nunca habían apoyado a un republicano.

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Ahora comienza el trabajo. Los republicanos deben pedirle cuentas. Deben asegurarse de que cumpla las promesas que hizo.

Pero eso será mañana. Porque hoy, han hablado los que no tenían voz, y se hicieron escuchar de extremo a extremo del país, y en cada rincón del globo.

¿El desmantelamiento de partes centrales de la agenda de Obama?

Lanhee J. Chen es comentarista político de CNN e investigador David y Diane Steffy en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Fue el director de política en la campaña Romney-Ryan 2012 .

(CNN) – La histórica victoria de Donald Trump y de los republicanos del Congreso puede llevar a que se haga aún más historia en 2017, con el desmantelamiento de muchas de las partes centrales de la agenda de Obama.

Aunque los analistas se sientan tentados a detenerse en la improbabilidad del resultado del martes, la realidad es que está en puerta una transición presidencial y un nuevo congreso.

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Una de las prioridades para el presidente electo Trump es la derogación del Obamacare y su reemplazo por reformas orientadas al mercado. La ley de salud fue un tema central en la campaña y los republicanos finalmente tienen la oportunidad de lograr lo que han sido incapaces de hacer durante los últimos seis años.

Hay, por supuesto, otras prioridades importantes: la designación de un conservador para que ocupe la silla del finado juez Antonin Scalia en el Tribunal Supremo y la reforma tributaria y reguladora para impulsar el crecimiento. Pero si el presidente electo Trump quiere demostrar a todos los estadounidenses (y de paso tranquilizar a algunos republicanos nerviosos) que las reformas van en serio, nada mejor que emprender medidas inmediatas contra Obamacare.

Nada nos preparó para esto

Jeff Yang es columnista de The Wall Street Journal y colaborador frecuente en programas de radio como "The Takeaway" de Public Radio International y "The Brian Lehrer Show" de WNYC. Es coautor de "I Am Jackie Chan: My Life in Action" y editor de las antologías "Secret Identities" y "Shattered".

(CNN) – Nada nos preparó para este resultado, una victoria de Trump que parece haber sido la antítesis de lo que predijeron todas las encuestas y expertos, a excepción de un puñado de casos atípicos que fueron tachados de fantasiosos partidarios. (Bill Mitchell tenía razón después de todo.)

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Horas antes de que los primeros datos comenzaran a sacudir a los demócratas excesivamente confiados, los ‘insiders’ todavía predecían la victoria electoral de Clinton.

Sin embargo, con el paso de la noche, solo pudimos ver con la boca abierta cómo se tornaron rojos estados que nadie había predicho de manera verosímil para Trump.

Los analistas instantáneamente empezaron a hablar de la ansiedad económica de la población blanca, de la sensación en el medio oeste de que la recuperación les había pasado de largo. Pero incluso estados como Iowa, que ha tenido sólidas recuperaciones fiscales bajo la gestión de Obama (y votaron para él dos veces), fueron para Trump.

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Y en esos estados, los temas que los votantes consideraron más importantes para hacer su elección presidencial fueron la inmigración y el terrorismo.

El hecho de que las encuestas no lograran captar la amplitud del apoyo de Trump es aún más evidencia de una verdad incómoda: los blancos de este país temen y resienten el ‘oscurecimiento racial’ (browning) del país, y un demagogo cuya plataforma central era la promesa de volver el tiempo a una era anterior a la de un presidente negro, anterior al boom de la inmigración, anterior a los derechos civiles, tal vez incluso anterior a la Emancipación de los esclavos, les atrajo de una manera que se negaban a admitir públicamente.

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Y ahora Estados Unidos se enfrenta a cuatro años bajo Trump, con una Cámara baja y un Senado republicanos, y al menos una, posiblemente tres, vacantes de la Corte Suprema para llenar. Trump posee el Partido Republicano, y puede llevarlo a la dirección que elija. La gente de color será blanco de racistas envalentonados, los abusadores sexuales ahora tienen el permiso tácito de depredar a voluntad. El Obamacare está amenazado, tal vez fatalmente. Como también el derecho al aborto y los matrimonios del mismo sexo.

Pero ya no es tiempo de lamentarse, sino de organizarse. Los grupos que más sufrirán bajo Trump siempre han tenido que ser más fuertes que la tormenta, y aunque han sido cimbrados, no se romperán.

Un nuevo partido republicano

Julian Zelizer es profesor de historia y asuntos públicos en la Universidad de Princeton y miembro de New America. Es el autor de "Jimmy Carter" y "The Fierce Urgency of Now: Lyndon Johnson, Congress, and the Battle for the Great Society".

(CNN) – Este es uno de los resultados más sorpresivos de la historia presidencial de Estados Unidos. Muy pocas personas lo vieron venir… su candidatura, su campaña y su victoria.

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El Partido Republicano había cambiado de manera bastante dramática durante la última década y muchos de los expertos lo ignoraron. De hecho, muchos republicanos también lo pasaron por alto. El Tea Party fue la primera indicación de que el Partido Republicano se había movido más hacia una derecha revoltosa, reaccionaria y agresiva. Donald Trump entendió esto, y diseñó una campaña alrededor de este nuevo Partido Republicano. La pregunta ahora es, ¿qué sucederá cuando encare el reto de la gobernanza?

¿Reconoceremos a Estados Unidos?

Frida Ghitis es columnista de asuntos mundiales para The Miami Herald y World Politics Review, fue productora y corresponsal de CNN. Síguela en @FridaGhitis.

(CNN) – Las elecciones más desalentadoras y extrañas en la historia estadounidense moderna concluyeron con un resultado pasmoso. La comprensión a-cámara-lenta de que Donald Trump será el próximo presidente de Estados Unidos dejó atónito a gran parte del país, dejó profundamente preocupados a los aliados estadounidenses y a los enemigos sin duda en un estado de celebración. En el Kremlin bien pudieron haber bebido champán con su desayuno matutino este miércoles.

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La gran pregunta ahora es qué tipo de presidente será Donald Trump. Como candidato, inspiró a millones para apoyarlo, a pesar de que muchos admitían que no tenía el temperamento para ser presidente. Su candidatura también inspiró una oleada de deleznables expresiones de odio, ya que racistas, antisemitas, xenófobos y homófobos se sintieron envalentonados para ejercitar sus músculos.

Si eso es lo que hizo una candidatura de Trump, ¿qué traerá una presidencia de Trump? ¿Reconoceremos a este país dentro de cuatro años?

Trump no solo será presidente, él dirigirá un partido que controlará todos los brazos del gobierno, lo que le permitirá ejecutar sus planes con poca resistencia.

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Por el bien del país y del mundo, esperemos que sus declaraciones más escandalosas fueran sólo una actuación, un teatro político. Si lo que vimos era real, lo que es muy probable, esperemos un milagro, una conversión en el camino a la avenida Pennsylvania.

Sólo podemos esperar que la magnitud de lo ocurrido produzca un cambio en el hombre, eliminando sus tendencias más peligrosas, decepcionando a sus animadores en Moscú, Damasco y otras capitales donde los regímenes ven a Estados Unidos como el enemigo y un próspero Estados Unidos como un peligro que hay que frustrar.

Esperemos que Trump encuentre una manera de abrazar lo mejor de Estados Unidos, que durante la campaña parecía despreciar tan fácilmente; valores como la tolerancia con las diferentes ideas, antecedentes y creencias; el respeto a la libertad de prensa y la independencia del poder judicial.

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Las probabilidades de una transformación milagrosa parecen minúsculas. El país, los estadounidenses, tendrán que estar en guardia. Si esta elección fue una prueba para la democracia estadounidense, la presidencia de Trump será una aún más dura.

Dos Estados Unidos

Ruth Ben-Ghiat es profesora de historia y estudios italianos en la Universidad de Nueva York. Su último libro es "Italian Fascism's Empire Cinema".

(CNN) – Cada elección presidencial es un referéndum sobre el estado de la nación. Esta elección también ha sido un enfrentamiento entre candidatos tan diferentes que la nación en cuestión parecía ser dos entidades separadas. Una mira hacia el pasado, a un "mejor momento" para una mayoría blanca ahora amenazada por el cambio demográfico y la inmigración. La otra mira hacia el futuro y ve en la mayor diversidad una fuente de fortaleza, no de miedo.

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Hoy esa primera nación envió un mensaje al ‘establishment’ político – y a las poblaciones no blancas del país - eligiendo a Donald Trump. En lugar de una persona con 30 años de trayectoria en la política, tenemos a un neófito que vio un hueco en el mercado político y se vendió a sí mismo como un racista que vengaría ocho años de un afroamericano en la Oficina Oval. En lugar de una secretaria de Estado, tenemos a un hombre que sabe poco de relaciones exteriores. En lugar de un comandante en jefe, tenemos a un hombre que insulta a nuestras tropas, y a un hombre tan impulsivo que su equipo de campaña tuvo que quitarle su teléfono para impedir sus destructivos tuits, como si fuera un niño.

Siento gran tristeza y temor por Estados Unidos esta noche. Somos mejores que esto. Nuestra tarea como ciudadanos será hacérselo saber a Donald Trump, en los términos más fuertes posibles.

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