OPINIÓN: ¿Qué pueden hacer los gobiernos para detener el terrorismo?

Nota del editor: Jonathan Russell es director de políticas en Quilliam, una organización londinense de combate al extremismo. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Una de las consecuencias inmediatas del atentado terrorista ocurrido el lunes 22 de mayo en Manchester es que el gobierno de Reino Unido intensificó el nivel de amenaza terrorista a "crítico".

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Esta clasificación la impone el Centro Conjunto de Análisis sobre Terrorismo (JTAC, por sus siglas en inglés) y significa que esperan un ataque terrorista inminente de parte de los yihadistas. También significa que se activará por primera vez la operación Temperer, que permite que hasta 5,000 elementos militares apoyen a la policía en las calles de Reino Unido.

Este es un punto de inflexión para Reino Unido. La primera ministra, Theresa May, le recordó al pueblo británico que deben permanecer atentos, pero insistió en que no desea que la gente se alarme innecesariamente.

¿Qué efectos tendrá esto? ¿Reino Unido puede aprender de otros países que han adoptado medidas similares? ¿Qué más hay que hacer para mantener a salvo a los británicos?

La primera cuestión abarca la obtención de recursos y generar confianza. Dar libertad a la policía para que investigue la red que probablemente rodea al atacante Salman Abedi, seguir varias pistas y evitar que ocurran ataques similares son ciertamente pasos positivos.

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Gracias a las investigaciones sabemos que ISIS ordena, facilita e inspira ataques en Occidente, pero rara vez asume una función de gestión y mando por temor a que los atrapen. La presencia de soldados británicos armados disuadirá a los perpetradores de actuar inmediatamente y dará a la policía y a los servicios de inteligencia el tiempo que tanto se necesita para seguir pistas valiosas.

Además, la presencia visible de "los buenos con armas" en las calles británicas dará confianza a la gente —que comprensiblemente está atemorizada— en que las corporaciones de seguridad tienen la ventaja sobre los "malos con armas", cuya presencia se percibe.

El país necesita liderazgo y la ira y la frustración crecen por la impotencia del Estado ante estas amenazas desproporcionadas.

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Se harán comparaciones con Francia, que ha estado en estado de emergencia desde los atentados en París en noviembre de 2015 . Esto da a las autoridades más facultades, entre ellas la de prohibir las congregaciones masivas, imponer toques de queda, aumentar la vigilancia, cerrar espacios públicos que los terroristas podrían usar como blanco y llevar a cabo cateos domiciliarios sin supervisión judicial.

Con esto se intensifican considerablemente las medidas que se habían implementado en Reino Unido; la disposición se ha renovado en cinco ocasiones y se ha extendido más allá de los 12 días por los que se había implementado inicialmente. De hecho, se ha vuelto a extender en Francia después del atentado en Manchester.

De igual forma, Estados Unidos declaró emergencia nacional tras el 11-S, por lo que se suspendieron ciertas disposiciones que limitan el tamaño de las fuerzas armadas. Esta disposición se ha renovado en presidencias sucesivas y se ha complementado con la Ley Patriota y otras extensiones con las que se permite la intervención de comunicaciones, la vigilancia de posibles perpetradores solitarios e inspecciones de archivos empresariales.

nullLa cuestión, en ambos casos, es si estas medidas son eficaces para detener el terrorismo.

Es muy difícil demostrar que estas medidas no han evitado un ataque que de otra forma habría sido inminente. De igual forma, debemos preguntarnos si la extensión, como ha ocurrido tanto en Francia como en Estados Unidos, es inevitable y si la renovación indefinida de las medidas de emergencia temporales representa una amenaza a nuestras garantías individuales.

Israel ha estado en estado de emergencia desde 1948 y algunos elementos de su constitución "normal" nunca han estado vigentes. ¿La amenaza de los yihadistas es tan grande que esta es la nueva normalidad?

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Como ocurre con estos países, Reino Unido se enfrenta a una gran cantidad de terroristas potenciales, más de los que las corporaciones de seguridad pueden vigilar las 24 horas. También tiene una cantidad exorbitante de blancos "vulnerables". No solo los conciertos como el de Ariana Grande atraen a 20,000 personas. En cualquier sábado del año, es probable que haya 50 estadios con más de 20,000 personas dentro.

La infraestructura de seguridad que se necesita para salvaguardar físicamente estos sitios va de la mano con la información de inteligencia que las corporaciones de seguridad proveen para priorizar a los blancos más vulnerables y usar los recursos más eficientemente, pero aun así están rebasados. Es por esta razón que las nuevas leyes y disposiciones de emergencia se quedarán cortas a final de cuentas.

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Las autoridades necesitan la ayuda de la gente, que estén atentos y que reporten cualquier actividad o conducta sospechosa cuando la noten. Solo así las probabilidades comenzarán a estar a nuestro favor.

Es en estos casos en los que los enfoques de países como Singapur funcionan particularmente bien. Su nueva aplicación SGSecure funciona como sistema de alerta pública, crea consciencia y brinda adiestramiento, además de que es un portal a través del cual el público puede enviar información útil a las autoridades.

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Más allá de esto, el compromiso de la secretaria del Interior de Reino Unido, Amber Rudd, de mejorar Prevent, el programa británico para prevenir la radicalización, ciertamente es bienvenido.

Al brindar mejores recursos a la estrategia para lograr que las personas sean menos vulnerables al reclutamiento de parte de extremistas y al enseñarle a la gente a prevenir mejor la radicalización, podemos colaborar prácticamente para reducir la probabilidad de que ocurra otro atentado como el de Manchester.

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