17 encantadoras islas poco conocidas
Para ser francos, las islas gustan mucho, pero algunos de estos hermosos destinos de placer son más amados que otros.
No obstante, las islas menos conocidas del mundo, lugares aún secretos, de mares turquesa y poca presencia de turistas adictos a las selfies pueden ofrecer unas vacaciones de sosiego más destacables que las de las islas que siempre encabezan las listas de las más recomendadas.
Desde el Atlántico hasta el océano Índico, y un punto en el medio de la nada, te presentamos 17 paraísos poco publicitados que vale la pena agregar a cualquier lista de viajes codiciados:
1. Cocos Keeling
En el sublime centro de casi ninguna parte está Cocos Keeling, un lugar que la mayoría de las personas ni siquiera sabe que es acaso la isla de sus sueños.
Pertenecientes a Australia, estas islas del océano Índico, que se encuentran a mitad de camino entre los australianos y Sri Lanka, tienen solo 600 residentes en los dos atolones y 27 islas de coral que componen las Islas Cocos. Solo dos de estas islas están habitadas, lo que significa que hay un rosario de islas vacías y playas desocupadas. Una invitación para explorarlas en canoa.
Quienes busquen más que baños de sol y de mar pueden pasear a través de la laguna poco profunda que Cocos encierra y terminar en Prison Island, donde en otro tiempo abandonaban a los prisioneros.
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2. Granada
Si no soportas la idea de playas atestadas de gente, ve al país insular de Granada. Las playas son abundantes en la llamada isla de las especias, así nombrada porque abastece el 20% de la nuez moscada del mundo. La playa Grand Anse puede ser la más recomendada, pero Paradise Beach es hermosa y recluida.
Para una experiencia distinta, haz una excursión de un día a Carriacou, o tierra de los arrecifes. La pequeña isla de Granada es conocida por su submarinismo y una población muy arraigada en la herencia cultural africana.
Más allá de las actividades acuáticas, Granada es conocida por su festividad durante la Spice Mas. Cada agosto, Granada se entrega a los sonidos rítmicos de Jab Jab y la música soca en su carnaval, con un desfile de máscaras por las calles desde la noche hasta el amanecer.
3. Nosy Be
Nosy Be, la joya de Madagascar, sigue siendo un paraíso de isla.
Además de sus aguas cristalinas, Nosy Be es conocida como la isla perfumada porque la brisa lleva el olor de su abundante ylang ylang o flor de cananga. Sus once lagos volcánicos, pequeños islotes y formaciones rocosas a lo largo de la costa significan que las playas personales y privadas abundan.
Aparte de estas playas, está Nosy Tanikely, una diminuta isla de esta isla ya pequeña que es el hogar de una reserva marina con snorkeling en zonas vírgenes. Los picnics de playa donde se come lo que se captura son la mejor experiencia gastronómica.
Cualquier isla en la que el modus operandi sea "mora mora", que significa "lento, lento" en lengua malgache, es seguramente una donde tomar las cosas con calma es celebrado.
4. Dominica
No hay que confundirla con República Dominicana, Dominica es la isla del Caribe con el Arrecife Champagne.
Aunque no es champán exactamente; es un manantial geotérmico submarino con burbujas calientes que hacen que los buceadores sientan que se están bañando en champán. No sorprende que el Arrecife Champagne haya sido clasificado como uno de los sitios para snorkel más impresionantes del mundo.
Conocida como la Isla de la Naturaleza, Dominica es el destino a elegir para aquellos interesados un poco más en la vida terrestre, como el senderismo. La isla está bordeada por 482 kilómetros de senderos que atraviesan el Parque Nacional Morne Trois Pitons, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y el Sendero Nacional Waitukubuli, pasando volcanes, baños de barro, cascadas y vida silvestre.
5. Isla Reunión
El océano Índico no se acaba en las Maldivas. Aunque la isla Reunión puede ser la más próspera del océano Índico, no es la más popular, lo que la convierte en la perfecta isla subestimada para visitar.
Paraíso para los fotógrafos, este departamento de ultramar francés cuenta con vistas panorámicas ataviadas de accidentadas montañas verdes y el volcán activo Piton de la Fournaise. Estas vistas sirven a menudo como telón de fondo para degustar al aire libre cocina criolla.
Cuando llegue el momento de la aventura, hay descenso de cañones, rafting y parapente en las playas prístinas de arena blanca y negra.
6. Sumba
Indonesia ha llegado lejos en las listas de las mejores islas del mundo, pero Bali suele acaparar la atención. Sumba, sin embargo, tiene toda la belleza sin las hordas de fanáticos de la película Eat, Pray, Love.
A una hora de vuelo de Bali, Sumba lleva años atrayendo a los surfistas, especialmente a los que ansían montar ‘The Wave’, una ola con estatus de culto accesible a quienes se alojan en el lujoso resort Nihiwatu. Pero para el resto, las olas de casi tres metros de altura en Tarimbang Bay no tienen desperdicio.
Si el surf no es lo tuyo, ve de playa en playa. Comienza en Watu Mandorak Cove, después dirígete a la playa Puru Kambera y termina en la cascada de Tanggedu, a la que se llega cruzando valles de arrozales, un constante recordatorio de que estás en Indonesia.
7. Tobago
La mitad del duplo Trinidad y Tobago, el más pequeño de los dos, Tobago, puede ser la serenidad encarnada. Con menos de 10 kilómetros de ancho, las playas de este pequeño paraíso caribeño están a unos 10 minutos desde cualquier parte.
Y sin una multitud de turistas que atender, Tobago ha logrado mantenerse fiel a sí misma. Esa autenticidad se refleja también en la cocina, con platillos fundamentales como el cangrejo ‘curry crab and dumpling’ y postres como helado de coco casero servido en restaurantes que te hacen sentir como en la cocina de tu madre.
Desde la popular Punta Pigeon con su embarcadero de postal hasta la más aislada Pirates Bay, las playas en Tobago son tan tranquilas como espléndidas. En muchas de ellas, los visitantes no encontrarán dos grupos de personas al alcance del oído.
8. Mauricio
Un antídoto para el estrés, los 160 kilómetros de playas en Mauricio solo significan una cosa: el viajero tendrá mucho de donde elegir. Con playas que parecen un sueño o un póster, esta nación insular de África atrae a muchos menos turistas de los que debería, pero los que van son de sobra recompensados.
Ile aux Cerfs en la costa este, solo accesible por barco, es un lugar perfecto para bucear en una laguna, disfrutar barbacoas en la playa y bailar al son de la música segá cantada en criollo.
Los sibaritas se regocijarán en Mauricio. Las influencias indias, criollas, chinas y francesas de la isla encuentran su camino en los fogones, en forma de curry picante muy apreciado y abundancia de mariscos. El cielo, según Mark Twain, fue hecho a la imagen de Mauricio.
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9. Barbuda
Van siempre juntas, Antigua y Barbuda, pero esta segunda mitad rara vez recibe su propia atención, aunque bien merece ser destino vacacional.
El destino caribeño, caro refugio para la princesa Diana, es exactamente lo que una isla para escapar debe ser: tranquila.
Con una población de 1,600, un puñado de hoteles, un par de caminos pavimentados y pocas atracciones, Barbuda es más zen que fiesta. Pero esa falta de bullicio se compensa con creces con playas que invitan a horas de paseo. Algunas tienen arena rosa. También hay una varias cuevas en la isla en donde los visitantes pueden acampar, con petroglifos tallados en las paredes por los originales habitantes amerindios de Barbuda.
Un extra para los observadores de aves: El santuario ornitológico de la isla cuenta con la mayor colonia del mundo del rabihorcado magnífico o Fregata magnificens.
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10. Sulawesi (isla de Célebes)
Más allá de Bali, Sulawesi es otro de los tesoros todavía escondidos de Indonesia. En Sulawesi, las playas dan paso a selvas tropicales y, si estás de humor, dejas el bronceado para caminar por la jungla.
Cuatro parques marinos rodean la isla, para delicia de buceadores y bañistas por igual. Con sus más de 17,000 islas, Indonesia tiene playas dentro de las playas, y la probabilidad de que te encuentres con una muy concurrida es bastante remota.
11. Guadalupe
Hay poco que no se puede hacer en la isla caribeña francesa de Guadalupe. Ya sea ir a la caza de cascadas que caen en pozas de agua, o bucear en el volcán submarino Sec Pâté, o tomar selfies con un busto sumergido del famoso explorador Jacques-Yves Cousteau, todo allí en la isla. Cuando llega la hora de tirarse al sol, no te pierdas a los vendedores de playa que ofrecen los ricos buñuelos beignets.
La comida es sin duda un homenaje en Guadalupe. Cada año, en el sábado más cercano al 10 de agosto, se celebra en Pointe-à-Pitre la llamada Fête des Cuisinières, una celebración del santo patrono de los cocineros. Las mujeres se visten con sus tradicionales galas para cocinar y llevan sus platos a bendecir en la Misa antes de desfilar por las calles hasta que es hora de festejar y bailar.
12. Isla de Sal, Cabo Verde
África tal vez no sea lo primero que pensemos en términos de hermosas playas, pero definitivamente están allí.
Sal, una de las diez islas de Cabo Verde en la costa occidental de África, es acaso una de las más diversas de sus hermanas. Nombrada por su abundancia de depósitos de sal, los visitantes pueden reponerse en salinas curativas donde el agua es cálida y salada que el Mar Muerto, lo que significa que es fácil flotar.
Pero un punto llamado Blue Eye recibe la mayor atención. Cuando el sol golpea las aguas azul-zafiro de Buracona, una cueva submarina, lo que surge es un lugar radiantemente turquesa que los lugareños llaman amorosamente “el ojo”. Los intrépidos buceadores pueden nadar a través del ojo en la piscina natural de lava, encontrando grutas ocultas para explorar bajo el mar.
13. Roatán
Frente a los destinos más llamativos de la isla, Roatán no tiene necesidad de alardear de su belleza, los conocedores la encontrarán y los que la encuentren regresarán.
Roatán es la mayor de las islas de la Bahía de Honduras, imán para buzos desde hace décadas debido a su posición al pie del arrecife mesoamericano, la barrera arrecifal más grande en el Mar Caribe y la segunda más grande del mundo después de la Gran Barrera de Coral en Australia.
La vida en Roatán es tranquila. Sus chozas junto a la playa sirven simples "baleadas", una versión hondureña del taco. Hecho con tortilla de harina y relleno de frijoles refritos, queso y crema, luego cubierto con carne y aguacate, muy sabrosos para acompañarlos con una Salva Vida, la cerveza local.
14. Alonissos
Santorini y Mykonos han sido por mucho tiempo las estrellas entre las islas griegas, pero Alonissos es un tesoro que conviene no perderse.
Con toda la belleza del Mediterráneo pero sin pretensiones, Alonissos es ideal para aquellos que buscan bajar el ritmo y absorber la cultura local. Las calles adoquinadas del casco antiguo de la isla, Chora, piden ser exploradas. Otras experiencias que no deberías perderte: un licor ‘ouzo’ en una taberna modesta, un paseo por los olivares y huertos y el avistamiento de delfines.
Por supuesto, están las playas del Egeo, que se disfrutan mejor navegando de una a otra. Milia, Marpounta y Glyfa merecen una parada.
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15. Bequia
En Bequia, la vida se centra en el mar. La isla de 8 km de largo y 800 metros de ancho, que forma parte de San Vicente y las Granadinas, es un imán para los yates que a menudo navegan por la bahía Admiralty Bay, aunque su pequeño tamaño evita que esté sobrepoblada.
Debido a su ancestral dependencia en el comercio, la isla está acostumbrada a recibir visitantes y se considera entre las más amigables del Caribe. Las playas aquí, como Spring Bay en el lado oriental de la isla, están llenas de palmeras y los visitantes probablemente las encuentren solas.
Si quieres conocer otras Granadinas, aborda el Friendship Rose, la última goleta operativa en el Caribe.
16. La Gomera
La Gomera nunca se ha preocupado mucho por lo que hace el resto del mundo.
Parte de las islas Canarias de España, frente a las costas de África, La Gomera se ha mantenido sin muchos cambios, gracias en parte a una reducida pista de aterrizaje que no recibe vuelos internacionales y las masas que los acompañan.
Playa de Santiago, en el lado más soleado de la isla, cuenta con playas de arena volcánica negra. Un tentempié ideal después de tomar el sol consiste en "almogrote", especie de paté hecho con queso añejo, y unos tragos de vino blanco local, que es muy elogiado, pero sigue siendo exclusivo de la isla, porque la producción es demasiado pequeña para exportación.
Podrás escuchar el silbo gomero, un lenguaje silbado preservado como parte del patrimonio cultural de la isla.
17. Islas de Scilly
Por sorprendente que parezca, Inglaterra tiene sus propias islas de aspecto tropical.
Las islas de Scilly, en la costa suroeste de Inglaterra, son un archipiélago compuesto principalmente de islas deshabitadas rodeadas de aguas turquesa aptas para todo tipo de actividades acuáticas.
Hay safaris de mar, snorkeling con focas, remo de pie y, para los más aventureros, ‘coasteering’, esto es, un recorrido costero que combina senderismo, saltos de altura, escalada y natación, entre otras cosas.
Hay ferries frecuentes entre las cinco islas principales de Scilly cuando es hora de cambiar el ritmo o una nueva línea costera que explorar.