OPINIÓN: Ivanka Trump no es defensora de las mujeres y puede demostrarlo
Nota del editor: Anushay Hossain es escritora y personalidad de los medios de comunicación; vive en Washington, D. C. Si quieres saber más, consulta AnushaysPoint.com. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN) — Rex Tillerson, secretario de Estado de Estados Unidos, tiene razón de sentirse molesto porque no será él, sino Ivanka Trump, la hija del presidente, quien encabece la delegación estadounidense en la Cumbre Mundial de Emprendedores que se llevará a cabo en India.
El Departamento de Estado de Estados Unidos organiza el evento todos los años y, en ediciones anteriores, contó con la presencia del extitular de la dependencia, John Kerry, y de Barack Obama.
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Este año, no solo el jefe de la diplomacia estadounidense no asistirá, sino que el Departamento de Estado está haciendo un gran desaire al no ofrecer el respaldo de la delegación de alto nivel en el que se considera el evento de más alto perfil de Ivanka en representación de Estados Unidos.
Pese a que las tensiones entre la Casa Blanca y el Departamento de Estado se han vuelto evidentes, lo que debería quedarnos claro en este momento es que Ivanka no tiene nada qué hacer representando a Estados Unidos en el escenario mundial, particularmente en una cumbre internacional que este año celebra el empoderamiento de las mujeres.
Pese a todas sus afirmaciones, Ivanka no es ninguna defensora de las mujeres ni de nuestro empoderamiento, y su pasado lo demuestra.
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Pese a que presume de su gran proyecto de trabajo en "cuestiones femeniles" y dejando a un lado su intento inconcluso de expandir el crédito fiscal para el cuidado de los hijos, Ivanka no ha logrado implementar nada. También es perturbador su silencio mientras su padre se esfuerza sistemáticamente por minar los derechos y la salud de las mujeres; se queda sin hacer nada mientras Trump respalda propuesta tras propuesta de ley para socavar el acceso de las mujeres a toda clase de cosas, ya sea control de la natalidad o seguridad en el trabajo.
Para empeorar las cosas, Ivanka ha demostrado que ni siquiera considera prioritaria la igualdad salarial. Respaldó a su padre cuando suspendió la regla sobre la recopilación de información sobre la brecha de género que se implementó durante la presidencia de Obama, misma que permitía que la Comisión de Igualdad de Oportunidades para la Contratación recabara información sobre salarios en grandes empresas según raza y sexo, con el fin de entender mejor los patrones de discriminación salarial.
"Las incursiones esporádicas de Ivanka Trump en las discusiones sobre los temas que considera prioridad suelen ser mayormente retóricas y escasa en detalles y análisis concretos de las diferencias económicas, raciales, sexuales, étnicas, geográficas y de otra índole que pueden influir en las necesidades regulatorias y en sus efectos", señaló el Centro para el Progreso de Estados Unidos (CAP, por sus siglas en inglés), un organismo de investigación y promoción de políticas públicas, con tendencias de izquierda. "En consecuencia, prácticamente no ha habido avances tangibles en ninguno de los temas que Ivanka Trump dijo que promovería".
nullEl organismo, que analizó el trabajo de Ivanka en temas de mujeres y familias trabajadoras, determinó que su apoyo al retroceso de la presidencia de Trump, en cuestiones como la igualdad salarial, da señales contradictorias sobre su compromiso con la priorización de las necesidades de todas las mujeres y de su capacidad para generar soluciones regulatorias esenciales para el avance de las mujeres.
El CAP dio una calificación de seis a la labor de Ivanka en los temas de emprendimiento con los que ha intentado empoderar a las mujeres. Entonces ¿por qué Ivanka representa a Estados Unidos ante el mundo? Porque es hija de Donald Trump.
Aunque carece de cualquier preparación o de credenciales para representar a Estados Unidos en el escenario mundial, el evento en India no será el primero en el que Ivanka encabece una delegación estadounidense en el extranjero.
Poco después de que su padre asumiera la presidencia, Ivanka, quien también es alta funcionaria de la Casa Blanca, representó a Estados Unidos en la W-20, una cumbre de países del G-20 dedicada a promover la participación y la igualdad de las mujeres en el ámbito laboral. Ivanka incluso habló en un panel al lado de la canciller de Alemania, Angela Merkel; el público la abucheó cuando intentó describir a su padre como defensor de los derechos de las mujeres, lo que provocó que Ivanka declarara que "los miles de mujeres que trabajaron con y para mi padre durante décadas, cuando estaba en el sector privado, son testimonio de que cree y está sólidamente convencido del potencial de las mujeres y de su capacidad para hacer el trabajo tan bien como cualquier hombre".
nullSin embargo, lo que Ivanka usó para salirse con la suya (más o menos) en Alemania probablemente no funcione en India porque Estados Unidos está pasando por lo que podría ser una auténtica revolución cultural en cuanto al abuso sexual contra las mujeres.
Conforme en los medios de comunicación estadounidenses estallan las noticias sobre acoso sexual y acusaciones de abuso contra hombres importantes en casi todos los sectores, queda claro que el país está empezando a entablar un diálogo que podría tener efecto en los derechos de las mujeres en Estados Unidos y en todo el mundo en los próximos años.
También queda claro que Ivanka ya no puede decir nada para hacer quedar a su padre como defensor de los derechos de las mujeres porque más de una docena de mujeres lo han acusado de conducta inadecuada, además de que lo filmaron presumiendo de haber agredido a una mujer.
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Además, el que Trump haya respaldado hace poco a Roy Moore, candidato republicano al Senado que está acusado de pretender relaciones sexuales con adolescentes cuando tenía poco más de 30 años, no sirve de mucho para mejorar su imagen de abusador consuetudinario de mujeres.
En el caso de Moore, Ivanka se deslindó públicamente de su padre al decir que "hay un lugar especial en el infierno para la gente que acecha a los niños" y que no tiene razones para dudar de las víctimas.
Aunque haya logrado pulir la gestión misógina de su padre en años anteriores, ahora estamos en la era del movimiento #MeToo. Atrás quedaron los días en los que el padre de Ivanka la usaba como arma eficaz de relaciones públicas.
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En una época de menor apertura y de menor diplomacia estadounidense en el mundo, el que Ivanka represente a Estados Unidos en cualquier capacidad en el escenario internacional da a entender al mundo una sola cosa: que el nepotismo y la corrupción siguen profundamente arraigados en la Casa Blanca de Trump.
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