1. Potencial de mitigar el riesgo
La razón principal por la que hay que diversificar un portafolio es reducir el riesgo.
Ningún asesor puede predecir con exactitud qué activos brindarán los mejores rendimientos en un año determinado. Y las clases de activos con mejor rendimiento durante un año no siempre tendrán un buen desempeño durante los años subsiguientes. Al asignar inversiones a diferentes clases de activos, los asesores pueden ayudar a reducir la volatilidad de los rendimientos a largo plazo.
Invertir en diferentes áreas geográficas puede también contribuye a diversificar el portafolio de un cliente, ya que los diferentes mercados globales generalmente no se encuentran correlacionados. La inversión internacional puede ayudar a proteger a los inversionistas contra las caídas del mercado que podrían afectar a un país.
Si los activos en el portafolio del mercado local no tienen una correlación positiva con otros mercados y divisas, el efecto de diversificación podría ayudar a compensar cualquier debilidad local. Por ejemplo, si el mercado mexicano está experimentando una caída, pero el inversionista posee activos en productos globales, los activos internacionales tendrán probabilidades de mitigar la volatilidad en las inversiones locales.
2. Puede ayudar a mejorar los rendimientos
Aumentar las oportunidades de obtener rendimientos es otro motivo por el que los inversionistas deberían diversificar sus portafolios.
Por ejemplo, mientras que invertir únicamente en dinero en efectivo o bonos de gobierno puede presentar el mínimo nivel de riesgo, las tasas de interés prevalecientes limitarán las ganancias.
Por otra parte, un portafolio que invierta únicamente en instrumentos de renta variable tiene el potencial de proporcionar mayores rendimientos a largo plazo, pero los instrumentos de renta variable son también una clase de activo más arriesgada, por lo que invertir únicamente en instrumentos de renta variable podría causar también que el inversionista pierda una gran parte de su inversión.
Invertir únicamente en acciones, por ejemplo, podría pagar un alto rendimiento si a las compañías les va bien, pero también podría exponer a los inversionistas a pérdidas severas en caso de caídas del mercado.
Por lo tanto, al balancear el portafolio para incluir una combinación saludable de bonos, instrumentos de renta variable y dinero en efectivo, los asesores pueden ayudar a mejorar el potencial de rendimiento para los clientes a la vez que gestionan el riesgo de la inversión.