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¿Las leyes de la física gobiernan el crecimiento de las empresas?

Es cuestionable si las estructuras jerárquicas y constantemente cambiantes de las organizaciones corporativas son consistentes con las tres características fundamentales de las redes.
dom 07 enero 2018 07:20 AM
Leyes
Leyes West reconoce desde el principio que la fuerza de las correlaciones matemáticas en las que se basa se debilita conforme pasa de lo biológico a lo urbano y luego a lo corporativo. (Foto: Syda Productions/Shutterstock / Syda Productions)

(The New York Times) — El nuevo libro del físico teórico Geoffrey West, editado por Penguin, viene con un complicado subtítulo que sugiere que ha descifrado los secretos de la existencia humana: Scale: The Universal Laws of Growth, Innovation, Sustainability and the Pace of Life in Organisms, Cities, Economies and Companies (Las leyes universales del crecimiento, la innovación, la sostenibilidad y el ritmo de vida en los organismos, las ciudades, las economías y las empresas).

Adelanto que no los ha descifrado. Pero no dejes que esto te disuada de acompañarlo en una fascinante odisea intelectual.

El argumento principal de West es que las leyes matemáticas básicas de la física que gobiernan el crecimiento en el mundo físico se aplican igualmente a los organismos biológicos, políticos y corporativos. El objetivo del libro es contribuir a una ciencia global del comportamiento de lo que se denominan "sistemas altamente complejos".

Pero el libro es también una memoria personal y profesional de un científico distinguido cuyo trabajo está marcado por la búsqueda de formas de romper las fronteras tradicionales entre disciplinas para resolver los desafíos globales de la sostenibilidad.

La observación central de Scale es que una amplia variedad de sistemas complejos responden de manera similar a los aumentos de tamaño. West demuestra que estas similitudes reflejan la naturaleza estructural de las redes que sustentan estos sistemas. El libro identifica tres características comunes de las redes jerárquicas que dan energía a estos organismos, ya sean los diversos sistemas circulatorios que impulsan todas las formas de vida animal o las redes de agua y electricidad que alimentan las ciudades.

En primer lugar, las redes se extienden por el espacio, es decir, sirven a todo el organismo. En segundo lugar, las unidades terminales son en gran parte idénticas, ya sean los capilares en nuestros cuerpos o los grifos y enchufes eléctricos en nuestros hogares. En tercer lugar, una especie de selección natural opera dentro de estas redes para que se optimicen.

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Estas cualidades compartidas en las redes explican por qué, cuando un organismo duplica su tamaño, una asombrosa gama de características, desde el consumo de alimentos hasta la tasa metabólica general, crecen algo menos del doble de rápido, esto es, escalan "sublinealmente", un poquito más lento. Lo que es más, Scale muestra por qué el factor matemático preciso por el cual estas eficiencias se manifiestan casi siempre se relaciona con "el mágico número 4".

West también ofrece una elegante explicación de por qué los organismos vivos tienen un límite natural para el crecimiento y la duración de la vida siguiendo una curva predecible, toda vez que una mayor proporción de energía consumida es necesaria para mantenerlo y por tanto hay menos energía disponible para alimentar una ulterior expansión.

Cuando habla de las ciudades, West muestra que el crecimiento de la infraestructura escala de una manera análoga sublineal. Por lo tanto, el número de gasolineras o la longitud de las calles necesarias cuando una ciudad duplica su tamaño reflejan similares economías de escala. Sin embargo, las correspondientes características socioeconómicas escalan de modo superlineal por el mismo factor. Y aunque es una buena noticia que las grandes ciudades producen salarios más altos y más patentes por habitante, también generan crimen y enfermedades relativamente mayores.

Esta problemática está en el corazón de las preocupaciones de West sobre la sostenibilidad. Teóricamente, el crecimiento ilimitado de las ciudades generado por el escalamiento superlineal "si no se controla, potencialmente siembra la semilla de su inevitable colapso".

A pesar de su confianza en el análisis de enormes cantidades de datos para desarrollar y apoyar sus teorías, en los capítulos finales, West hace un argumento convincente contra la "arrogancia y el narcisismo" que se refleja en la creciente fetichización de los big data.

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"Los datos por los datos", afirma, "o la recolección sin sentido de grandes datos, sin ningún marco conceptual para organizarlos y comprenderlos, puede ser de hecho malo o incluso peligroso".

Al presentar su propio marco conceptual provocativo y fascinante, West consigue ofrecer una gran cantidad de teoría e historia de manera accesible y entretenida. Sin embargo, no está claro si ese marco es lo suficientemente robusto como para aplicarse productivamente en el mundo de los negocios, como intenta hacerlo.

West reconoce desde el principio que la fuerza de las correlaciones matemáticas en las que se basa se debilita conforme pasa de lo biológico a lo urbano y luego a lo corporativo. Hasta hace relativamente poco West no había podido obtener financiación para acceder a una base de datos de información histórica corporativa. En cierto momento del libro, parece culpar a este obstáculo por los resultados particularmente endebles en ese campo. Pero los problemas con su análisis del sector empresarial acaso son más sistémicos.

En primer lugar, es al menos cuestionable si las estructuras jerárquicas y constantemente cambiantes de las organizaciones corporativas son consistentes con las tres características fundamentales de las redes sobre las que se basa su marco. En particular, la nutrida investigación en economía conductual, cimentada en el trabajo pionero de Daniel Kahneman y Amos Tversky, sugiere que es probable que el requisito de optimización no se cumpla.

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Además, las tasas de "decaimiento" de las corporaciones identificadas por West (calculadas por la longevidad de las corporaciones a lo largo del tiempo) no corresponden a ningún cambio consistente en la actividad subyacente análoga a la "muerte" en los organismos vivos. Incluso en el contexto de la bancarrota, que West estudia separadamente de la "muerte" corporativa a través de las fusiones y adquisiciones , las buenas empresas con malas estructuras de capital a menudo siguen “vivos” bajo una nueva forma corporativa.

No es evidente cuán relevantes pueden ser los cálculos matemáticos que tratan tales situaciones como si fueran empresas fallidas que simplemente se liquidan en bancarrota por centavos.

El hecho de que el libro no cumpla de lleno con la promesa de su título no disminuye la magnitud de su contribución y profundidad.

En el siglo XVI, Francois Rabelais, un erudito francés, advirtió que "la ciencia sin conciencia es la ruina del alma". La prevención de West de que los big data sin un marco teórico es la ruina de la ciencia es una importante advertencia contemporánea que ojalá su libro deje asentada para la próxima generación de eruditos.

Jonathan A. Knee es profesor de práctica profesional en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia y asesor senior de Evercore Partners, una consultora independiente de banca de inversión en Nueva York.

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