Como resultado de esta estrategia, los ingresos de la compañía se triplicaron y la base de clientes se duplicó a 20,000, ya que el 76% de los trabajadores afianzó su compromiso con la startup.
Según lo anunciado por Price en sus redes, el 70% de los colaboradores logró pagar sus deudas, las casas compradas por ellos se multiplicaron por diez y la cantidad de bebés que tuvo la plantilla laboral creció diez veces.
“¿Por qué nadie tiene hijos? Los precios de las casas suben un 20% al año, el cuidado de los niños cuesta lo mismo que el alquiler, la licencia parental pagada es inexistente, la atención médica familiar cuesta 20,000 dólares al año y la deuda universitaria promedia 30,000. Supongo que es solo una de esas tendencias extrañas e inexplicables", publicó sarcásticamente en su cuenta de Twitter.
Bajo la misma política de salarios, Price abrió una nueva oficina en Boise, Idaho, en 2019. Su plantilla creció a 200 empleados. Al comienzo de la pandemia, Price perdió el 55% de sus ingresos, sin embargo, presumió que sus empleados se ofrecieron como voluntarios para aceptar recortes salariales.
Hoy, el CEO está aumentando de nuevo los salarios porque considera que invertir en los empleados es más rentable. También busca crecer su plantilla en 10% para disminuir las cargas de trabajo.
Bajarse el sueldo para pagar más a los empleados no es una medida común. Óscar Fonseca, director de la Escuela de Negocios y profesor consultor para el Tecnológico de Monterrey, asegura que la congruencia determina el éxito de la estrategia. Es decir, si el director es un activista o destaca como un líder social, la acción puede percibirse como algo bueno y tendrá un efecto eco. Los empleados sin duda lo agradecerán, crecerá su nivel de compromiso y sentido de pertenencia a la organización.
Esperanza Martínez, especialista en cultura laboral y cofundadora de la firma Evexia Bienestar Psicoemocional, refiere que, con base en datos de su trabajo como consultora, la productividad de un empleado feliz incrementa hasta 70%.
En contraste, si un CEO conocido por su lucro baja su sueldo, es más probable que envíe un mensaje opuesto, de reducción de costos y de pánico entre los empleados. En el caso de Dan Price, se trata de un activista que inició una cruzada contra la desigualdad en Estados Unidos. “Es un altruista, cuya decisión se percibe natural, congruente, real y bien intencionada”, menciona Fonseca.
En opinión de Jaime Martínez Bowness, director de EGADE Business School sede Ciudad de México, bajarse el sueldo es una buena estrategia si existe una percepción de injusticia por parte de los empleados en la brecha salarial, si se necesita mejorar el clima laboral y si la empresa enfrenta una crisis financiera de corto plazo.