“Debería ser obligatorio”, apunta Cristina Raunich, chief marketing officer de Terapify, pues en un sondeo que hicieron del 13 al 19 de enero de 2022 a más de 2,000 trabajadores en el país hallaron que en el último año, el 80% de los colaboradores experimentó estrés laboral, el 57% ansiedad, el 42% desmotivación y el 42% depresión.
Pese a ello, solo el 37% de los empleados ha pedido ayuda en su organización, de los cuales el 44% tuvo apoyo inmediato, al 39% le pidieron tiempo para ver cómo proceder y el 17% no recibió respuesta. En este escenario, y ante la falta de un profesional confiable al alcance, las personas con estrés laboral terminan recurriendo a un familiar, amigo o compañero de trabajo para desahogarse.
Es por esto que Raunich señala que las empresas tienen un gran trabajo qué hacer en lo que se refiere al cuidado de la salud mental de los empleados, más allá de las líneas de apoyo. Eso les daría una plantilla laboral más saludable, productiva y feliz, pero también las haría cumplir con la NOM-035, que las obliga a identificar y prevenir los factores psicosociales en su organización.
¿Falta de interés de las empresas?
En su experiencia, ambas especialistas han observado que no es que las empresas no quieran cuidar la salud mental de su talento, lo que pasa es que no saben cómo hacerlo. Sin embargo, poco a poco va creciendo el interés de las compañías por aprender sobre ello, de hecho, solo en un año Terapify se convirtió en el aliado de 25 empresas de distintos sectores.
Isaac Rubinstein, director ejecutivo de Asesoría en Riesgos en Sekura, una firma de seguros y fianzas para empresas, coincide que a raíz de la pandemia sí ve mayor interés por parte de las compañías para incentivar los temas de prevención y bienestar entre sus colaboradores, incluyendo la salud mental de los líderes.
Según sus datos, la ansiedad es el principal problema mental que se ha atendido, seguido de otros trastornos como el estrés laboral y el burnout. Y de 2020 a 2021, sus servicios de atención psicológica incrementaron 140% en el acumulado anual.
Los especialistas consultados aconsejan a los empleados que, si detectan síntomas recurrentes como irritabilidad, bloqueos mentales o cualquier padecimiento físico relacionado con el burnout, no duden en acercarse a los líderes de la organización para pedir ayuda porque así también encenderán un foco rojo en las empresas que no están haciendo nada al respecto o que únicamente confían en una línea de apoyo.
Actualmente, seis de cada diez empleados con estrés laboral no piden ayuda por un tema cultural. “Por mucho tiempo la salud mental fue un tabú, de modo que no estamos acostumbrados a decir que nos sentimos deprimidos o desmotivados, además de eso, la gente tiene miedo de acercarse al líder porque cree que lo va a etiquetar o que corre el riesgo de perder el trabajo si manifiesta este tipo de padecimientos”, comenta García.
¿Por qué se estresan los empleados?
De acuerdo con el estudio Salud Mental y Empleo, realizado por Terapify este año, entre los mayores temores laborales que los encuestados sintieron en los últimos 12 meses, además del miedo a contagiarse de COVID-19, destaca quedarse sin trabajo y la falta de estabilidad financiera.
Cinco de cada diez empresas ofrece algún programa para enfrentar el estrés laboral, sobre todo clases de yoga y sesiones de mindfulness. Pero el 52% no cuenta internamente con profesionales en la materia.
El 45% de los trabajadores afirma que el seguro de gastos médicos que le da su empresa no cubre posibles gastos de salud mental. Solo el 35% garantiza que su seguro sí cubre este tipo de gastos. De este porcentaje, el 98% menciona que sí recurriría a apoyo psicológico en caso de necesitarlo.
Por otro lado, para liberar el estrés laboral, el 65% confiesa que recurre a la actividad física, el 58% a los planes con familia o amigos y el 44% a los videojuegos. Y un dato interesante es que para el 81% de los empleados el desempeño laboral tiene un gran peso en su ideal de “éxito”.
No obstante, las primeras y principales consecuencias del deterioro en su salud mental son ansiedad y falta de concentración, mientras que a nivel físico comienzan a experimentar problemas para dormir, dolores de cabeza y cansancio extremo.