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Australia busca estudiantes y trabajadores mexicanos

A través de la plataforma Study Australia Experience, Australia invita a los mexicanos a que consideren al país como un destino académico y de acceso al empleo.
lun 14 marzo 2022 02:51 PM
Estudiar en Australia
En los últimos 50 años, más de 2.5 millones de estudiantes internacionales se graduaron de instituciones australianas de educación superior.

Australia inicialmente no era una opción para Laura Aldama. Cuando buscó en Google cuáles eran las universidades más sustentables del mundo la brújula señaló hacia Europa; sin embargo, al investigar más a fondo, la joven de 28 años halló que el país ya tenía un camino recorrido en sustentabilidad aplicada al ámbito constructivo.

Así fue como Laura, quien es egresada de Arquitectura por la Universidad Autónoma de Puebla, no dudó en dejar su país de origen para estudiar una maestría en Eficiencia energética y edificios sustentables, en el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), en Australia.

“Trabajaba en una empresa que hacía reparaciones de oleoductos y gaseoductos, en el área de construcción. Pero, en comparación con otros países, México no está tan avanzado en eficiencia energética y sustentabilidad. En Australia había mayor área de oportunidad, así como impulso en este tipo de proyectos”, afirma.

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Con la certeza de querer estudiar en el RMIT, la joven se acercó en marzo de 2019 a la agencia educativa Australian Option Education para iniciar el proceso y un año más tarde ya estaba pisando la universidad.

“Cuando tienes muchas cosas qué tramitar es muy fácil que pierdas el hilo de lo que debes hacer”, dice. La agencia no solo la orientó en la cuestión logística y de vivienda, sino también para solicitar una beca al Conacyt. “Aún así tuve que cubrir una parte, tenía ahorrados 120,000 pesos para el primer año de estudios”.

El plan de Laura era trabajar las 20 horas a la semana que permite la visa de estudiante para poder pagar el segundo año de la maestría. No obstante, llegó la pandemia. “Estaba preocupada porque no pude trabajar todo el primer año, pero el gobierno australiano nos apoyó y eso amortiguó bastante”, expresa.

A principios de enero de 2021, comenzó a laborar en una empresa de seminarios en preparatorias y tres meses antes de concluir su posgrado entró como consultora de sustentabilidad, con la posibilidad de hacer home office, en Frateer Consulting.

Actualmente, Laura está en proceso de solicitar la visa de postestudio, que le permite quedarse en Australia y trabajar 40 horas a la semana por tres años. Vive con una de sus compañeras de la maestría, en un departamento que está en el centro de la ciudad de Melbourne.

Australia como destino académico y de empleo

De acuerdo con el ranking Universitas 21, seis de las 100 mejores universidades del mundo están en Australia. Además, siete de sus ciudades –Melbourne, Sydney, Brisbane, Canberra, Adelaide, Perth y la Costa Dorada– forman parte del Top Global 100 de lugares con mayor calidad educativa.

En 2019, el país ofreció más de 3,000 becas Australia Awards, así como cursos cortos a personas de más de 55 países, y en los últimos 50 años más de 2.5 millones de estudiantes internacionales se graduaron de instituciones australianas de educación superior.

Australia es un destino académico y de acceso al empleo, enfatiza Craig Ford, líder del equipo de Educación para América Latina de la Comisión Australiana de Comercio e Inversión (Austrade). La llave de acceso es contar con el esquema de vacunación completo, una justificación de ingresos para poder pagar al menos el primer año de estudios y un buen nivel de inglés.

Para atraer a más estudiantes foráneos, el gobierno australiano habilitó la plataforma Study Australia Experience, exclusiva para países de habla hispana y que estará disponible hasta el 30 de junio, fecha en que concluye el año fiscal de la agencia de promoción gubernamental.

El objetivo, señala Ford, es destacar los beneficios de estudiar en Australia, incluyendo consejos útiles sobre destinos, instituciones, costos de titulación, estilo de vida, empleabilidad, becas, visas y permisos de ingreso al país. Además, busca facilitar que los jóvenes puedan saber más detalles a través de videos, webinars, master class y ferias virtuales de empleo.

“Queremos que más estudiantes de toda América Latina consideren a Australia como su principal destino educativo, ahora que la vacunación global permite incrementar la libertad de movimiento”, menciona.

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Por otro lado, Ford asegura que el tema del estudio está muy ligado a las oportunidades laborales que ofrece el país y la media salarial es de 20 dólares australianos cada hora, esto es, 300 pesos mexicanos. Laura tardó en encontrar empleo alrededor de dos meses.

En México, según datos de la empresa de reclutamiento PageGroup, hallar un empleo toma en promedio tres meses de búsqueda activa, pero los candidatos señalan que este plazo puede extenderse hasta los seis meses. Además, la vigencia de la visa y el estatus migratorio son algunas de las preguntas de cajón que los reclutadores hacen a los postulantes foráneos en Australia.

“Cuando te mudas todo te parece caro porque vienes de pensar en pesos, pero Australia es un país donde puedes trabajar de lo que sea y tienes el dinero suficiente para pagar tu renta, tu comida y momentos de ocio. El gobierno es muy estricto con el tema del alcohol, tabaco y azúcar, todo eso es más caro, comparado con México. Aún así, la gente se puede dar ese lujo si quiere. Hay una buena calidad de vida y remuneración por tu trabajo”, narra la joven.

Laura está consciente que regresar a México sin ningún tipo de experiencia laboral es desperdiciar los dos años que estuvo allá, pues lo que aprendió no lo practicaría inmediatamente en una empresa mexicana. Igual sabe que la experiencia ganada en los próximos años en Australia puede significar un reto futuro para acomodarse en su país de origen.

Antes de mudarse a Melbourne, Laura también trabajó para una firma de paneles solares en Puebla. Cuando externó que se iba a Australia a estudiar la maestría le dijeron que no se regresara porque estaría sobrecalificada y nadie la contrataría o no le pagarían lo que ella quisiera ganar.

“Yo sí creo que estudiar en el extranjero sirve para aportar. Así es como vas a apoyar a tu país, ya sea en una pequeña empresa o en una trasnacional. Pero tienes que encontrar a la empresa adecuada y el nicho donde puedas aplicar tus habilidades”, opina. Ford coincide en que los estudiantes pueden llevar una ventaja competitiva a su país de origen y sobre todo en sectores clave para la economía nacional.

Desde el ámbito del reclutamiento, José María Pertusa, co CEO de la firma de recursos humanos Apli, asegura que, como reclutadores y estando inmersos en un proceso tradicional de selección, se asume que la persona que viene de una maestría fuera del país o de una empresa foránea tiene mejores competencias.

Pero ese tipo de señales como haber estudiado en el extranjero, en una universidad de prestigio o venir de una empresa reconocida es lo que ellos llaman proxis, es decir, algo que no indica directa y necesariamente que ese candidato tiene las habilidades que son requeridas para cierta vacante.

“Como práctica general de la industria, es muy peligroso dejarse llevar por ese tipo de saltos de lógica, cuando en realidad lo que se tiene que hacer es medir si el aspirante tiene las competencias necesarias para el puesto o no; y para determinarlo hay técnicas que son muchísimo más precisas que simplemente asumir una suposición”, concluye.

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