Con la certeza de querer estudiar en el RMIT, la joven se acercó en marzo de 2019 a la agencia educativa Australian Option Education para iniciar el proceso y un año más tarde ya estaba pisando la universidad.
“Cuando tienes muchas cosas qué tramitar es muy fácil que pierdas el hilo de lo que debes hacer”, dice. La agencia no solo la orientó en la cuestión logística y de vivienda, sino también para solicitar una beca al Conacyt. “Aún así tuve que cubrir una parte, tenía ahorrados 120,000 pesos para el primer año de estudios”.
El plan de Laura era trabajar las 20 horas a la semana que permite la visa de estudiante para poder pagar el segundo año de la maestría. No obstante, llegó la pandemia. “Estaba preocupada porque no pude trabajar todo el primer año, pero el gobierno australiano nos apoyó y eso amortiguó bastante”, expresa.
A principios de enero de 2021, comenzó a laborar en una empresa de seminarios en preparatorias y tres meses antes de concluir su posgrado entró como consultora de sustentabilidad, con la posibilidad de hacer home office, en Frateer Consulting.
Actualmente, Laura está en proceso de solicitar la visa de postestudio, que le permite quedarse en Australia y trabajar 40 horas a la semana por tres años. Vive con una de sus compañeras de la maestría, en un departamento que está en el centro de la ciudad de Melbourne.
Australia como destino académico y de empleo
De acuerdo con el ranking Universitas 21, seis de las 100 mejores universidades del mundo están en Australia. Además, siete de sus ciudades –Melbourne, Sydney, Brisbane, Canberra, Adelaide, Perth y la Costa Dorada– forman parte del Top Global 100 de lugares con mayor calidad educativa.
En 2019, el país ofreció más de 3,000 becas Australia Awards, así como cursos cortos a personas de más de 55 países, y en los últimos 50 años más de 2.5 millones de estudiantes internacionales se graduaron de instituciones australianas de educación superior.
Australia es un destino académico y de acceso al empleo, enfatiza Craig Ford, líder del equipo de Educación para América Latina de la Comisión Australiana de Comercio e Inversión (Austrade). La llave de acceso es contar con el esquema de vacunación completo, una justificación de ingresos para poder pagar al menos el primer año de estudios y un buen nivel de inglés.
Para atraer a más estudiantes foráneos, el gobierno australiano habilitó la plataforma Study Australia Experience, exclusiva para países de habla hispana y que estará disponible hasta el 30 de junio, fecha en que concluye el año fiscal de la agencia de promoción gubernamental.
El objetivo, señala Ford, es destacar los beneficios de estudiar en Australia, incluyendo consejos útiles sobre destinos, instituciones, costos de titulación, estilo de vida, empleabilidad, becas, visas y permisos de ingreso al país. Además, busca facilitar que los jóvenes puedan saber más detalles a través de videos, webinars, master class y ferias virtuales de empleo.
“Queremos que más estudiantes de toda América Latina consideren a Australia como su principal destino educativo, ahora que la vacunación global permite incrementar la libertad de movimiento”, menciona.