“Es como un rompecabezas, donde el ganador será quien tenga más piezas. Un mexicano puede tener a su favor contar con un posgrado en el exterior, pero si no posee los skills principales que se necesitan para el puesto es menos probable que sea seleccionado frente a otro postulante que estudió aquí y que sí tiene las competencias que se requieren”, explica.
Entonces, ¿cómo beneficia tener estudios foráneos en el mercado laboral? Depende, afirma Alejandro Paz, country manager de la empresa de reclutamiento Robert Walters. La compañía contratante tendría que valorar este tipo de diferenciador y monetizarlo, ya sea por la especialización o por ser un perfil único.
Es aconsejable que el postulante en cuestión haga una investigación previa de la compañía a la que busca entrar. Que conozca sus valores, ADN y que identifique un perfil general en los colaboradores que son parte de su plantilla. Hoy, hay varias organizaciones que incluso tiene como prestación laboral becas para estudiar en el extranjero y alianzas con universidades.
Por otro lado, lamentablemente, en algunos procesos de selección aún permean sesgos que alimentan la discriminación. Tan es así, menciona Paz, que, en pleno boom de las edtech, hay varias maestrías online que son excelentes, pero que no se valoran o no tienen el mismo peso que los programas educativos presenciales que ofrecen las universidades de renombre.
“Por eso la recomendación es hacer un posgrado, en la medida de lo posible, en escuelas reconocidas y en áreas de especialización que se requieran en el mercado para tener un diferenciador a la hora de una entrevista laboral”, comenta.
Sin embargo, esto también es un arma de doble filo, agrega José María Pertusa, co director de la empresa de reclutamiento automatizado Apli. Tener una maestría en el extranjero es un factor que causa en el entrevistador un gran impacto. “Como reclutador, y estando inmerso en un proceso tradicional de selección, asumes que la persona que viene de estudiar fuera del país o de una empresa extranjera inherentemente tiene las competencias deseadas”.
“Como práctica general de la industria, es peligroso dejarse llevar por ese tipo de saltos de lógica, cuando en realidad lo que se tiene que hacer es medir si el aspirante tiene las competencias necesarias para el puesto o no; y para determinarlo hay técnicas que son muchísimo más precisas que simplemente asumir una suposición”, advierte.
Esto no significa que estudiar fuera del país de origen no sea una buena alternativa. Sí marca una diferencia en ciertos puestos que así lo especifican. Al postulante le permite tener una formación intercultural, con la posibilidad de vivir una experiencia educativa distinta. En un proceso de selección es el diferencial entre dos candidatos que dominan las competencias que se requieren para la vacante.
El acceso al empleo
Un título de educación superior mejora las oportunidades en el mercado laboral en comparación con los niveles educativos más bajos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No obstante, las condiciones de trabajo han empeorado en la última década y los jóvenes con estudios superiores enfrentan dos problemas: la informalidad y la sobre cualificación.
“El mercado laboral enfrenta varias paradojas. Por un lado, los mexicanos que cuentan con estudios en el extranjero pueden llegar a estar sobre calificados y, por el otro, las empresas no hallan al talento especializado que necesitan. Esto ha llevado a que la informalidad supere los índices del empleo formal en el país”, reflexiona Ventura.
Según la OCDE, menos de una cuarta parte de la población mexicana de 25 a 34 años ha obtenido algún título de educación superior, y dentro de esta pequeña proporción de egresados, la evidencia muestra que sus competencias no están siendo utilizadas de forma efectiva.
El objetivo de especializarse en industrias de alta tecnología con alto valor agregado también se ve obstaculizado por la baja y decreciente proporción de egresados de programas TIC (2% de egresados y de nuevos matriculados), según la OCDE. Esto sugiere la existencia de un desajuste entre las competencias y las necesidades del mercado laboral.
De acuerdo con la empresa de reclutamiento Manpower Group, los sectores de la minería y la extracción, construcción, comunicaciones, transportes y servicios son los que experimentan mayores dificultades para hallar trabajadores, mientras que la agricultura y la pesca, el comercio y la industria manufacturera tienen menos problemas.
Los reclutadores consultados creen que la falta de experiencia, las altas expectativas salariales, la poca capacitación técnica y la escasez de competencias en demanda son los potenciales desafíos para la contratación de personal.