La apuesta no fue fácil. En primera porque no se trata de un restaurante internacional, sino de platillos en las que se combinan distintas técnicas, y en segunda, porque el negocio abrió sus puertas en 2020, cuando la emergencia sanitaria azotaba al país y obligaba a muchos comercios a bajar la cortina.
Sin embargo, Fernando Martínez sabía que no había marcha atrás y había que emprender el camino, tal cual como lo hace una persona que decide moverse de un país a otro en búsqueda de su propia felicidad.
¿Eres una persona feliz?
-Sí, lo soy, responde con una peculiar sonrisa y con la alegría de ver en marcha su restaurante, ubicado en la colonia Roma, que afrontó las adversidades y que busca atraer comensales que experimenten los platillos desde una visión diferente.
Para el chef, que empezó su travesía desde los siete años y ahora tiene 43, emprender la carrera no fue sencillo, se trató de un camino largo y complicado que si bien hoy rinde frutos, requirió de muchos años de picar cebolla, por no decir piedra, y aprendizaje.
“Para quienes quieran emprender por este camino les puedo decir que no es sencillo, y aunque hay momentos muy difíciles no dejen de soñar”, dice a las futuras generaciones que tienen puestos sus ojos en este negocio.
Hay otra razón que Fernando Martínez suma a la apuesta que hace a través de Migrante: poner ese toque personal al tiempo de combinar las distintas corrientes gastronómicas que con el tiempo ha aprendido.
“A veces estoy durmiendo y se me viene a la mente una combinación, entonces me despierto y comienzo a anotar y a experimentar de modo que estoy en un constante choque de pensamientos e innovaciones, en un ejercicio introspectivo que toma forma y que se vuelve parte del menú”.
La visión emprendedora
Originario de Uruapan, Michoacán y proveniente de familia de cocineros por tradición, comparte algunos consejos no solo para quienes ven en la cocina un modo de vida, sino también bajo el concepto general de lo que es la búsqueda del éxito y desarrollo profesional.
Confiesa que aunque la actividad resulta muy generosa, también así como da te quita.
“Por eso le digo a quienes quieren emprender la carrera de chef que no se metan a buscar el prestigio ni la fama, tampoco el dinero. Porque si ese es el fin, es posible que nunca encuentren el camino”.
El ganador de la cuarta edición del Certamen Cocinero del año México 2014 y participante de la primera temporada de la serie Top Chef México 2016, dice que disfruta el proceso y no la meta, lo que lo obliga a mantenerse activo día y noche en el trabajo de cocina.
Fernando Martínez concluye bajo la idea de que los viajes a través del paladar son las travesías del cocinero… aunque en Migrante el camino está lejos de cerrar.