Cuando comenzó a visualizar al futbol como una meta profesional tenía 18 años y en ese momento no sabía por dónde comenzar su camino. Espejo proviene de una familia que no es aficionada al futbol pero ella sabía que la apoyarían en su nueva apuesta, que posteriormente la llevaría a convertirse en la primera técnica en ganar la Liga MX Femenil.
Espejo reconoce que en aquel momento ella creía que no se requería de estudios para ser director técnico, pero sí tenía claro que no sería una tarea fácil al reconocer que el futbol, hasta ese momento, había sido una asignatura exclusiva de hombres.
Descubrió que para las mujeres en el ámbito futbolístico sólo se ofertaba en ese momento la carrera de Estrategia Deportiva en la Escuela Nacional de Directores Técnicos, sin embargo, decidió inscribirse. Su llegada a la escuela fue difícil al encontrar que en su clase sería la única mujer y tendría que compartirla con 30 hombres, pero no sólo eso, al instante descubrió que las instalaciones eran poco amigables para las mujeres.
“Tienen baño en cada cancha pero son de hombres y los de mujeres están muy lejos. Había baño y vestidores para hombres con tres regaderas y el mío tenía un minicalentador y casi siempre me tenía que bañar con agua fría. Lo común no era que estudiaran las mujeres para entrenar. Allí había quienes rechazaban que las mujeres estudiaran, pero también otros que te arropaban”, recuerda Eva Espejo.
Los obstáculos que encontró Espejo mientras estudiaba la hicieron pensar que nunca iba a dedicarse a entrenar equipos de futbol y qur sólo estaría en la parte de desarrollo humano. Pero su primera experiencia como directora técnica llegó de la mano de un equipo formado en el trabajo de su mamá. Pero a la par de su desarrollo como entrenadora se gestaba un proyecto que daría un giro al futbol y a su carrera deportiva. En 2016 llegó la Liga MX Femenil.
El fútbol sí tiene rostro de mujer
La Liga MX Femenil está ayudando a tejer puentes para que las mujeres puedan llegar a tener presencia en la parte del torneo varonil. El campeonato de futbol femenil permitió a Espejo empezar a entrenar a un equipo de manera profesional con la propuesta en 2017 para estar al frente del Club Tuzos de Pachuca, con cuya escuadra logró el título del primer torneo profesional del futbol femenil en México: la Copa MX Femenil 2017. Gracias a ese logro la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF) le otorgó el reconocimiento a la entrenadora del año. Actualmente dirige al equipo Monterrey Femenil de la Liga MX Femenil.
"Me ha exigido mucho para estar a la altura de las circunstancias y creo que el mayor aprendizaje es sentirme afortunada de estar en un ambiente exigente. La exigencia es un privilegio porque te hace estar alerta aprendiendo y capacitándote”.
La ahora campeona del torneo femenil vislumbra dos caminos posibles para su carrera: tomar alguna selección o ir al extranjero.
Aún quedan cuotas
Pese a que Espejo ha logrado consolidarse como una de las grandes entrenadoras de la Liga Femenil en México, reconoce que este campeonato aún tiene carencias: aún faltan inversiones por parte de los patrocinadores y que los clubes deportivos también inyecten más capital a la Liga para que se puedan capacitar más a las jugadoras como entrenadoras.
“Necesitamos que los propios clubes metan dinero y que se comprometan con el proyecto, así como los patrocinadores (…) además nos hemos convertido en la segunda liga más vista en el país, primero está la varonil, luego nosotras y luego las demás divisiones y creo que esto es importante que lo pudieran notar”.
Otro tema que debe resolverse es el de los salarios. La brecha salarial está muy marcada. De acuerdo con la Encuesta Global de Salarios de los Deportes en el Mundo, el ingreso mensual promedio de una futbolista de la Liga MX Femenil es de 3,500 pesos, mientras que el de los jugadores ronda los 640,000 pesos.
El año pasado, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) evidenció que al menos 17 equipos de la Liga Femenil pusieron un tope salarial en tres categorías: las jugadoras mayores de 23 años ganarían un máximo de 2,000 pesos; las menores de 23 años, 500 pesos más un curso para su formación personal y las jugadoras de la categoría Sub-17 no tendrían ingresos, pero podrían tener ayuda de transporte, estudios y alimentación.
El Centro de Estudios Espinosa Yglesias destaca que directivos y dueños de organizaciones del fútbol mexicano han mencionado que estas diferencias no son por motivo de género, sino por motivos de mercado: el fútbol femenino no produce los ingresos suficientes para poder dar un aumento, un salario digno o prestaciones que le permitan a las mujeres jugadoras tener acceso a un círculo de bienestar completo (educación, salud, alimentación, transporte, seguridad, entre otros).
Espejo coincide con esta visión. La liga femenil difícilmente tendrá una igualdad salarial porque todavía no existe un ecosistema que ayude a generar más ingresos: inversiones tanto de patrocinadores como de equipos, visibilidad de los juegos para generar la venta de más productos.
“El tema es cómo encontrar un punto medio en donde todos podamos tener acceso a los mejores talentos de la liga mexicana. Ahora el tema se polariza un poco con los clubes que tenemos un poco más de recursos y que podemos invertir un poco más. Hay una división clara en los que están interesados en invertir y los que no”, refiere Eva Espejo.
Otro tema que puede convertirse en un obstáculo es la estrategia de los clubes deportivos de vender los derechos de transmisión a las plataformas de streaming.
“La lógica del streaming es buena pero por otro lado se tiene que priorizar la masificación del futbol femenil y empezar hacer un producto que reditué y genere mayores ingresos televisivos. Me parece difícil que alguien pague una plataforma solo para ver el futbol femenil o varonil y ahora que viene el mundial, ya me parece una inversión que no va con los ingresos de nuestro país”, advierte la entrenadora de Rayadas.