Ferrero invierte 94.5 mdp en una oficina pensada para el trabajo híbrido

Valles comenzó en Finanzas y desde su arribo a la empresa ha tenido cuatro posiciones distintas. En su día a día, administra nueve tipos de nómina, se encarga de revisar contrataciones y finiquitos y de ir en línea con la digitalización en el área de recursos humanos.

Hoy, lo que más valora de Ferrero es ese matiz entre lo conservador de la estructura familiar, pero a la vez que busca la innovación y la adaptación a los cambios del mercado. De ahí la oportunidad de trabajar en un modelo híbrido que le permite estar más con su familia y equilibrar mejor su vida personal y laboral.

“Si te dan esta confianza das el resultado. Para mí ser parte de Ferrero se define en tres palabras: confianza, diversión y compromiso”, dice. Valles es una de las 200 personas que ya laboran en las nuevas oficinas de Ferrero en Guadalajara.

Se trata de un edificio de siete pisos y tres sótanos que requirió una inversión de 94.5 millones de pesos y que fue pensado bajo un concepto abierto, colaborativo y específico para un formato híbrido de trabajo, en el que los colaboradores pasarán tres días en la oficina, dos en home office y dos de descanso.

“Era necesario. El otro corporativo lo tuvimos desde 1996, las oficinas ya eran obsoletas en términos de optimización de espacio, de libertad de las personas, de interacción entre ellas y con el medio ambiente. Necesitábamos oficinas que fomentaran el bienestar de la gente y que nos hiciera sumarnos la evolución natural”, detalla Paolo Cornero, presidente y director general de Ferrero México.

Este nuevo edificio, que se ubica a más de 3 kilómetros del anterior, tiene mobiliario ergonómico, cuartos de creatividad, de esparcimiento, terrazas, salas interactivas de juntas, comedores. El diseño está inspirado en los colores de la cultura mexicana y en el branding de las marcas del grupo: Ferrero Rocher, Kinder Delice, Kinder Chocolate, Kinder Sorpresa, Nutella.

Es la segunda oficina, después de Luxemburgo, que maneja un concepto abierto y de colaboración, y en México la empresa destinará alrededor de 50 mdp más para llevarlo a su planta en Guanajuato y sus oficinas en Monterrey y en la Ciudad de México en los próximos dos años.

“El colaborador va a tener la oportunidad de elegir sus días en casa y en la oficina, así como los horarios de entrada y salida, considerando que las jornadas son de 8 horas diarias con una hora de comida. Lo hará mediante un sistema interno que tenemos y de ahí cada líder verifica que haya un equilibrio entre el aforo en la oficina y los tiempos en casa”, explica Aldo Perez-Sandi Didieu, director de recursos humanos de Ferrero México y Centroamérica.

Ambos directivos coinciden en que el esquema 100% home office es efectivo e incrementa la productividad de los empleados. Sin embargo, están convencidos de que un modelo híbrido los ayudará a mantener viva la cultura organizacional de la compañía y el bienestar de los colaboradores.

“Me preocupa que la gente diga que trabaja más desde su casa. No tienen que trabajar más, sino las horas que deben hacerlo, no más. Y por otro lado, no tener un contacto físico a la larga te transforma, te deja más insensible, menos conectado con la naturaleza, la gente y la sociedad”, señala Cornero.

De acuerdo con la bolsa de empleo OCCMundial, cuatro de cada 10 trabajadores en México está en un modelo híbrido. Sobre la percepción que tienen los colaboradores por el retorno a los centros de trabajo, cuatro de cada 10 afirmó que han sido más las desventajas que ventajas, para 27% el regreso ha sido positivo, otro 23% mencionó que ha sido igual de ventajoso que desventajoso y 8% no tiene una postura clara al respecto.

En ese sentido, explicaron que el estado emocional de los trabajadores ha sido complejo, pues prevalecen los sentimientos negativos, se sienten desmotivados (31%), desgastados (30%), cansados (29%) o insatisfechos (25%), solo el 26% dijo que se sienten seguros.

Asimismo, para siete de cada 10 personas sondeadas el principal reto que han enfrentado al regreso ha sido el tráfico; otros desafíos que tienen son el aumento de los gastos (60%), lograr el balance vida-trabajo (48%), comer fuera de casa (45%), el miedo al contagio (36%), ser puntuales (31%) y readaptarse al trabajo presencial (26%).

En contraste, para el 36% de los trabajadores el regreso a las oficinas ha traído más ventajas que desventajas para las empresas; otro 26% considera que han sido más las desventajas, un 25% piensa que se compensan las ventajas y desventajas y un 12% no lo tiene claro.

Al preguntarles si consideran que las empresas hicieron un plan de acción para el regreso presencial a las oficinas, cinco de cada 10 empleados aseguraron que sí lo implementaron, un 36% no lo considera así y el 18% lo desconoce.

Nuevas experiencias laborales

Para Aldo Perez-Sandi, cada vez se trabaja más por objetivos, con descripciones de puesto muy establecidas y bonos por desempeño. En su caso, el directivo asegura que, llegado el momento, Ferrero México está lista para implementar jornadas laborales de siete horas.

“Tenemos a cuatro generaciones diferentes y sabemos que buscan nuevas experiencias y una vida más integral. Antes no había tantos estudios de felicidad laboral, hoy hay más información que nos ayuda a mejorar. Seríamos muy irresponsables si no caminamos hacia esa dirección”, menciona.

El modelo híbrido, reforzado con esta nueva oficina, contempla el incremento de sueldo por desempeño y éste tiene cinco dimensiones. Adicional, como parte de la propuesta de valor al empleado se da apoyo psicológico y líneas de ayuda, así como asesoría financiera.

Y desde hace cuatro años, la empresa cuenta con Ferrero University y programas de liderazgo para mandos medios, donde desarrollan habilidades blandas y técnicas para que sean cada vez mejores líderes y tengan un buen manejo de su equipo y toma de decisiones.

Para ello, la compañía ha unido fuerzas con la Universidad de Harvard, el Tecnológico de Monterrey, Iteso, Universidad Panamericana y escuelas locales para también ofrecer al resto de la plantilla ciertos entrenamientos especializados que los ayuda a escalar en su carrera profesional.

A su parecer, es más costoso no invertir en estas iniciativas. Muchos ven esto como un gasto y no como una inversión. La italiana tiene un esquema de entrenamiento y capacitación de 70, 20, 10, esto es, que el 70% de lo que sabe la gente lo aprende en la práctica, el 20% con un mentor y el 10% en entrenamiento formal.

“Te tienes que reinventar todos los días porque si no las cosas no funcionan”, concluye Cornero.