De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, cerca de 14.8 millones de mexicanos labora más de 48 horas por semana, esto es, más del límite legal. “Por eso, primero debe de existir un cambio en las raíces operacionales entre las tareas/objetivos de cada empleado en un tiempo razonable para que así se apliquen correctamente las siete horas trabajadas por día”, comenta Cazáres Larrauri.
Por otro lado, con el auge del home office el reto de trabajar menos horas se agudiza. Si bien, esta modalidad de empleo trajo diversos beneficios -ahorros, calidad de vida, tiempo con la familia-, también tiene sus desventajas, pues muchos colaboradores comenzaron a trabajar de más, aprovechando la cercanía con los dispositivos móviles, lo que puede ocasionar bajo rendimiento, aumento de estrés o burnout.
“Para llevar a cabo jornadas laborales de siete horas, los colaboradores tienen que ser muy productivos en ese horario para que las empresas vean resultados, se cumplan las metas y los objetivos de negocio y se respete la desconexión digital”, señala Sergio Porragas, director de Operaciones de la bolsa de empleo OCCMundial.
¿Cómo se relaciona el descanso con la productividad laboral?
La productividad se define como una medida económica que permite calcular cuántos bienes y servicios se produjeron por cada factor utilizado. Es la capacidad de hacer más tareas en menos tiempo; si una empresa mejora su productividad significa que el valor de sus productos crece a una tasa más alta versus la de las materias primas que utiliza.
“Hay que tomar en cuenta que una empresa no puede ser productiva si su estrategia no es clara, si no comparte sus objetivos de negocio con el equipo de trabajo, si hay falta de una estructura y si las responsabilidades no quedan definidas. Por lo que, para que una empresa establezca un horario laboral que se respete, primero debe tener claro los puntos anteriores”, enfatiza Porragas.
En cuanto a los empleados, añade, la situación del mercado laboral se ha vuelto tan compleja que para cumplir la jornada laboral y respetar su derecho a la desconexión, deben tomar la responsabilidad de adquirir por su cuenta competencias decisivas como la capacidad de adaptación, de aprendizaje, colaboración a distancia, así como las habilidades digitales para mantenerse competitivos y orientar sus estrategias a resultados que favorezcan el logro de sus objetivos.
Héctor Márquez Pitol, presidente de la Asociación Mexicana de Capital Humano (AMECH) reconoce que con esta iniciativa se tomó conciencia de que no necesariamente las horas de trabajo indican productividad. México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde se trabaja 2,128 horas anuales, 24% más que el promedio de los países miembros de la organización.
Las consecuencias han sido empleados infelices, con enfermedades derivadas de estrés y alto índice de rotación de personal, apunta Cazáres Larrauri. “En GeoVictoria, hemos visto que, cuando no se labora más del tiempo estipulado, la productividad aumenta de 12% a 15% y además las empresas pueden ahorrar hasta 20% en nómina, ya que evitan gastos innecesarios en pago de horas extras, gastos médicos para empleados (derivados por temas de estrés) y ausentismo”.
Más vacaciones, más balance de vida
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esta propuesta acerca a México a niveles de vacaciones en países como Turquía (14 días), Chile (20 días) o Colombia (15 días), y lo alejaría del penúltimo lugar en el que se encuentra actualmente entre los miembros de la OCDE, solo después de Estados Unidos que no cuenta con vacaciones pagadas establecidas en la ley.
“Posicionaría al país en niveles como Canadá (19 días) o Chile (20 días). A pesar del aumento que busca la propuesta de reforma, México seguirá lejos de los 30 días promedio de vacaciones que ofrecen los países de la OCDE, pero sería un buen avance en el mejoramiento de las condiciones laborales”, señala el instituto.
Porragas considera que ampliar el periodo vacacional tendría repercusiones positivas en todos los sentidos, porque así los trabajadores podrían tener calidad en el descanso y mejorar su experiencia laboral resultaría en el aumento de su productividad.
Además, mejorar la salud es el motivo más efectivo para ausentarse del empleo para descansar y desconectarse, en especial si a diario se está expuesto a altos niveles de estrés, hay agotamiento o comienzan a manifestarse problemas para concentrarse y dormir.
El descanso, añade, renueva la creatividad e incrementa la productividad. Robert Kriegel, autor del libro How to Suceed in Business Without Working so Damn Hard, menciona que muchas de las mejores ideas surgen fuera del horario de trabajo, ya que hacer una pausa ayuda a ordenar el pensamiento.
Con más días de vacaciones, “es posible adquirir nuevas experiencias al conocer nuevos lugares, cambiar de ritmo, salir de la rutina y cambiar de hábitos. Aprender a delegar responsabilidades y a confiar en los compañeros de trabajo, jefes y subalternos para hacerse cargo de las tareas por entregar”, reitera.
¿Quiénes se beneficiarían de la reforma?
Si bien esta iniciativa impulsa mejoras en las condiciones laborales y puede propiciar el aumento de la productividad laboral, hay que tener en cuenta que más de la mitad de la población ocupada quedaría excluida del beneficio.
Al segundo trimestre de 2022, se registraron 57.4 millones de trabajadores, de los cuales 44% se emplean de manera formal y tienen acceso a prestaciones laborales, como las vacaciones pagadas. “El resto trabaja en la informalidad y la propuesta no implicaría ningún cambio en sus condiciones laborales. La reforma entonces beneficiaría a cuatro de cada 10 trabajadores en el país”, enfatiza el IMCO.
Finalmente, Márquez Pitol advirtió que la reforma debe estipularse correctamente para que los patrones respeten ese derecho conquistado y no continúen violando las normas. Por ello, se presentará también una iniciativa para que quienes la incumplan paguen una multa de 90 días de salario.