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¿Cómo irte de año sabático sin luego quedar excluido del mercado laboral?

Ahorrar, negociar un posible regreso a la empresa y planear con antelación el tiempo de descanso son algunos factores que pueden ayudar a una rápida reinserción laboral.
mar 21 febrero 2023 01:01 PM
Año sabático
Un año sabático es un tiempo dedicado al autoconocimiento y la satisfacción de intereses personales.

“Estás oxidada”, le decían los reclutadores cada que Kelly Kroger tenía una entrevista de trabajo. “Es que no estás actualizada para ocupar una dirección”. Ella les respondía que entonces le dieran una gerencia, pero la respuesta siempre era la misma: “es que estás sobrecalificada para una gerencia”.

A la actual CEO de C&A no le fue nada fácil regresar al mundo laboral, luego de que decidiera tomarse un sabático. La norteamericana llegó a México en 1999 para trabajar como financiera en una planta de Motorola. Cuatro años más tarde le avisaron que cerrarían la fábrica.

Kroger había ahorrado porque en sus planes estaba tomarse un descanso para poder pasar más tiempo con su hija de un año. Aunque no vio venir el cierre de la planta, la liquidación que recibió la ayudó para tomarse el sabático, sin presiones económicas. Luego llegó su segundo hijo y decidió no volver a la oficina, por lo menos hasta que sus hijos entraran a la primaria.

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“Siempre traté, como muchísimos mexicanos, de tener mis proyectos, hacía traducciones en inglés, pero la realidad es que mi esposo me mantuvo. Después era mucha la presión, los niños crecen, los gastos suben y en mi caso eso significó reducir el estilo de vida. Fue un tema de priorizar”, dice.

Cuando empezó a buscar empleo se tardó un año y medio más en encontrar una oportunidad, de modo que su año de sabático se prolongó durante siete años. “Fue un golpe a mi ego”, expresa. Bilingüe, con un MBA y una trayectoria de 12 años como directora de Finanzas. “Creí que no sería tan complicado regresar. Me equivoqué”.

Su regreso al mundo laboral se dio por las relaciones que había hecho traduciendo materiales. La invitaron a ser la directora financiera en un grupo automotriz familiar llamado ABG, en Guadalajara.

Eso le dio las bases que necesitaba para colocarse más tarde como directora de Finanzas a nivel Américas en la trasnacional Brown-Forman, dueña de las marcas Casa Herradura y Jack Daniel’s.

Al principio, Kroger lo vio como un reto interesante, logró dominar las funciones de su puesto y se sentía a gusto en la compañía. Sin embargo, ahí fue donde experimientó burnout. “Fueron años de crisis”, recuerda.

Con el tiempo, la directora no solo estaba cansada, sino que se sentía fuera de lugar. La frustraba tener que pedir permiso para todo y estar sujeta a procesos globales. Ella buscaba más autonomía y nuevos desafíos. “No soy alguien que pueda estar cómoda si se siente frustrada. Si llego a este momento solo hay dos opciones: otro puesto en la compañía o la renuncia”.

La llegada a C&A

Al pensar qué hacer con su vida profesional, la buscaron de C&A para ocupar la dirección de Finanzas. “No queremos a una computadora con piernas”, le dijeron. “Pues yo no soy una computadora con piernas, yo soy financiera, y agrego valor porque entiendo el negocio y mi habilidad es hacerlo más rentable, más eficiente”, respondió.

Kroger se quedó con el puesto y a los nueve meses le ofrecieron asumir la dirección general, en 2016. Hoy, lo define como uno de los mayores retos en su carrera, ya que tuvo que aprender sobre retail, a tomar decisiones y a trabajar de la mano con un equipo de trabajo ya consolidado.

“Llegué a la conclusión de que los dueños sabían lo que estaban haciendo porque subimos 40% la rentabilidad de la empresa. Cuando pones a un financiero como CEO vas a ver que la utilidad crece más rápido”, señala.

El clima laboral también subió 40 puntos. Kroger se define como una líder humanitaria, cuyo rol es servir a su equipo y no al revés. Como CEO ha trabajado en la construcción de una cultura diversa e inclusiva.

Hoy, en los tres niveles de liderazgo hay 44% mujeres y en toda la compañía son 49%. “No te voy a decir que fue mi prioridad número uno, pero cuando hablamos de diversidad y de vender productos de consumo, más de 60% de los clientes son mujeres, somos quien hace las compras”, enfatiza.

“Necesitas tener la voz de mujer en la sala porque ellas son las que están tomando la mayoría de las decisiones de compras en las tiendas”.

Ella trabajó en el nuevo concepto de la marca, luego de que Grupo AXO desistió de adquirir a la cadena de tiendas de ropa, y continuó con el plan de aperturas que se frenó con la pandemia. Hoy tienen 78 tiendas y el plan de expansión contempla otras siete.

“Ahorita estoy trabajando mucho en la creación de cultura. Estoy impresionada del talento de mujeres que deciden salir de trabajar y luego no las quieren recibir de regreso. Es lo que me pasó a mí. Una de mis ideas desde esta posición es cambiar eso. Hay muchas mamás en casa que son muy capaces y quieren trabajar, pero requieren flexibilidad. Aquí es donde, por primera vez, puedo combinar mis pasiones personales con con mi voz profesional; poner en práctica las cosas que busqué como empleada en otros lugares” expresa.

La preparación de un sabático

Para Kroger, es importante mantener y crecer los contactos aún estando en año sabático. Eso fue lo que al final le abrió la puerta para volver al mundo laboral. Otro punto importante es, antes de renunciar, plantear a la empresa un posible regreso.

La persona también puede realizar algún trabajo voluntario, eso le permite estar activo y aprender otras experiencias que pueden robustecer su perfil. Las bolsas de empleo suelen publicar empleos sabáticos, que son posiciones para cubrir por tiempo determinado.

No menos importante es ahorrar. A menos que seas el dueño de la compañía, no estarás percibiendo un ingreso. Arleth Leal, directora asociada de la firma de reclutamiento Red Ring, comenta que esta experiencia la vive muy diferente quien tiene una empresa y un ejecutivo que trabaja en una compañía. En el primer caso, el miedo es el principal obstáculo para querer hacer una pausa.

“El principal temor es no saber qué va a pasar con la empresa y no saber delegar. Y el principal error es irse, sin irse. Es decir, seguir participando en conferencias, publicando contenido y estar al pendiente de lo que ocurre en la organización”, explica.

Para los empleados, añade, el error más común es no tener una planeación previa al sabático y el mayor temor es irse, sabiendo que no te van a contratar tan fácil después. Lamentablemente esta situación afecta más a las mujeres, ya que como Kroger, parece que tienen que renunciar a su carrera para desempeñar otros roles de su vida como ser mamá.

Un escenario paralelo es que a las mujeres les ha costado tanto llegar a puestos directivos que acaban con burnout, hay quienes incluso se replantean si ese era el camino que querían y si ha valido la pena. Pese a ello pocas se dan una pausa.

Un año sabático es un tiempo dedicado al autoconocimiento y la satisfacción de intereses personales, tras un periodo de esfuerzo. Sirve para recargar energías, viajar, vivir nuevas experiencias, ampliar conocimientos o reflexionar sobre la carrera profesional.

En el mundo académico son más comunes, incluso hay docentes que pueden tomar un sabático con goce de sueldo. Pero en el ámbito empresarial, la práctica es poco utilizada como herramienta de retención, ni siquiera aparece en el abanico de beneficios para los colaboradores.

“Falta mucha cultura sobre los sabáticos. No es una práctica común, es un acto de valentía, y aunque las compañías dicen que apoyan la salud mental, la realidad es que no se hace porque se sigue viendo mal que una persona descanse más de un año. Después del sabático, una de las preguntas en entrevista es qué hicieron en ese tiempo. Y genera un ‘alto’ en algunas empresas para recontratar por la falta de actualización”, ahonda Leal.

En este contexto, Kroger refiere que un camino alterno a irse es negociar medio tiempo o más flexibilidad. “Es mejor que salir y pensar en un par de años regresar. La verdad estoy muy emocionada con el boom de los formatos híbridos, porque así la nueva generación de mujeres, espero, no va a tener que batallar con los paradigmas que lidiamos sus antecesoras”, concluye.

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