Pero el mayor motivo para dejar una compañía no siempre debería ser un mal liderazgo. González dirigió Microsoft México hasta 2015. Por más de 30 años estuvo en el mundo corporativo y decidió irse de la empresa cuando sintió que algo faltaba en su vida.
“Terminaba de trabajar y me daba pena decirle a la gente que algo me faltaba. ¡Qué malagradecido eres, si eres el presidente de Microsoft! Pero ya todos se iban a dormir y yo me quedaba con el diálogo interno de qué hacer. Me di cuenta que algo había cambiado, necesitaba redibujar mi propósito”, cuenta.
González renunció porque luego de hacer una introspección descubrió que Microsoft ya no encajaba en su propósito de vida, él quería emprender y motivar a las personas para que pudieran sacar su mejor versión en el trabajo y el día que decidieran renunciar o quedarse en una empresa lo hicieran por motivos de crecimiento.
“Cuando uno va a una entrevista de trabajo debe saber entrevistar a los reclutadores: cómo es la cultura organizacional, los comportamientos que se premian, los que no, cómo es el ambiente, cómo son los líderes. La mayoría se va por el salario, pero cuando se trata de tu carrera profesional hay más variantes que considerar”, dice.
Antes de entrar a una compañía, añade, la persona primero debe preguntarse si por hacer ese trabajo va a valer más como profesionista a futuro, qué va a aprender, qué habilidades va a adquirir, qué estilo de vida va a tener, si éste es compatible con el que la organización ofrece y qué impacto social tiene la empresa. “Tal vez al principio el salario no es el mejor, pero tienes calidad de vida. Esas son variables a evaluar para quedarte o no en una organización”.
Hoy la gente renuncia porque su líder no es empático. Por eso es crucial que los candidatos investiguen a la empresa empleadora y si tienen oportunidad platiquen con los empleados. Ellos son los mejores embajadores de una organización, sobre todo, cuando ésta destaca por sus buenas prácticas.
Antes de renunciar...
Álvaro Ruíz, country manager de Talent.com, refiere que hoy, y debido a la guerra por el talento, las empresas ya están desarrollando más programas de aprendizaje y desarrollo para que los empleados vean que pueden tener movilidad dentro de la compañía y crecer en ella. Sin embargo, esto no depende solamente de una de las partes.
“También el empleado tiene que estar interesado en querer estar dentro de la empresa. Debe encontrar sus palancas de motivación (una promoción interna, hacer amigos dentro de la compañía, un cambio de área, hablar con recursos humanos para mencionar por qué se está planteando un cambio) y tener paciencia a la hora de elaborar un plan en el corto, mediano y largo plazo, porque los cambios no se dan de un día para otro”, menciona.
En un estudio sobre el impacto del estrés y la tristeza en el trabajo realizado por la Universidad de Oxford y la de Warwick, se halló que los colaboradores felices son 13% más productivos con respecto a quienes no lo son.
“Los departamentos de recursos humanos necesitan reforzar sus planes de cuidado y acompañamiento de la salud mental y bienestar de sus colaboradores, esto les permitirá crecer”, advierte Abel Navajas, manager de Affor Health, una empresa especializada en gestionar y mejorar la salud psicosocial de las personas en las organizaciones.
Los caminos para evitar la renuncia
Pide un cambio de área. Si de plano no te entiendes con tu jefe directo pide un cambio de área, pero justifica muy bien tus razones y siempre documenta y ten pruebas que evidencien un mal trato por parte del líder.
Habla con recursos humanos. No es el departamento que solo se encarga de las contrataciones, los trámites y las renuncias. Hoy los profesionales de recursos humanos se han visibilizado como acompañantes y responsables de que vivas una mejor experiencia laboral.
Denuncia en líneas directas. Tras la pandemia, cada vez más empresas han habilitado líneas de denuncia directa y anónimas. Si tu jefe directo no es un líder, siempre puedes acercarte a estos mecanismos de atención.
Ve a terapia. Un profesional de la psicología te puede dar herramientas para llevar de mejor manera ciertas relaciones personales. Además, en cuestión de bienestar es oportuno prevenir y en su caso atender burnout, depresión, ausentismo, ansiedad, y estrés laboral detonado por un mal liderazgo.
Trabaja en tu inteligencia emocional. Es la capacidad de identificar, regular y expresar adecuadamente tus emociones. Incluye la capacidad de experimentar empatía y confianza en las relaciones. Es importante desarrollarla porque ayuda a prevenir enfermedades físicas y mentales.
Incrementa tu actividad física. En un estudio publicado en el International Journal of Workplace Health Management, se concluyó que hacer ejercicio en días de trabajo ayuda al bienestar de una persona y mejora su estado de ánimo. Además, incrementa su productividad en más de 70%, así como en la gestión del tiempo y de sus actividades. La activación física mejora la salud mental en espacios laborales.
Haz meditación. Crea un ambiente armónico desde tu ser. La meditación y el mindfulness ayudan a ser más resiliente y a tener una mejor actitud ante las situaciones que enfrentamos en el día a día. Aprendes a estar y disfrutar de tu momento presente, sin que los factores externos te saquen de tu centro.
“La pandemia vino a redefinir completamente el liderazgo. El líder de hoy tiene que ser un jefe mucho más empático, encaminado a trabajar en equipos colaborativos, en gestiones de trabajo en equipo. Muchas empresas ya permiten que el propio colaborador evalúe a su jefe, esta apertura y política flexible es muy importante y una buena práctica de recursos humanos para este 2023”, concluye Arleth Leal, socia directora de la firma de reclutamiento Red Ring.