Es un tema pendiente para el cuerpo legislativo, que de resolverse en este periodo de discusión, cambiaría un poco el rumbo del mercado laboral en el país. No obstante, no bastaría con eso.
¿Podría haber reducción de la jornada laboral en México?
Por el lado de las empresas, Raúl Santillán, CEO y fundador de la firma de software de nómina FiscoClic, destaca que en México no existe un respeto por los horarios. Y si bien, los modelos híbridos de trabajo o el esquema home office en su totalidad vinieron a reforzar el balance de vida y la orientación al resultado, también es cierto que en algunos casos incrementaron las jornadas laborales.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), México es el país donde en promedio se trabajan 2,137 horas al año, esto es, 757 más que en Dinamarca donde laboran alrededor de 1,380 horas, en tanto que el promedio entre los países de la OCDE es de 1,730 horas.
“Las empresas que no la pasarían bien serían aquellas que no tienen forma de medir el resultado. Las que no tienen tecnología que las ayude a gestionar de manera remota a sus equipos. En la medida en que las organizaciones puedan tener más herramientas a favor del teletrabajo, la reducción puede ser exitosa”, dice.
Otro punto importante está en la sensibilización de los líderes. Estar más horas frente a la computadora o en la oficina no hace a las personas mejores colaboradores. El contexto pandémico y socio económico vivido en los últimos años ha empujado a las empresas a evolucionar y adaptarse al nuevo entorno laboral.
Juan Hermida, director de Ventas de Factorial México, observa un mayor cuidado de las personas por parte de las organizaciones, una priorización en cuanto a potenciar su talento y desarrollo profesional. Una importante tarea que ha potenciado los equipos de recursos humanos, los cuales han ganado un lugar esencial en las empresas.
Sin embargo, la firma de software de recursos humanos sí sigue teniendo una gran demanda para controlar el registro de entradas y salidas del personal. “Trabajamos con empresas de muy diversos sectores y se sigue demandando, sobre todo en restauración, industria o retail, sectores donde el trabajo presencial es indispensable”, detalla.
En industrias donde la presencialidad no es estrictamente necesaria, se da en menor medida este comportamiento por parte de los empleadores, aunque todavía presenta una alta demanda del servicio. El temido checador.
Y en el teletrabajo, pareciera que la cercanía con los dispositivos móviles vuelve disponibles a los empleados 24/7, cuando no debería de ser así. Además de que la desconexión digital es un derecho, el balance de vida se traduce en mayor productividad y sentido de pertenencia a la organización.
Esto es un problema, señala Saskia de Winter, especialista empresarial. “En América Latina somos medidos por el esfuerzo y no por el resultado. En cambio en Asia, lo importante es llegar a las metas, por eso su realidad es otra”.
Para que una jornada reducida no ponga en jaque a los empleadores, Santillán considera que deben tener métodos de trabajo flexibles, fomentar una cultura laboral saludable, trabajar por objetivos, implementar mejores políticas de permisos, programas de salud y bienestar, formación de liderazgo y concientización sobre gestionar talento y capacitar a los trabajadores para que equilibren mejor sus responsabilidades laborales con ayuda de herramientas o métodos como el agile mindset.
¿Qué pasa con los empleados?
Aunque los mexicanos digan que sí están listos para una reducción en su jornada, la realidad es que muchos no ‘bajan la cortina’ después de que ésta termina. Aún con una jornada laboral más corta, los colaboradores pueden seguir trabajando más horas, con tal de llegar a metas inalcanzables. Como sucede actualmente.
En 2016, un estudio de la UNAM señalaba que 35% de los mexicanos son considerados adictos al trabajo, principalmente los empleados de 29 a 48 años de edad, y el 85% de las empresas recompensan este trastorno, confundiéndolo con valores como el compromiso y la efectividad laboral.
Con el Covid-19 y el home office, el problema se intensificó. Entre el 6 y el 12 de noviembre de 2020, la bolsa de empleo OCCMundial identificó que 52% de los profesionistas no lograba desconectarse de sus responsabilidades laborales.
“El colaborador también debe poner límites y estar consciente de que su jornada laboral debe acabar cuando debe acabar. Y si está trabajando desde casa, contar con un área específica para trabajar, de lo contrario no hay una desconexión programada en su mente y es muy probable que continúe atendiendo cosas laborales”, menciona Santillán.
¿Estamos listos para una jornada reducida?
El abogado laboral Kair Vela considera que la jornada laboral reducida en México puede llegar, pero no en el corto plazo, ya que la forma de legislar en nuestro país está yendo de cabildeo y no permite pasar reformas. Incluso la iniciativa de las vacaciones dignas estuvo amenazada de no aprobarse en sus términos.
“Aunque en Dinamarca o España existen estas jornadas reducidas, las iniciativas se deben ver a la luz de la cultura y de la forma de trabajo que tiene México”, dice el abogado. Con él coinciden los expertos consultados, aunque sí consideran que los casos de éxito en otros países pueden ser un referente para el mercado mexicano.
Hace unos días, el congreso de Chile aprobó reducir la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas. Jorge Guerrero, director de la empresa de reclutamiento PageGroup, advierte que la implementación de las jornadas laborales reducidas en México dependerá de muchos factores, como son la legislación laboral, la cultura empresarial, los modos de trabajo (corporativos, plantas), la productividad y la capacidad de adaptación de las empresas y trabajadores.
“Hoy en México ya existen muchos sectores, como el de la tecnología y los servicios, que están implementando jornadas reducidas con resultados positivos en términos de productividad y satisfacción de los trabajadores. Además, en el Estudio de Remuneración 2023 de PageGroup, se muestra que las jornadas reducidas pueden tener un impacto positivo en la salud física y mental de los trabajadores, lo que podría ser beneficioso para México, donde el estrés laboral es un problema importante”, concluye.