Por eso, Rojas señala que las acciones y certificaciones asociadas a la estrategia generan una visibilización de las mujeres en puestos directivos que crean reputación, pero, sobre todo, una marca empleadora que va a ayudar a atraer al mejor talento. Y, por tanto, mejores resultados para la organización.
Para Tuiran, todas estas estrategias tienen como resultado una toma de conciencia por parte de los equipos de trabajo, que dejan de normalizar comportamientos que anteriormente se han considerado como ‘normales’. “En la teoría, sabemos cuál es el deber ser de las cosas, pero en la práctica me di cuenta cuando lo comencé a ver de una manera positiva. En alguna ocasión estuve en una empresa donde de pronto escuchas comentarios o chistes sexistas u homofóbicos. Y en ese momento te ríes nerviosamente, pero, en el fondo, sabes que no es lo correcto, pero no lo ves como algo nocivo”, dice. “Mucha gente lo ve sólo como un chiste, pero no es así, las palabras tienen poder y en el lenguaje se construye el cambio organizacional”, señala sobre la importancia de alzar la voz ante estos comportamientos.
La clave, asegura el directivo, es no querer cambiar todo en poco tiempo, sino comenzar con pequeñas acciones que permeen en los equipos y hagan la diferencia. “Roma no se construyó en un día”, recuerda.
5 pasos para ser más inclusiva
Alexa Gerez, de Aequales, señala que la diversidad no es ir del punto A al punto B, sino estar aprendiendo, iterando, implementando, y otra vez de regreso. “Las empresas exitosas que están haciendo transformaciones culturales entienden esos cuatro niveles y que es un ciclo constante. Y, lo más importante, que no es un tema de replicar un benchmark, el benchmark nos ayuda a sentar las bases de hacia dónde nos queremos dirigir, pero lo que hace la verdadera transformación cultural es personalizar las estrategias a partir del entendimiento de las necesidades del personal”. Estos son los pasos que recomienda:
1. Mídete: Si no te mides, no puedes gestionar. “Es el punto más importante. En Aequales tenemos la plataforma PAR, donde las empresas pueden medirse, llenar un cuestionario y saber exactamente cómo están”, explica Gerez.
2. Sensibiliza, capacita y genera conciencia: “No hay que quedarse con las estrategias básicas de generar cuatro capacitaciones al año y asumir que eso va a cambiar mi cultura, hay que cuestionar, brindar herramientas e información. Con eso me aseguro de que, en el día a día, en mis equipos se converse, se permee y forme parte de la conversación. Las conferencias aisladas son importantes, pero no cambian comportamientos”.
3. Planea estratégicamente: Los objetivos tienen que abordar las necesidades de la empresa a corto, mediano y largo plazos: ¿qué áreas de mi empresa tienen que estar involucradas para tener un sistema de gestión interna que me asegure una adecuada implementación sostenible en el tiempo?
4. Entender necesidades personalizadas: Ser diversos no significa sólo englobar grupos de afinidad, si bien son importantes, porque cada quien tiene necesidades diferentes.
5. Ábrete a la interseccionalidad: “Puede ser un concepto teórico que ha venido de un contexto como de política pública tal vez o muy académico, pero tras el primer diagnóstico interseccional, yo puedo llegar a decirte: ‘Oye, todas tus mujeres viven esto, pero así se modifica cuando es una mujer con estas condiciones o estas otras. Llegar a este nivel ya es de madurez, y aquí también ya empiezas a hablar de consumidores y consumidoras, de tu cadena de valor, de tus estrategias de marketing, ya lo transversalizas a toda la empresa”, apunta.