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Una mujer latina gana 70% menos que un hombre que hace el mismo trabajo

Claudia Romo encontró en su característica de ser "gritona" una fortaleza que la ha llevado a liderar iniciativas globales, abogando por la diversidad e inclusión, sobre todo de las mujeres latinas.
vie 01 diciembre 2023 03:20 PM
Claudia Romo Edelman
Claudia Romo tiene más de 25 años de experiencia liderando estrategias de marketing y promoción para organizaciones globales.

Su padre siempre le decía que era muy 'gritona'. Una característica que, en su adolescencia, parecía ser más una etiqueta que una virtud. Sin embargo, lo que Claudia Romo Edelman nunca imaginó es que ser 'gritona' se convertiría en su mejor arma.

Todo cambió en el temblor de 1985. La tragedia llevó a Claudia Romo a las calles, donde se unió a un grupo de voluntarios, siendo la única mujer y adolescente. México vibraba con la solidaridad de aquellos que, movidos por la necesidad de ayudar, buscaban a sus amigos y familiares entre los escombros.

En un momento crucial, entre el ruido ensordecedor y la confusión, Claudia escuchó algo más allá de los lamentos y el estruendo. Un grito casi imperceptible atrapado bajo toneladas de concreto. Sin dudarlo, la hoy filántropa y ex diplomática de las Naciones Unidas levantó la voz.

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“¡Paren! ¡Paren! ¡Paren! Creo que oí a alguien”, exclamó. “¿Crees o escuchaste a alguien?” Le respondió uno de los voluntarios. “¡Paren! ¡Paren!”, volvió a gritar. El hombre que la cuestionó rápidamente se acercó a ella y el llamado de auxilio se volvió más claro, así que juntos gritaron más fuerte para llamar la atención del grupo.

Romo recuerda que en cuestión de segundos ya había alrededor de 20 personas levantando el concreto, revelando las pestañas llenas de polvo y la mirada de esperanza de una niña entre los escombros. “Esa fue la primera vez que me sentí útil. Fue muy fuerte par mí ver a la mamá y a la hija abrazarse; me inundó una emoción tan grande de haber hecho eso que dije quiero ser gritona para seguir sintiendo esto”, cuenta.

Desde entonces, Claudia Romo emprendió un camino en movilizaciones globales, emprendimiento social y causas sociales. Trabajó con organizaciones como las Naciones Unidas, UNICEF, ACNUR, el Foro Económico Mundial y el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.

Luego creó la We Are All Human, una fundación sin fines de lucro con sede en Nueva York centrada en promover la diversidad, la inclusión y la equidad a través de diversas iniciativas globales, nacionales y regionales. Una de las iniciativas clave es Estrella Hispana, la cual está dedicada a acelerar el progreso de la comunidad latina en Estados Unidos, sobre todo de las mujeres.

La comunidad latina en Estados Unidos, según Romo, es una fuerza impulsora clave en el crecimiento del país; 62 millones de latinos, que representan el 20% de la población, contribuyen al Producto Interno Bruto (PIB) con un 14%. Este grupo aporta 3.2 trillones de dólares a la economía estadounidense.

La activista puntualiza que las latinas en particular son casi el 50% de la comunidad; 32 millones de latinas, de las cuales solo 30 están en el C-suite de las corporaciones más grandes del país vecino del norte. Las latinas, además, generan empleos y pequeñas industrias seis veces más que cualquier otro grupo en el país.

A pesar de eso, “ahora no nos contratan, no tenemos a latinos dirigiendo corporaciones, solo el 10% de las empresas más grandes del país tiene una estrategia latina. Mi objetivo es que el 70% desarrollen estrategias específicas para abordar y beneficiar a la comunidad latina, transformando así la dinámica empresarial hacia un escenario donde todos ganen. No soy optimista, sino posibilista porque sé que es posible”, dice.

Claudia Romo sueña con ver a líderes empresariales de origen latino y, lo más importante, que su hija reciba un salario equitativo, ya que la disparidad salarial que enfrentan las mujeres latinas en la actualidad es brutal. “Una latina gana 70% menos que un hombre blanco que hace el mismo trabajo que ella. Las latinas son las menos pagadas de todo el país y las que más trabajan”, enfatiza.

En México, el escenario es similar. Tania Arita, directora de reclutamiento de Talent Solutions de ManpowerGroup, advierte sobre la creciente disparidad de género en el ámbito laboral, especialmente en relación con la informalidad.

Las mujeres están ocupando cada vez más puestos de trabajo informales, lo que perpetúa condiciones laborales marcadas por salarios bajos, carencia de prestaciones y subempleo. En el tercer trimestre de 2023, el Inegi registró un aumento de 730,988 mujeres en empleos informales, mientras que los hombres experimentaron una reducción de 51,140 en la misma categoría.

Al observar la tendencia anual, la informalidad laboral masculina ha mostrado disminuciones de 2022 a 2023, mientras que el número de mujeres en empleos informales ha aumentado en más de 500,000 personas. Este fenómeno amenaza la estabilidad laboral de las mujeres y suma significativamente a la desigualdad y la pobreza.

Al respecto, Arita enfatiza que aunque la informalidad no es un problema nuevo, sigue siendo un desafío persistente que requiere la colaboración tanto de las instituciones gubernamentales como del sector privado. “Abordar de manera urgente este fenómeno es crucial para mejorar las condiciones laborales y cerrar las brechas de desigualdad en el país”, comentó.

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¿Cómo girar la tuerca?

Las mujeres se ven sumidas en estereotipos que limitan su progreso profesional, enfrentando una realidad desalentadora: En Estados Unidos menos del 1% ocupa funciones de alto nivel en corporaciones y menos del 0.5% participa activamente en la política, según cifras de la fundación presidida por Romo.

La activista identifica la raíz del problema en una percepción sesgada. Cuando hablamos de mujeres latinas, la gente se enfoca en cualidades físicas y superficiales en lugar de reconocer sus atributos profesionales. En este contexto, Romo urge un cambio de mentalidad y pone sobre la mesa la necesidad de invertir en el empoderamiento de la mujer y sus pequeños negocios.

También identifica la ausencia de modelos a seguir como un obstáculo significativo, pues las corporaciones a menudo están dominadas por una homogeneidad que carece de representación femenina. “Imagínate que llegas a la cancha y no sabes de qué va. Ese tema de navegación es una de las grandes cosas que no permiten que las latinas sean promovidas porque no saben cómo es el juego, nadie las ayuda”.

Esta carencia de redes de contacto priva a las latinas de mentores y guías que podrían impulsar su avance profesional. La ausencia de este respaldo complica aún más la tarea de romper con las barreras preexistentes y acceder a oportunidades que han sido históricamente inaccesibles y dominadas por hombres.

Otro punto crítico es la discriminación basada en el acento. Este fenómeno, que afecta a las mujeres latinas con particular intensidad, crea un ambiente excluyente en el cual se desvaloriza la competencia e inteligencia de aquellas que poseen un acento distintivo.

Romo asegura que el 30% de las latinas se abstienen de expresarse debido a la percepción de que su acento podría ser motivo de críticas. Por ello, la especialista aboga por cambiar esta narrativa perjudicial, instando a una reevaluación de los prejuicios asociados con los acentos y promoviendo un ambiente que celebre la diversidad lingüística.

En este panorama desafiante, Claudia Romo propone crear modelos a seguir y redes de apoyo. En su llamado a la acción, destaca desafiar los estereotipos arraigados y abrazar la idea de un "flip the script" (darle la vuelta).

Esta técnica incluye cambiar la narrativa interna que rodea a las mujeres y desafiar las percepciones negativas que las han marginado en el ámbito corporativo. Romo resalta el poder de la propia valía, contrarrestando las etiquetas restrictivas que han limitado el reconocimiento del potencial de las mujeres. Como le pasó a ella con la etiqueta de “mujer gritona”.

En vez de centrarse en lo malo de ser latino, fijarse en la dualidad cultural como una fortaleza, y no una debilidad. “Poseer un acento no debe interpretarse como un indicativo de falta de competencia o eficiencia. Por el contrario, ser bicultural confiere a las mujeres latinas la capacidad única de conectar con dos grupos de personas, facilitando la negociación y destacando su adaptabilidad en entornos cambiantes e inciertos”. Esta conciencia, señala Romo, potencia las habilidades individuales y contribuye a la creación de ambientes corporativos más inclusivos.

Asimismo, Romo invita a las mujeres latinas a conocer a fondo las operaciones de sus negocios y a no temer levantar la mano ante las oportunidades. Su consejo final es claro: piensa en grande. Al alentar a las mujeres latinas a soñar a lo grande, la mexicana sugiere que este enfoque audaz abre puertas a oportunidades significativas y contribuye a la construcción de un camino más amplio y accesible para las generaciones futuras.

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