Hace unos meses, Azucena comenzó a experimentar problemas de circulación en sus piernas. La hinchazón es evidente y ella se ve obligada a cojear. A pesar de sus esfuerzos, la falta de una silla y las largas horas de pie están tomando un peaje en su salud física.
Hoy, Azucena se encuentra en una encrucijada, ya que su trabajo como promotora no le permite descansar adecuadamente durante sus horas laborales. La falta de apoyo y comodidades básicas, como una silla, está afectando su bienestar físico y capacidad para desempeñar su trabajo de manera efectiva.
“Me gusta mi trabajo por el trato con los clientes, pero no me gustan las condiciones laborales”, expresa. Azucena es una de los incontables trabajadores que laboran de pie. En México no existen cifras oficiales de cuántas personas laboran en esa postura. Sin embargo, la realidad para estos trabajadores podría cambiar este año, ya que el martes pasado el Senado aprobó la denominada “Ley Silla”, que obliga a las empresas a ofrecer un asiento a sus trabajadores que permanecen de pie durante su jornada diaria.
¿Qué es la ley silla?
La propuesta legislativa conocida como la "Ley Silla" pretende reformar el Artículo 132 fracción V de la Ley Federal del Trabajo en México. Esta iniciativa busca abordar la problemática de los trabajadores que enfrentan largas jornadas laborales de pie, como promotores, meseros, cajeros, guardias de seguridad, y otros empleados de sectores similares.
En esencia, la Ley Silla plantea la obligación para las empresas de proveer asientos o sillas con respaldos suficientes a los trabajadores de los sectores de servicios, comercio y actividades análogas.
En casos donde las funciones laborales solo pueden llevarse a cabo de pie, la iniciativa establece que no se puede prohibir a los empleados tomar asiento periódico durante el desarrollo de sus labores.
Para asegurar el cumplimiento de estas disposiciones, se propone la implementación de un reglamento interior que establezca periodos obligatorios de reposo y normas para el uso adecuado de los asientos con respaldo durante la jornada de trabajo.
Esta reforma fue presentada por la senadora Patricia Mercado, del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano, y su trámite legislativo ha avanzado hasta su aprobación en el Senado, pero su entrada en vigor está pendiente de la aprobación por parte de la Cámara de Diputados, así como su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
En caso de entrar en vigor y si las empresas incumplen estas disposiciones, se plantean sanciones económicas o multas que van de los 25,935 a los 259,350 pesos, con la posibilidad de suspensión temporal de las actividades en casos de reincidencia.
Cabe destacar que países de América Latina, como Chile en 1914 y Argentina en 1935, han tenido legislaciones similares, a fin de garantizar el derecho a un asiento durante la jornada laboral para ciertos empleados.
¿A quién beneficiaría la Ley Silla?
Ricardo Barbosa, presidente de la Comisión Nacional Laboral de Coparmex, expresó su apoyo a las reformas que buscan beneficiar a los trabajadores; no obstante, instó a esperar a que concluya el proceso legislativo para tener un análisis más profundo sobre el impacto real que tendría la reforma.
“La Secretaría del Trabajo tendría 30 días para establecer los lineamientos, mientras que las empresas contarían con 180 días para adaptarse a los cambios. Es importante conocer los lineamientos que la Secretaría del Trabajo establecerá”, dijo.
Aunque Barbosa considera que la reforma es positiva, resaltó la necesidad de clarificar las obligaciones y los lineamientos para evitar confusiones y malos entendidos sobre quiénes deben cumplirla. Asimismo, puntualizó que trabajar de pie durante largas jornadas puede afectar la salud, y sugirió que periodos extraordinarios podrían ser una solución.
La Dra. Esperanza Granados, cirujana especialista en higiene laboral, respalda la importancia de esta reforma laboral, pero puntualiza que su éxito dependerá de la implementación adecuada de descansos y la promoción de un ambiente laboral saludable para los trabajadores.
A su parecer, el beneficio será para los colaboradores que realizan actividades que implican permanecer de pie durante toda su jornada laboral, como es común en el sector del comercio. “En muchos casos, hasta el 90% de los trabajadores de este sector se ven afectados por esta situación”.
La especialista señala que, de aprobarse la iniciativa, las empresas tendrán que evaluar el tipo de silla que se utilice. “Debería ser ergonómica y contar con un respaldo reconfortante”, dice. También aboga por la implementación de descansos periódicos, y sugiere pausas cada tres horas de trabajo con duración de 10 a 15 minutos, práctica que actualmente no se lleva a cabo.
“Existen riesgos de salud asociados con largas horas de pie o sentados, como problemas lumbares, dorsales, várices, tendinitis y riesgos cardiovasculares. Las posturas forzadas y las actividades repetitivas deben contar con tiempos de recuperación tanto física como emocional para los trabajadores”, enfatiza.
Granados explica que estos periodos de descanso son esenciales para evitar la fatiga crónica, la cual también puede manifestarse en irritabilidad, ansiedad, mal humor y afectaciones físicas como problemas musculares, inflamación o dolor de articulaciones. Adicional, estas afectaciones desembocan en ausentismo y rotación para las empresas.
Según cálculos de la startup de salud mental Cuéntame, una empresa con 1,000 colaboradores y una rotación anual promedio del 16.75%, con un salario medio de 14,598 pesos, podría enfrentar un costo anual por ausentismo de más de cuatro millones de pesos, junto con un costo por rotación de personal estimado en 5.8 millones de pesos. Estos gastos reflejan las pérdidas de productividad asociadas con las ausencias y la necesidad de reclutar, seleccionar y capacitar nuevos empleados debido a la rotación frecuente.
"Creo que esta ley es conveniente tanto para empleados como para empresas. Para los empleados, implica evitar lesiones físicas y emocionales, contribuyendo a un ambiente laboral más saludable. Para las empresas, implementar medidas como proporcionar sillas ergonómicas puede resultar más económico que los costos asociados al ausentismo”, concluye la especialista.