El regreso a la oficina es un tema que ha generado un debate en torno a las ventajas de los modelos presenciales y a distancia. Mientras algunos defienden la importancia de la presencialidad para fomentar la colaboración y la cultura empresarial, otros abogan por los beneficios del trabajo remoto en términos de flexibilidad y conciliación laboral.
¿Regresar o no a la oficina? El dilema de las empresas
Toby Folwston, CEO de la firma de reclutamiento Robert Walters, considera que la presencialidad es fundamental en el proceso de integración de nuevos empleados, particularmente en sectores donde la experiencia es clave para el desarrollo profesional.
“No hay nada más valioso que escuchar cómo lo hacen los expertos en su trabajo diario. No hay nada como sentarse al lado de una persona que lleva muchos años haciendo su trabajo con éxito y escuchar y entender cómo se dirige a los clientes. No creo que eso se pueda hacer a distancia”, dice.
Pero también reconoce las bondades del trabajo a distancia, especialmente en términos de flexibilidad y balance de vida. Este modelo demostró ser efectivo durante la pandemia y ayudó a las empresas a mantener la continuidad de sus operaciones en circunstancias adversas.
“Para aquellas industrias en las que se puede trabajar desde casa, no veo un futuro en el que todo el mundo vuelva a trabajar cinco días a la semana. Se trata de resultados y de garantizar que esos resultados lleguen. Pero también habrá, por desgracia, ejemplos en los que quizás algunas personas no sean capaces de cumplir a la distancia”, menciona.
Por lo tanto, Folwston percibe que el trabajo híbrido, que combina la presencialidad en la oficina con el trabajo remoto, es probable que sea el futuro para muchas empresas. Este enfoque permite aprovechar los beneficios de ambas modalidades y adaptarse a las necesidades específicas de cada sector y de cada empleado.
No obstante, Folwston menciona que los empleadores deben ser cuidadosos y mantener el equilibrio para asegurar que no se pierda la cohesión y el sentido de pertenencia hacia la compañía, pues hoy día una de las demandas principales del talento está en la flexibilidad, que a la vez es una herramienta para la retención.
“Es una nueva forma de trabajar. Siempre hay que tratar de perfeccionarla, de no perder la conexión humana y la cultura de las organizaciones, pero también de asegurarnos de que ofrecemos las mejores oportunidades para que los empleados tengan éxito”, añade.
¿Hacia dónde vamos?
Este año, la firma multinacional JLL realizó el estudio "El futuro del trabajo: Esquemas de trabajo en Latinoamérica", el cual se enfoca en examinar los diversos modelos laborales en la región, a través de información obtenida de cerca de 300 empresas ubicadas en 13 países de la región.
El informe revela una marcada transición de la presencialidad hacia el trabajo híbrido.
Según Nuri Mouriño, directora de Occupancy Planning de JLL, antes de la pandemia, dos tercios de los trabajadores latinoamericanos asistían a la oficina cinco días a la semana, mientras que solo el 8% de las empresas utilizaban el trabajo remoto.
En la actualidad, solo una de cada cinco empresas en la región requiere la asistencia a la oficina todos los días de la semana, mientras que el trabajo híbrido se ha triplicado. Este modelo se ha convertido en el más popular, siendo utilizado por el 29% de las empresas, con dos días presenciales y tres remotos.
El segundo esquema híbrido más común consiste en dos días remotos y tres presenciales, adoptado por el 18% de las empresas. Sin embargo, la gestión de los días de mayor asistencia representa un desafío, ya que típicamente martes, miércoles y jueves son los días preferidos por la mayoría de los empleados a nivel global.
A pesar de la creciente popularidad del trabajo híbrido, el futuro del trabajo aún está por definirse, pues la mitad de las empresas encuestadas señala que su esquema actual podría cambiar. Los retos más comunes incluyen la baja asistencia a la oficina, la identificación de los nuevos empleados con la cultura de la empresa y la retención de talento.
“Todavía estamos aprendiendo un poco sobre cómo hacer esto y asegurarnos de que conseguimos el equilibrio adecuado. Creo que la confianza es una parte muy importante. Y creo que siempre habrá personas en las que se confíe para realizar el trabajo desde casa”, puntualiza Folwston.
Si bien, los resultados de la encuesta son claros sobre la transición de la presencialidad al trabajo híbrido, lo que aún no es claro para muchas empresas es cómo poder aplicar de forma correcta estos modelos con los que pueden salir beneficiados. Para el CEO de Robert Walters, la clave está en la cultura, ya que cuando se tiene una plantilla culturalmente comprometida, los resultados llegan solos.