En horas trabajadas, México también está a la cabeza, entre los países miembros de la OCDE, con un promedio anual de 2,128 horas. A menudo, los trabajadores superan las 48 horas por semana, aunque el promedio semanal es de 43 horas. Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), un 27% de los empleados en México trabaja más del límite legal.
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Esta situación coloca al país en un terreno difícil. Trabajar más por menos significa que tener tiempo libre se convierte en un lujo que pocos pueden disfrutar. A nivel estatal, Oaxaca, con un índice de 5.01, es el estado donde el tiempo libre es más caro, seguido de Chiapas con 4.72 y Tabasco con 4.10.
Por otro lado, en lugares como Nuevo León, Baja California y Chihuahua, donde los índices son 2.10, 2.40 y 2.69 respectivamente, el tiempo libre resulta más asequible. En estos estados, los empleados pueden disfrutar de un mejor equilibrio entre trabajo y descanso, lo que les permite tener una vida más saludable.
México no es el único país con este problema. Colombia, con un índice de 13.91, y Costa Rica, con 7.94, también enfrentan una situación similar. En estos países, las largas jornadas laborales y los bajos salarios hacen que el tiempo libre sea muy valioso, dejando a los trabajadores en una constante lucha por encontrar un equilibrio entre sus vidas personales y laborales.
Un trabajador mexicano necesitaría trabajar aproximadamente 7,126 horas para alcanzar el salario base promedio de la OCDE, lo que representa un aumento del 220% en sus horas trabajadas. De manera similar, en Colombia, se necesitarían 5,774 horas, un incremento del 140%.
En contraste, países como Islandia y Luxemburgo presentan una realidad diferente. En Islandia, los trabajadores solo necesitan 974 horas para alcanzar el salario base, lo que representa una disminución del 33% en las horas trabajadas. En Luxemburgo, se requieren 1,004 horas, una reducción del 32%.
El salario base promedio de la OCDE, ajustado por paridad de poder adquisitivo (PPA), varía entre los países, pero un ejemplo representativo es Luxemburgo, que tiene un salario promedio anual de aproximadamente 78,310 dólares, mientras que para México es mucho más bajo, alrededor de 16,685 dólares al año.
Para Ventura, la situación en México y otros países de América Latina muestra la necesidad urgente de políticas laborales que corrijan el desequilibrio entre las horas trabajadas y los salarios.
"Valorar el ocio es necesario para la felicidad del trabajador y para su productividad a largo plazo. Estamos en un entorno laboral cada vez más exigente, donde el bienestar personal y el tiempo de descanso no deben subestimarse, ya que son cruciales para mantener la motivación y el rendimiento en el trabajo", señala.
El análsis hecho por Cvapp indica que el tiempo libre en México sigue siendo un privilegio costoso, accesible solo para una minoría. Este alto costo no solo afecta la calidad de vida de los trabajadores, sino que también tiene implicaciones para la sostenibilidad del modelo laboral en el país.
Mientras que en otras naciones se logra un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, en México el desafío persiste, y la necesidad de un cambio se vuelve cada vez más evidente. Implementar políticas que promuevan un equilibrio saludable entre las horas trabajadas y el salario es relevante para mejorar el bienestar general y asegurar que los empleados puedan disfrutar de un tiempo libre que sea realmente accesible y valioso.