Branyas había sugerido que su fallecimiento era inminente el lunes en la red social, diciendo: "Me siento débil. Se acerca la hora. No lloréis, no me gustan las lágrimas. Y sobre todo no sufráis por mí. Ya me conocéis, allá donde vaya seré feliz, pues de alguna manera os llevaré siempre conmigo".
De su cuenta en la red social X se encarga su hija.
Branyas cumplió 117 años el 4 de marzo, según Guinness World Records, y se había convertido en la persona más anciana del mundo en enero de 2023.
Nacida en San Francisco, California, Estados Unidos, en 1907, se trasladó con su familia española a la región nororiental de Cataluña cuando tenía siete años.
Pasó allí el resto de su vida, viviendo la guerra civil de 1936-39 y dos pandemias con un siglo de diferencia: la de la gripe de 1918 y la del COVID-19.
En 1931 se casó con el médico catalán Joan Moret, con quien tuvo tres hijos.
Su marido falleció en 1976 y ella también sobrevivió a su hijo, August, que murió en un accidente de tractor a la edad de 86 años, según la página web de Guinness World Records.
Branyas permitió a los científicos estudiar su excepcional longevidad, que ella atribuyó a la suerte, la buena genética y al "orden, la tranquilidad, la buena conexión con la familia y los amigos, el contacto con la naturaleza, la estabilidad emocional, no tener preocupaciones ni remordimientos, mucha positividad y alejarse de la gente tóxica", según Guinness.
Cuando alcanzó los 117 años, Branyas era la duodécima persona verificada de más edad de la historia. La más anciana fue la francesa Jeanne Calment, que vivió 122 años y 164 días.