Mastografía / Mamograma
Es un estudio de rayos X recomendado a mujeres de 40 a 69 años, sin signos ni síntomas de cáncer (asintomáticas), ya que tiene el propósito de detectar anormalidades en las mamas, que no se pueden percibir por la observación o la palpación.
Las mastografías buscan descubrir y localizar cambios y anormalidades en los tejidos del seno que pueden convertirse en algún problema con el tiempo. Pueden ser pequeños nódulos o masas que no se pueden sentir al realizar una exploración. En caso de hallar alguna anomalía, se requerirán estudios adicionales para descartar o confirmar el diagnóstico de cáncer.
En caso de que todo resulte normal, se puede realizar una nueva mastografía cada dos años.
¿Cómo se realizan?
El procedimiento de una mastografía se realiza al comprimir el pecho para tomar dos radiografías: de los lados y de arriba hacia abajo. Esto puede causar molestias por la compresión de los senos. Tarda aproximadamente 15 minutos.
Las recomendaciones para acudir a una cita de este estudio es ir de preferencia con ropa de dos piezas, y que puedas retirarte la del tórax. Estar bañada y no usar desodorante, antitranspirante ni talco, ya que contienen minerales que no dejan ver con claridad las imágenes de rayos X.
Existen dos tipos de mastografía:
La mastografía de detección oportuna, también conocida como de tamizaje, que se usa en mujeres que no tienen signos ni síntomas de cáncer de mama.
La mastografía diagnóstica, se recomienda en mujeres después de que se detecta alguna bolita o abultamiento, o algún otro signo o síntoma de cáncer de mama como por ejemplo, cambios en la consistencia o color de la piel, hundimientos, aumento de tamaño de alguno de los senos, secreción por el pezón, dolor, entre otros.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), no todas las anomalías resultan ser cáncer. De cada diez mujeres que presentan alguna, solo una desarrolla la enfermedad.
Ultrasonido o ecografía mamaria
El ultrasonido es un método que permite mostrar cambios en los senos con tejido mamario denso. A través de ondas sonoras de alta frecuencia, se logra crear una imagen en blanco y negro de los tejidos y estructuras de las mamas.
¿Cómo se hacen?
Se aplica un gel en la piel del pecho y se usa un instrumento llamado transductor, parecidos a una vara, que se pasa por la piel. El transductor emite ondas sonaras y detecta los ecos a medida que rebotan de los tejidos del cuerpo. Los ecos se convierten en una imagen en la pantalla de la computadora, y pueden localizarse.
Puede sentirse algo de presión por el paso del transductor, pero no debe ser doloroso. Suelen durar entre 15 y 30 minutos, y el procedimiento se acompaña de un examen físico de seno y preguntas sobre cambios o síntomas.
Este método es útil para diferenciar entre quistes llenos de líquido, que es muy improbable que sea cáncer; de las masas sólidas que requieren más pruebas para descartar un tumor cancerígeno. Además, la ecografía suele emplearse para guiar una aguja de biopsia para obtener células y analizarlas.También suele emplearse para revisar ganglios linfáticos hinchados que se encuentran en la axila.
Diferencia entre mastografía y ultrasonido mamario
La principal diferencia es el método de realización. Mientras la mastografía utiliza bajas dosis de radiación para realizar una imágen, el ultrasonido emplea ondas sonoras de alta frecuencia.
De acuerdo con el Centro Médico ABC, la ecografía es más recomendada para senos de tejido mamario denso, debido a que la detección de nódulos suele ser menor en una mastografía, pero no debe considerarse como único método de diagnóstico.
Por su parte, los ultrasonidos son recomendados para mujeres que están embarazadas o se encuentran en lactancia, mujeres menores de 25 años o aquellas que tienen implantes mamarios.
En ambos, las instrucciones anteriores al procedimiento son las mismas: estar aseadas, evitar usar desodorante y llevar prendas separadas de la parte inferior con la parte superior, para evitar tener que quitarse toda la ropa.