Comer en el coche favorece a bacterias como el E.coli y Salmonella

Investigaciones han revelado que los coches, especialmente aquellos donde se consumen alimentos, contienen altos niveles de bacterias en diversas áreas. Según el Gareth Nye, académido de la Universidad de Chester, los puntos con mayor acumulación son el maletero, los asientos, el volante y la palanca de cambios. En estos espacios, se han identificado hasta 1,500 tipos diferentes de microorganismos.

Entre las bacterias más comunes está el E.coli, que, aunque generalmente es inofensivo, puede causar intoxicaciones alimentarias en ciertas condiciones. También se encuentran cepas de Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis, bacterias que suelen estar presentes en la piel y pueden propagarse rápidamente en entornos cerrados como un coche.

Condiciones que favorecen su proliferación

Los expertos señalan que las temperaturas extremas dentro de un vehículo, tanto en verano como en invierno, crean un ambiente ideal para que las bacterias se multipliquen. El médico Shivram Singh aseguró al Dayli Mail que las bacterias como Salmonella y Listeria prosperan en rangos de temperatura entre 40°F y 140°F, niveles que son habituales dentro de un coche cerrado.

Además, los restos de comida que no se eliminan correctamente pueden actuar como reservorios de bacterias y moho. Esto no solo afecta la calidad del aire dentro del coche, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos al consumir algo en ese entorno.

Impacto en la higiene y recomendaciones de los especialistas

Singh advierte que los derrames y restos de alimentos, si no se limpian adecuadamente, pueden atraer plagas y comprometer la higiene general del vehículo. Por ello, se sugiere evitar consumir alimentos en el coche o, en caso de hacerlo, limpiar exhaustivamente las superficies.

Keith Hawes, experto en mantenimiento de vehículos, destaca la importancia de mantener el coche en condiciones higiénicas para prevenir problemas de salud. Sugiere realizar limpiezas regulares y utilizar herramientas específicas como aspiradoras portátiles y productos antimicrobianos para reducir la acumulación de bacterias en el interior.