"El TLCAN nos destruyó".- hija de agricultor mexicano
Si le preguntas al presidente estadounidense Donald Trump, México se ganó la lotería hace casi 25 años cuando firmó el TLCAN, el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá.
“Ha sido un acuerdo unilateral desde el comienzo del TLCAN con un gran número de empleos y empresas perdidas”, dijo Trump el 26 de enero .
Pero si le preguntas a Griselda Mendoza, el acuerdo casi destruyó a su familia y a su comunidad de granjeros de maíz en el sureño estado mexicano de Oaxaca.
“Antes del TLCAN, todo el mundo cultivaba maíz. La gente no ganaba mucho, pero nadie pasaba hambre”, dice Mendoza, de 23 años, compartiendo los dichos populares de su región. Ella nació justo después de la firma del TLCAN.
A medida que el maíz estadounidense barato llegaba desde la frontera, tuvo un efecto devastador en su familia. Su padre, Benancio Mendoza, no podía competir y ganar un salario digno vendiendo maíz. Tuvo que renunciar y trasladarse a Estados Unidos en busca de un trabajo. Tomó un empleo como cocinero en Tennessee, ahorrando dinero para enviar a casa para que sus hijos pudieran asistir a la escuela.
“Fue al norte buscando un trabajo y no lo volví a ver durante 18 años”, dice Mendoza, quien ahora trabaja como secretaria del gobierno local.
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Aunque el TLCAN sí impulsó la industria manufacturera de México, afectó a muchas ciudades agrícolas ; especialmente a los agricultores familiares de maíz como Benancio.
México perdió más de 900,000 empleos agrícolas en la primera década del TLCAN, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Mendoza dice que su pequeña ciudad de Santa Ana Zegache está ahora habitada mayoritariamente por mujeres y ancianos porque los hombres en edad de trabajar fueron a Estados Unidos en busca de empleo, la gran mayoría cruzando ilegalmente.
El TLCAN abrió el mercado mexicano a los productores de maíz de Estados Unidos que eran subsidiados por el gobierno de Estados Unidos.
Eso condujo a un auge de las exportaciones de maíz de Estados Unidos a México; y un colapso en los trabajos agrícolas mexicanos como el de Benancio. En la primera década del NAFTA, las exportaciones de maíz de Estados Unidos a México se cuadruplicaron, mientras que los precios mexicanos del maíz cayeron 66%, según Tim A. Wise, experto en comercio de la Tufts University.
nullEstados Unidos es el primer productor y exportador mundial de maíz, y México es su principal mercado de exportación.
De hecho, algunos de los ganadores más importantes del TLCAN fueron los agricultores estadounidenses.
En 1995, un año después de la entrada en vigencia del TLCAN, las exportaciones de maíz a México eran de 391 millones de dólares. En 2015, los productores de maíz estadounidenses enviaron 2,400 millones de dólares al sur de la frontera, de acuerdo con los datos del Censo de Estados Unidos y del Departamento de Agricultura.
No es sorprendente que las amenazas de Trump de construir un muro, renegociar el TLCAN y posiblemente introducir un impuesto del 20% sobre los bienes mexicanos, preocupen a los agricultores estadounidenses. Temen que México vaya a tomar represalias y que imponga un impuesto sobre el maíz estadounidense.
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“Eso probablemente costaría trabajos en el sector del maíz”, dijo Kurt Hora, presidente de la Iowa Corn Growers Association. “México es un mercado enorme para nosotros... cualquier perturbación en el comercio de maíz sería muy perjudicial para los agricultores estadounidenses”.
Las empresas agrícolas saben que sus beneficios del TLCAN están en riesgo. En una reciente carta al presidente Trump, 130 empresas agrícolas de Estados Unidos, incluyendo a Cargill, resaltaron los beneficios que ha traido el TLCAN a los agricultores estadounidenses.
“En los 20 años transcurridos desde la implementación del TLCAN, la industria alimentaria y agrícola de Estados Unidos se ha vuelto cada vez más eficiente e innovadora; y ha crecido para respaldar millones de empleos”, indicó la carta.
Las exportaciones de maíz a México por sí solas respaldan muchos empleos estadounidenses. En Kansas, donde el 99% del maíz es exportado a México, 48,000 empleos dependen del comercio con el vecino del sur de Estados Unidos. En Iowa, 53,000 empleos dependen del comercio con México, según la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Pero al sur de la frontera, esos trabajos agrícolas son pocos y distantes entre sí.
Benancio Mendoza regresó a México hace unos años y empezó a cultivar maíz nuevamente como pasatiempo. Pero la familia sabe que la agricultura como una manera de sostener a la familia ya no está en su futuro.
“Los jóvenes como yo, que hemos ido a la escuela, queremos otras cosas”, dice Griselda.
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