Las empresas, moneda de cambio en la disputa comercial entre EU y China
A medida que Washington y Beijing intentan resolver sus disputas comerciales, varias grandes empresas han quedado atrapadas en medio.
Una de ellas es Qualcomm, un fabricante estadounidense de chips cuya compra de NXP Semiconductors, una empresa holandesa, por 44,000 millones de dólares (mdd) ha quedado en espera de la aprobación de los reguladores chinos.
Mucho más controvertido es el caso de ZTE, el fabricante chino de equipos de telecomunicaciones y teléfonos que quedó paralizado por una prohibición de exportaciones estadounidenses emitida el mes pasado en castigo por lo que Estados Unidos dijo que eran violaciones a sus sanciones contra Corea del Norte e Irán.
Aligerar las sanciones contra ZTE es una prioridad clave para el presidente chino, Xi Jinping, y Trump ha indicado que está dispuesto a ceder para seguir adelante con las discusiones comerciales.
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Pero los miembros del Congreso de ambos partidos, muchos de los cuales desconfían cada vez más de las prácticas comerciales de China, creen que tal indulgencia sería un error. Un número creciente de senadores han dibujado una línea roja contra ZTE, y han sido elocuentes en los últimos días sobre su oposición a restauración los derechos de la compañía.
“Lo único a lo que China responderá es a acciones significativas durante un periodo prolongado, y poner a una compañía como ZTE fuera del negocio es el tipo de acción significativa que... China finalmente verá que nos tomamos estas cosas en serio”, dijo el senador Marco Rubio, un republicano, el domingo en Face the Nation de CBS.
El viernes, el Departamento de Comercio de Estados Unidos informó a los legisladores sobre los lineamientos de un acuerdo tentativo que podría salvar a ZTE.
Trump, en un tuit el viernes por la noche, escribió sobre el acuerdo: “Cerré (ZTE) y luego le permití reabrir con garantías de seguridad de alto nivel, cambio de administración y consejo, obligación a comprar piezas de Estados Unidos y pagar una multa de 1,300 millones de dólares”.
La reacción negativa del Capitolio fue inmediata y severa, lo que generó dudas sobre si Trump seguirá adelante.
“ZTE presenta una amenaza a la seguridad nacional para Estados Unidos, y nada en el acuerdo que reporta aborda ese hecho fundamental. Si no pone nuestra seguridad antes que los empleos chinos, el Congreso actuará de forma bipartidista para detenerlo”, tuiteó el sábado el senador Chris Van Hollen, un demócrata.
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La próxima ronda de negociaciones comerciales
La situación política en Washington complica las conversaciones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, las cuales aún están en progreso.
Hace una semana, China y Estados Unidos acordaron suspender las amenazas de aranceles por decenas de miles de millones de dólares. Los países dijeron que China “aumentaría significativamente” las compras de bienes y servicios estadounidenses para reducir su desequilibrio comercial, una de las principales exigencias del gobierno de Trump.
Pero muchos detalles todavía deben ser resueltos. China no ha establecido una cifra en dólares sobre su compromiso de impulsar las compras, y los analistas han dicho que sería difícil que Beijing haga una gran diferencia en el desequilibrio comercial.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, viajará a China del 2 al 4 de junio para continuar las conversaciones, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Aún más desafiante es la exigencia de Estados Unidos de que China deje de obligar a las empresas estadounidenses a entregar propiedad intelectual y suspender los esfuerzos para subsidiar las industrias de alta tecnología. Los expertos se muestran escépticos de que Beijing acepte realizar cambios en esas áreas.
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Acuerdo Qualcomm-NXP
China, mientras tanto, tiene poder sobre la compra de NXP por parte de Qualcomm. La aprobación regulatoria china aún es necesaria para que la adquisición se lleve a cabo.
La renuencia de Beijing a dar luz verde al acuerdo ha coincidido con las tensiones comerciales entre los dos países, aunque las autoridades insisten en que el retraso se debe a las preocupaciones antimonopolio.
Informes de prensa durante el fin de semana indicaron que podría haber algún movimiento de los reguladores esta semana, aunque todavía no se ha finalizado nada.
Las probabilidades de aprobación lucen mejores desde que China apoyó la venta de la preciada unidad de chips de Toshiba a un grupo de inversionistas encabezado por la firma de capital privado Bain Capital.
Anteriormente, había dudas sobre si China frenaría ese acuerdo por 18,000 mdd para obtener influencia sobre Estados Unidos durante las negociaciones comerciales.
El comodín llamado Corea del Norte
Mientras tanto, una posible cumbre entre Trump y el líder norcoreano, Kim Jong Un está en el aire.
La reunión, que inicialmente estaba programada para el 12 de junio en Singapur, fue abruptamente cancelada el jueves por Trump, que citó la “tremenda ira y abierta hostilidad” en la declaración más reciente de Corea del Norte. Pero dos días después, revivió las esperanzas de que la cumbre pueda suceder.
nullTrump había indicado previamente que está dispuesto a hacer cambios en materia de comercio con China, los cuales podrían asegurar el apoyo del país en el tema Corea del Norte.
“Cuando pienso acerca de comercio, ya sabes, los leo a ustedes, chicos, y dicen: 'Bueno, ¿por qué él hace…?’ Hay un panorama mucho más amplio que yo tengo en mente”, dijo Trump la semana pasada.
“También estoy pensando en lo que están haciendo para ayudarnos con la paz con Corea del Norte. Ese es un elemento muy importante. Así que ya veremos cómo se desarrolla todo”.
Phil Mattingly y Jeremy Diamond de CNN contribuyeron a este reportaje.