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Trump busca superar una recesión que aún no existe

Los esfuerzos del presidente estadounidense por evitar una desaceleración en medio de su campaña de reelección podrían amenazar a la economía en el futuro.
jue 22 agosto 2019 05:06 AM
Donald Trump recesión
Estamos muy lejos de una recesión, aseguró Trump el martes.

El presidente estadounidense, Donald Trump, está tratando de aventajar una posible recesión a medida que se postula para la reelección en 2020, pero sus esfuerzos actuales por mantener en marcha la economía podrían causar que una recesión sea más difícil de solucionar.

Trump dice que está analizando una serie de propuestas para mantener la economía en movimiento, desde darle a los trabajadores un impulso salarial al reducir los impuestos sobre nómina, hasta reducir los impuestos sobre las ganancias de capital para los inversores.

Pero los economistas dicen que los intentos actuales del presidente de adelantarse a una desaceleración dejarían a los encargados de formular políticas con muchas menos municiones para defenderse de futuras calamidades en el futuro.

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“Estamos disparando todas las flechas antes de que siquiera tengamos que comenzar a disparar”, dijo Steven Rosenthal, miembro del grupo no partidista Tax Policy Center. “Si las cosas salen mal, nuestras herramientas convencionales estarán en gran medida agotadas”.

Durante recesiones pasadas, tanto demócratas como republicanos, incluidos los expresidentes George W. Bush y Barack Obama, se han apoyado en herramientas como reembolsos impositivos únicos o beneficios de desempleo extendidos para estimular el gasto de los consumidores, un importante motor del crecimiento económico.

La economía estadounidense parece estar avanzando —al menos por ahora— con un crecimiento del 2.1%. Los salarios de los trabajadores han crecido. El desempleo se mantiene en un mínimo histórico de 50 años. Y los consumidores todavía están gastando a toda marcha en sus tiendas favoritas.

Las preocupaciones sobre una desaceleración y una eventual recesión general han aumentado desde principios de agosto, a medida que han disminuido las posibilidades de un acuerdo comercial con China. Varios de los principales países han reportado un crecimiento pobre, y la economía de Alemania se ha contraído ligeramente. Los indicadores clásicos del mercado parpadean en rojo, y la curva de rendimiento de los bonos estadounidenses se invirtió (brevemente) la semana pasada por primera vez desde el año previo a la recesión de 2007.

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JPMorgan Chase advirtió la semana pasada que la probabilidad de una recesión en los próximos 12 meses ha aumentado al 40%. Bank of America dice que las probabilidades de una recesión el próximo año son mayores al 30%. Y Goldman Sachs dice que el riesgo de está aumentando debido a la guerra comercial de Trump, aunque el presidente ejecutivo del banco dijo la semana pasada que no está preocupado por una crisis inminente.

El presidente ha acusado a los medios de comunicación de ser alarmistas, así como de atacar a su chivo expiatorio favorito, la Reserva Federal (Fed), por lo que cree que son tasas de interés demasiado altas.

“Estamos muy lejos de una recesión”, dijo Trump el martes. “De hecho, si la Fed hiciera su trabajo, creo que tendríamos un tremendo acelerón de crecimiento. Un tremendo acelerón”.

En los últimos meses, Trump ha dependido en gran medida de la Fed para mantener a la economía estadounidense en terreno sólido a medida que la actividad manufacturera ha caído en recesión. La inversión empresarial se ha mantenido al margen en medio de la incertidumbre sobre la guerra comercial en curso con China, así como por las perspectivas más lentas para el crecimiento mundial.

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Trump llamó a la Fed —a la que describió “como psicológicamente importante”— a que reduzca las tasas hasta en 100 puntos básicos “durante un periodo” para ayudar a impulsar la economía.

Pero el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha pedido un enfoque más cauteloso que esté basado en los datos entrantes. Se espera que dé alguna pista a finales de esta semana de si está dispuesto a seguir adelante con recortes adicionales el próximo mes, o de si tiene la intención de evitar actuar hasta que la economía comience a mostrar signos de un giro a la baja más pronunciado.

En julio, la Fed redujo las tasas por primera vez desde la Gran Recesión, bajando las tasas de interés a un rango de entre 2% y 2.25%. Pero no está claro si ese recorte de tasas inicial traerá una serie de otras reducciones.

“Realmente no hay ninguna razón por la cual la expansión no pueda continuar”, dijo Powell a los periodistas en aquel entonces, describiendo el recorte como un “ajuste de mitad de ciclo” a la política de tasas de interés.

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Wall Street ya espera tres recortes más en las tasas de interés en septiembre, diciembre y enero.

Sin embargo, el riesgo es que los nuevos recortes de tasas este año podrían no ser suficientes para superar el daño duradero de la guerra comercial de Trump sobre la economía estadounidense.

“Si tuviéramos un recorte en las tasas de interés por parte de la Fed, si hicieran su trabajo correctamente y si hicieran un recorte significativo, porque aumentan demasiado rápido, verías un crecimiento como nunca antes has visto en esto país”, argumentó Trump el martes, antes de contraargumentar su caso nuevamente, al repetir que la economía todavía está en buena forma.

“Quiero decir, nuestro país está muy bien”, dijo, dos veces.

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