“Estamos disparando todas las flechas antes de que siquiera tengamos que comenzar a disparar”, dijo Steven Rosenthal, miembro del grupo no partidista Tax Policy Center. “Si las cosas salen mal, nuestras herramientas convencionales estarán en gran medida agotadas”.
Durante recesiones pasadas, tanto demócratas como republicanos, incluidos los expresidentes George W. Bush y Barack Obama, se han apoyado en herramientas como reembolsos impositivos únicos o beneficios de desempleo extendidos para estimular el gasto de los consumidores, un importante motor del crecimiento económico.
La economía estadounidense parece estar avanzando —al menos por ahora— con un crecimiento del 2.1%. Los salarios de los trabajadores han crecido. El desempleo se mantiene en un mínimo histórico de 50 años. Y los consumidores todavía están gastando a toda marcha en sus tiendas favoritas.
Las preocupaciones sobre una desaceleración y una eventual recesión general han aumentado desde principios de agosto, a medida que han disminuido las posibilidades de un acuerdo comercial con China. Varios de los principales países han reportado un crecimiento pobre, y la economía de Alemania se ha contraído ligeramente. Los indicadores clásicos del mercado parpadean en rojo, y la curva de rendimiento de los bonos estadounidenses se invirtió (brevemente) la semana pasada por primera vez desde el año previo a la recesión de 2007.
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JPMorgan Chase advirtió la semana pasada que la probabilidad de una recesión en los próximos 12 meses ha aumentado al 40%. Bank of America dice que las probabilidades de una recesión el próximo año son mayores al 30%. Y Goldman Sachs dice que el riesgo de está aumentando debido a la guerra comercial de Trump, aunque el presidente ejecutivo del banco dijo la semana pasada que no está preocupado por una crisis inminente.
El presidente ha acusado a los medios de comunicación de ser alarmistas, así como de atacar a su chivo expiatorio favorito, la Reserva Federal (Fed), por lo que cree que son tasas de interés demasiado altas.
“Estamos muy lejos de una recesión”, dijo Trump el martes. “De hecho, si la Fed hiciera su trabajo, creo que tendríamos un tremendo acelerón de crecimiento. Un tremendo acelerón”.
En los últimos meses, Trump ha dependido en gran medida de la Fed para mantener a la economía estadounidense en terreno sólido a medida que la actividad manufacturera ha caído en recesión. La inversión empresarial se ha mantenido al margen en medio de la incertidumbre sobre la guerra comercial en curso con China, así como por las perspectivas más lentas para el crecimiento mundial.