Aunque dice estar "preocupado" por la decisión del banco central estadounidense (Fed) de inyectar en la economía miles de millones de dólares, asegura que de momento solo hay "un freno significativo del crecimiento (...) que provocará quiebras", como la de la compañía de viajes británica Thomas Cook.
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"En periodo de crecimiento, la mala gestión de una empresa no tiene necesariamente consecuencias pero cuando la economía se ralentiza quiebra", dijo Stiglitz, que espera que a otras empresas les pase lo mismo pero sin provocar una crisis económica mundial como la de 2008.
"Es verdad que esta situación pone nerviosa a la gente pero se necesitan más perturbaciones para tener una crisis mundial", asegura, sin descartar que "algunos países emergentes entren en crisis", como Argentina.
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"Pero no creo que sea el caso en Europa o Estados Unidos", subraya.
Stiglitz dice estar desconcertado por la decisión de la Reserva Federal (Fed) de bajar sus tasas de interés y la del Banco Central Europeo (BCE) de volver a poner en marcha su programa de compra de deuda.
El economista teme que estas medidas para favorecer el crecimiento sean ineficaces. "Pienso que los bancos centrales están claramente malgastando municiones que les serían útiles si la situación empeorara", lamenta.
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"Estas medidas tendrán muy pocos efectos", advierte, y recuerda que "incluso la Fed reconoce que esencialmente no tenía ninguna medida para enfrentarse a la guerra comercial que desalienta a la gente a invertir", una alusión al conflicto aduanero entre China y Estados Unidos.