En el período abril-junio, la economía creció a una tasa de 2%. La economía tuvo una expansión de 2.6% en la primera mitad del año.
Pese a que la lectura revisada del PIB no cambió y estuvo en línea con las expectativas de analistas, el gasto de consumidor fue más sólido de lo reportado previamente. También hubo mejoras en el gasto en estructuras no residenciales de los consumidores, lo que limitó la caída en la inversión en general.
Las importaciones, que han sido un lastre para el crecimiento del PIB, fueron más altas que lo estimado previamente.
Los mercados financieros registraron escasos movimientos por los datos.
La economía apunta a mantener su velocidad moderada de expansión en el cuarto trimestre, con la menor tasa de desempleo en casi medio siglo apoyando el consumo.
Los temores de una recesión, que acecharon a los mercados financieros durante el verano boreal, parecen haberse desvanecido. Los tres recortes en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos este año animaron al mercado inmobiliario.
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El banco central estadounidense mantuvo sus tasas la semana pasada y dijo que los costos del crédito podrían permanecen sin cambios al menos a lo largo del 2020.
Las estimaciones de crecimiento para el cuarto trimestre están en un rango de 1.3% a 2.3% pace. Aunque la expansión ha sido relativamente sólida, los economistas no esperan que el crecimiento logre el objetivo de la administración de Donald Trump de un 3% para este año.