Economistas señalaron que para tener una conclusión más amplia sobre la desaceleración de la inflación se debe incluir el comportamiento del tipo de cambio peso-dólar, a la inflación no subyacente y el impacto que han tenido en México temas externos como la guerra comercial de Donald Trump contra China y la incertidumbre generada por el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“El efecto principal que está haciendo que la inflación esté muy cerca de la meta de Banxico ya por varios meses consecutivos, es el comportamiento de la inflación no subyacente”, afirmó Jessica Roldán, directora de análisis económico de Finamex Casa de Bolsa.
La inflación no subyacente que en enero se ubicó en 1.8% –representa el 25% de la inflación general-, y se compone por productos cuyos precios son volátiles y no responden a la política monetaria, como los energéticos, materias primas y productos agropecuarios, porque dependen de fenómenos meteorológicos, buenas cosechas o el clima.
“Si uno analiza la evolución de la inflación general, se puede dar cuenta que las disminuciones a la baja que ha registrado durante todo el año y se deben, casi en su totalidad, a este componente no subyacente que no se encuentra tanto en control del banco central ni de la política monetaria”, precisó Roldán.
El tipo de cambio también puede llegar a tener injerencia en la inflación: “Cuando ha generado depreciaciones importantes el peso (mayores a 40 centavos), se generan presiones inflacionarias también”, explicó Gabriela Siller, jefa de análisis económico-financiero de Banco Base.
Además de los temas domésticos, la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China ha tenido impacto en la demanda de bienes de la industria manufacturera, donde México es un jugador importante.
“Shocks internacionales como la guerra comercial e incluso las negociaciones del T-MEC con Estados Unidos debilitaron más al Producto Interno Bruto (PIB) mexicano y esto, probablemente, ayudó a traer la inflación hacia abajo”, agregó Roger Aliaga-Díaz, economista en jefe de América Latina y director de Vanguard Investment Strategy Group.
¿Cómo pinta el 2020?
Hay coincidencias entre los analistas de que la inflación para del año estará entre 3% y 3.5%, aún dentro de la meta del banco central, sin que haya presiones inflacionarias, pero con la economía mexicana débil.
“La inflación no subyacente, que ha sido la muy bien comportada, va a comenzar a revertir un poco esa tenencia a la baja que trajo y a dejar de observar los niveles mínimos que tuvo en los últimos meses, pero este incremento tampoco va a ser tan pronunciado, lo que va a permitir que la inflación subyacente se mantenga en niveles de alrededor de 3.60%”, anticipó Roldán.
Para Siller la única presión inflacionaria para el 2020 será el tipo de cambio, pues “tampoco creemos que el precio del petróleo vaya a subir ni que la actividad económica vaya a crecer mucho”, sostuvo.
Además de la parte doméstica, se estima que la economía de Estados Unidos estará debilitándose, algo que necesariamente impactará a nuestro país.
“Tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios”, reza un refrán, o: “cuando a Estados Unidos le da gripe, a México le da pulmonía”, frase del ex secretario de Hacienda, Agustín Carstens.
“Por un tema de la estabilidad del peso, el banco central observa mucho lo que hace la Fed”, señaló Aliaga-Díaz.
En ese sentido, los tres economistas coincidieron en que Banco de México seguirá con el recorte en la tasa de interés, estimando de dos a tres recortes de 25 puntos. Recordemos que en 2019 el banco central realizó tres recortes.