Al publicar su último informe de "Perspectivas de la economía mundial", el FMI dijo que el aislamiento de la población para evitar contagios y la consiguiente paralización de la actividad económica, reducirá el crecimiento del planeta "dramáticamente", con mayor impacto en los países en desarrollo.
"La pérdida acumulada del Producto Interno Bruto (PIB) mundial durante 2020 y 2021 por la crisis de la pandemia podría ser de alrededor de 9 billones de dólares, más grande que las economías de Japón y Alemania juntas", dijo a periodistas la economista jefa del FMI, Gita Gopinath.
Pero el Fondo dijo que si se logra contener el nuevo coronavirus y se puede reanudar gradualmente la actividad en la segunda mitad de 2020, la economía global podría crecer 5.8% en 2021.
Para Estados Unidos, la mayor economía del mundo, el Fondo estimó una contracción del PIB de 5.9% en 2020, y una recuperación de 4.7% en 2021.
Pero destacó la "considerable incertidumbre" que pesa sobre la fuerza del repunte. "Resultados de crecimiento mucho peores son posibles y quizás incluso probables", afirmó el FMI.
Esto podría ocurrir si la pandemia se extiende y las medidas de aislamiento se alargan, si el golpe en las economías emergentes es aún mayor de lo proyectado, si se estrechan las condiciones financieras, o si el cierre de empresas y el desempleo prolongado dejan secuelas generalizadas.
El nuevo coronavirus deja unos dos millones de infectados y más de 120.000 muertos en el mundo. Para frenar su propagación, en las últimas semanas, más de la mitad de la población mundial ha sido llamada a permanecer en sus casas, se cerraron los negocios no esenciales y se redujo drásticamente el tráfico aéreo, acentúandose el derrumbe de los precios del petróleo.
"Muy probablemente" el mundo experimentará la peor recesión desde la Gran Depresión de 1929, cuando la economía mundial se contrajo un 10%, señaló el FMI. Esta previsión supera con creces la recesión global por la crisis financiera de 2008, cuando la contracción en 2009 fue de sólo 0.1% y los mercados emergentes crecían a un ritmo sólido.
Según el FMI, sólo dos economías se salvarán este año de caer en una recesión, pero en ambos casos la expansión será mínima: China, cuna de la COVID-19, crecerá 1.2%, en tanto India lo hará 1.9%.
La mayoría de las grandes economías sufrirán mermas en su actividad: Estados Unidos (–5.9%), Japón (–5.2%), Reino Unido (–6.5%), en tanto el desplome será peor en la eurozona, con duras caídas en Italia (-9.1%), España (-8.0%), Francia (-7.2%) y Alemania (–7.0%).
La contracción del PIB será aguda en América Latina y el Caribe (-5.2%), con golpes para México (-6.6%) y Brasil (-5.3%) y una profundización de la recesión en Argentina (-5.7%).
Entre los emergentes, también sentirán el impacto Rusia (-5.5%) y Sudáfrica (-5.8%).
El FMI anticipa además una disminución del 11% en el volumen del comercio de bienes y servicios en 2020.
Estímulo coordinado
La recuperación de la economía mundial tras la fase pandémica requerirá más inyecciones de dinero, y el estímulo será "aún más eficaz" si las medidas son coordinadas entre los países más desarrollados, dijo Gopinath por videoconferencia.
"Una vez que estemos en la recuperación, y hayamos pasado la fase de la pandemia en las economías avanzadas, sería esencial llevar a cabo un estímulo fiscal de base amplia", dijo, y precisó que el gasto "sería aún más efectivo si se coordinara en todas las economías avanzadas del mundo".
El informe del FMI subrayó la necesidad de una "fuerte cooperación multilateral", en particular, una mayor asistencia financiera a los países emergentes.
Los miembros del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido) dijeron en un comunicado que "están listos para proporcionar una suspensión temporal de los pagos del servicio de la deuda" de países pobres "si se unen todos los acreedores bilaterales oficiales en el G20 y según lo acordado con el Club de París".
Además, señalaron que apoyan el trabajo del G20, integrado entre otros por China y Rusia, con el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, la asociación global de instituciones financieras), "para pedir a los acreedores privados que brinden un tratamiento comparable, de forma voluntaria".
También pidió "reducir las barreras arancelarias y no arancelarias que impiden el comercio transfronterizo y las cadenas de suministro globales".