A diferencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente desde enero de 1994, el T-MEC incluye compromisos en materia ambiental y laboral; además de disciplinas que hace 26 años no existían, como el comercio digital.
¿Qué pasará con la entrada en vigor el T-MEC?
Los tres socios comerciales tendrán un periodo de gracia para cumplir con cuestiones como las reglas de origen, las cuales para el sector automotriz estipulan que, un vehículo ligero deberá tener un 75% de contenido hecho en la región y un 70% para los vehículos pesados; además, entre el 40% y el 45% de estos tendrá que provenir de áreas de "altos salarios".
“El tratado no le va a traer beneficios ni a México ni a Canada, primero porque ya venimos de un tratado que existe. Los cambios a las reglas de origen, seguramente nos va a generar una reducción en el nivel de exportación, una reducción en el superávit en la balanza comercial para México, seguramente se reducirá”, dijo Carlos Quijano, profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
“Vamos a arrancar en medio de la pandemia, donde las cadenas de suministro están restableciéndose y, vamos además a entrar en una época donde la demanda va a estar muy caída. Nos va a quedar un poquito grande el T-MEC porque el volumen de intercambio va a disminuir algo por la caída en el ingreso, el PIB de Estados Unidos, el PIB mundial y desde luego en el mexicano”, añadió en entrevista Enrique Cárdenas, director de Puebla contra la corrupción.
“Según algunos empresarios mexicanos y muchos analistas de EU, creen que el T-MEC puede reducir la capacidad exportadora de los tres países”, comentó recientemente Alicia Puyana Mutis, consejera del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).
Desarrollo
Los analistas coinciden en que es mejor tenerlo. Asimismo, refieren que, pese a los retos de este nuevo tratado, también representa oportunidades para México, aunque los beneficios llegarían en el mediano y largo plazos.
“El gobierno mexicano, desde la época de (Ernesto) Zedillo y después, hizo muy poco para que el impacto regional de TLCAN pudiera distribuirse más homogéneamente en el país. Por eso hemos tenido un diferencial en el desarrollo de México entre el centro-norte y el Sur del país. Es un tratado comercial no un convenio de desarrollo integral de un país. El TLCAN no es más que un tratado de libre comercio”, apuntó Enrique Cárdenas.
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“Con los acuerdos comerciales los presidentes entran y comprometen a su país para satisfacer sus objetivos de desarrollo o de crecimiento de los rubros que quiere satisfacer; pueden ser con los trabajadores o con los empresarios”, complementó Puyana.
La oportunidad de desarrollo viene en el sentido de aprovechar las reglas de origen, para sustituir la proveeduría proveniente de Asia y en menor medida de Brasil y Europa, por componentes producidos en México.
“Lo que busca el T-MEC es cambios en la proveeduría, sobre todo de acero, aluminio y componentes electrónicos provenientes de Asia y desarrollar esa proveeduría dentro de la región. Pueden ser empresas mexicanas y canadienses que desarrollen esos productos, no solo estadounidenses”, apuntó Quijano, de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey.
“Nuestras exportaciones tienen un bajo valor nacional integrado. Somos en gran medida ensambladores, maquiladores, integradores de proceso pero nuestro nivel de valor en la industria manufacturera, se quedó limitado. Nuestras exportaciones están no más allá del 30% de valor nacional integrado en exportación”, abundó.