"La conducción de la política monetaria dependerá de la evolución de los factores que inciden en la inflación general y subyacente, en sus trayectorias previstas en el horizonte de pronóstico y en sus expectativas", destacó Banxico en su comunicado.
Los integrantes del banco central anticipan aumentos en la inflación general en el segundo trimestre del año asociados principalmente a los efectos aritméticos de la reducción en los precios de los energéticos del año pasado, y una trayectoria decreciente a partir del segundo semestre. Asimismo, se prevé una inflación subyacente alrededor de 3% desde el tercer trimestre de este año.
La economía mexicana sufrió en 2020 una contracción de un 8.5%, la más pronunciada desde 1932 ante el impacto de la pandemia del coronavirus, según datos preliminares revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La inflación en enero tuvo un comportamiento por encima de lo esperado con un 3.54% a tasa anual, manteniéndose dentro del rango objetivo de Banxico, pero afectada por el alza en el precio de los combustibles.
La inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina algunos productos de alta volatilidad, subió 3.84%.